Algunas curiosidades: velocidad y tamaño
Seguramente la mayor parte del planeta no tiene ningún problema en identificar la ecuación E=mc2 (léase cuadrado, obviamente) como la famosa ecuación de Einstein que describe la cantidad de energía de un cuerpo en reposo. También, seguramente, una gran parte de ellos sabe que la c de tal fórmula refiere a la velocidad de la luz. Pero..., (y he aquí la curiosidad, que lo ha sido, y mucho, para mí) nunca supe por qué c y no otra letra cualquiera. Hoy lo he averiguado. La famosa c refiere a la palabra latina celeritas, que (casi podría ahorrarme esta última aclaración) puede traducirse por celeridad o rapidez. Hay que ver la de cosas que se aprenden con el cotilleo internáutico.
Otra curiosa explicación con que me topé hace poco y que me hizo sonreír, se refiere a un dicho (me perdonarán los lectores porque he de utilizar una palabra un tanto malsonante) que muchas personas conocen (y usan) en España. Es aquél que elogia los atributos reproductores del caballo de Espartero y que normalmente se utiliza como símil para subrayar la valentía de un individuo: tiene más cojones que el caballo de Espartero. Y lo cierto es que la estatua que representa a Espartero y su montura habla bien a las claras respecto de este punto. La curiosidad estriba en conocer el porqué esos atributos tan descomunales y hete tú aquí que me fui a encontrar con la explicación hace unos días, mientras leía uno de los Episodios Nacionales de Galdós, Luchana, en una de las notas aclaratorias con que cuenta la edición que tengo de él. Dice así:
Existe un dicho popular que hace referencia al caballo de Espartero haciendo alusión a las personas que tienen gran valentía: "Tienes más huevos que el caballo de Espartero" o, en una versión más vulgar: "Tienes los cojones como el caballo de Espartero". Al parecer, el origen de esta expresión popular se encuentra en la estatua ecuestre erigida en la calle Alcalá de Madrid junto al parque del Retiro, en honor al general Baldomero Espartero, de finales del siglo XIX, y realizada en bronce por el escultor Pablo Gibert. En realidad, no se trataba de que los testículos del animal fuesen anormalmente grandes, sino de que el escultor cometió un error en el diseño. Al terminar el conjunto escultórico, la obra se situó sobre un pedestal de piedra. El caballo tenía la pata delantera derecha levantada, pero en el momento de quitar los soportes, la estatua se escoró hacia adelante. para equilibrar el peso del caballo, el escultor intentó primero añadir mechones de pelo en la cola del animal para ejercer de contrapeso, pero finalmente optó por aumentar el tamaño de los testículos, donde supuso que el arreglo pasaría más inadvertido.
4 comentarios:
Qué curioso, siempre había oído ese dicho, pero no sabía la razón. Gracias por ilustrarme en esta temática cojonuda ;-)
Miguel: A mí me sorprendió también la explicación. Podría haber pensado en cualquiera..., menos en esa, jajaja.
Al final van a tener razón con que el tamaño importa.
Una anotación curiosa y entretenida.
Caraguevo: Sí parece importar..., al menos para equilibrar, jajaja.
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