miércoles, 28 de septiembre de 2011

La colega tatuada

La colega tatuada,  Margherita Oggero

La protagonista y narradora de esta historia es una irónica y brillante profesora de literatura recién llegada a los cuarenta, culta y curiosa, apasionada de los enigmas, y en ocasiones un poco irritable y cascarrabias, que se regodea en cierta añoranza depresiva con una copa de Punt e Mes en la mano.

Pero esa vida rutinaria y aburrida de la que se queja da un vuelvo el día en que aparece el cadáver de su fascinante y detestada -por guapa, rubia, rica, alta, elegante y snob- compañera de claustro, Bianca De Lenchantin, momento en el que nuestra protagonista decide poner su inteligencia y obstinación al servicio de la investigación policial y la narración se convierte en una endiablada comedia en la que la caracterización de los personajes y la descripción de los ambientes refinados de Turín se perfilan como auténticos protagonistas de una novela policíaca al más puro estilo clásico.

Inusual, muy, muy inusual novela policíaca que me ha encantado de principio a fin precisamente por eso, por lo insólita que es. Lo de menos (y eso que es interesante) es el crimen en sí (hablo desde un punto de vista subjetivo, claro está, pues no pretendo un análisis neutro y desapasionado de la novela). Lo más curioso, lo más atrayente, lo increíblemente extraordinario de esta novela es la protagonista y cómo la autora hace de ella una voz que llega a restarle protagonismo al mismísimo narrador. Margherita Oggero utiliza de forma magistral la corriente o flujo de conciencia y la inserta de forma tan increíblemente apropiada, que el lector llega en ocasiones a no saber quién está hablando, si el narrador o la mente de la protagonista.

Por otra parte, las escenas domésticas así como las vividas en el instituto por esta profesora están realmente logradas, lo cual, al menos en este último aspecto, es bastante comprensible si se tiene en cuenta que la autora ha sido profesora durante largo tiempo. Pero, además, al mismo tiempo están cargadas de una causticidad y afilada ironía que mueve a la risa, inesperada e incontenible, en muchas ocasiones a lo largo de la novela. Yo misma me he encontrado en la situación de estar leyendo la novela en una sala de espera del médico y, de repente, sin previo aviso, sin que en las líneas anteriores hubiera atisbado la más mínima pista de que se aproximaba una escena o un comentario digno de carcajada, me he sorprendido riendo de forma inopinada, sin que haya podido detener la risa hasta ser consciente yo misma de ella y de las miradas risueñas del resto de pacientes.  

Luego, además, está Gaetano, el inspector... que toda mujer sueña tener en su vida. Pero eso me lo quedo para mí.

Según leo en la solapa, Margherita Oggero nació en Turín, ciudad en la que vive. Tras numerosos años ejerciendo la docencia, llegó al mundo de la narrativa con La colega tatuada, el primero de los casos protagonizados por la misma profesora-investigadora, personaje en el que se basa la exitosa serie televisiva italiana Provaci ancora prof, de próxima emisión en España.

Compré esta novela en una feria del libro este verano por pura casualidad. Me topé con ella y me llamó la atención el personaje principal: una profesora de instituto que se ve inmersa en la investigación policíaca de un crimen. Por suerte, es el primero de los títulos, según se cuenta en la solapa, y podré continuar la lectura de estas novelas en el orden adecuado porque, desde luego, repetiré.

7 comentarios:

caraguevo dijo...

Me lo apunto.
"fascinante y detestada por guapa, rubia, rica, alta, elegante y snob".
A mí me pasa lo mismo, menos lo de ser snob. Qué mala es la envidia.

Menos mal que el libro no lo enseñaste, menos mal.

Alawen dijo...

Jo, Caraguevo, coincidimos en todo, incluso en no ser snobs. Bueno, yo seguramente no soy tan rica como la señorita de la novela, por eso me detestan menos...
Cualquier día aparecen nuestros cadáveres por culpa de tanto envidioso...

S.Cid, me gusta el tema y me gusta el personaje. (Aunque yo soy más de Martini) Anotado queda para próximas compras...

carlos dijo...

No suelo leer novelas..en realidad no suelo leer ya nada,pero si he de regalar algún libro a alguien aficionado al género seguro que cojo éste....me fío de tu gusto.
Saludos

S. Cid dijo...

Caraguevo: No..., éste no lo enseñé, jajajaja, pero no vuelvo a hacerte ninguna confidencia, que lo sepas :-p

Alawen: También yo soy más de Martini. Me gusta mucho el Martini (blanco, con refresco de limón; tinto, con hielo y una rodajita de limón). Cuando era pequeña, mis padres se tomaban un Martini tinto los domingos y no pasaba semana sin que forzara a mi madre, a base de ruegos, a que me dejara mojar los labios en el suyo. Y digo mojar los labios porque siempre retiraba el vaso antes de que pudiera tomar un trago. ¡Mira que era rápida...!

Carlos: ¿No sueles leer ya nada? ¿Pero cómo? ¿Has declarado la guerra a la literatura? Que no, hombre, que no... Hay mucha morralla literaria por ahí, pero todavía hay tanto bueno por leer...

Saludos, amigos.

Miguel Baquero dijo...

De todos maneras, no me negaras que el título...
Fíjate que incluso hubiera estado mejor, ya puestos, "La colega" ;-)
Pero bueno, es un detalle de poca importancia en el fondo

Anónimo dijo...

No me gusto absolutamente nada este libro ,se me hizo aburridisimo y muy cuesta arriba . Para hablar de un supermercado la autora se echo dos hojas enteras ... En fin , la historia no me engancho por ningun lado. Perdon por no poner tildes , es que estoy escribiendo desde el movik y es un rollo.

S. Cid dijo...

Anónimo: No se preocupe por las tildes, Anónimo, porque se le entiende bien; aunque le animo a que, aunque sea un rollo hacerlo cuando se usa el móvil, las ponga en beneficio del idioma. Pobrecillo (el idioma, digo), con lo mal que le tratamos ;-)

En cuanto a la novela, veo que diferimos bastante. A mí, ya lo digo ahí arriba, me gustó mucho el modo en que la escribe, porque me pareció muy diferente a la típica novela policíaca.

Un saludo y gracias por su visita. Ah, y feliz año nuevo :-)

Belén 2013

Belén 2011