lunes, 7 de junio de 2010

Acabarán por darme la espalda...

Acabarán por darme la espalda...

Sí, lo sé, las Musas no volverán a mirarme a la cara. Y es que no puede ser que después de tanto esfuerzo que derrochan conmigo se muestren generosas durante mucho más tiempo al ver cuán poco aprovecho su ingente laboriosidad.

Entretienen mi tiempo estos días una serie de lecturas que no hacen sino proveerme de abundantes ideas sobre las que construir una historia. No hace un párrafo que acabo de leer sino sugerirme una trama con la que empiezo a frotarme las manos, cuando ya hay otra naciendo deprisa y empujando hacia el vacío a la que sólo tiene unos segundos de vida. Así, se van acumulando unas sobre otras y, al final, todo queda en agua de borrajas.

Queda, bien es verdad, el espíritu errabundo de muchas de ellas flotando en mi interior, pero para cuando algunas de sus partes comienzan a emerger de esa agua oscura y profunda que es el olvido, se ha perdido el esqueleto de la historia sobre el cual ir colocando músculos, nervios y tendones que le confieran la vida de la que luego ha de disfrutar el lector.

Veo ya cómo las Musas se vuelven y su espalda empieza a asomar ante mis ojos. Buscan, sin duda, otro ser que aproveche sus dádivas mejor que yo.

10 comentarios:

posodo dijo...

Observo poca confianza en su capaidad de gestionar adecuadamente los recursos de que es provista.
Un planteamiento de "idea que llega, idea que queda reflejada" es, visto desde la reciente situación económica, lo que vulgarmente se llama "un pelotazo". Y bien sé que su gestión de recursos difícilmente se compadece de este proceder.
De momento, aprecio ya en su simulación de Jeremías, un buen título para un relato: Agua de borrajas
A partir de aquí, como los buenos productos, las ideas deben dejarse macerar, condimentar, si han sido algo elaboradas, reservar, y así hasta que llega el momento de presentar el plato a la mesa.
Conviene recordar que para cocinar no es conditio sine quae non, el uso total y absoluto de todo lo que se encuentre en la nevera y despensa.
Como en los guisos, aplicándola bien, una idea "no empuja hacia el vacío a otra, sino que matiza y refuerza su sabor.
Y de esta manera, conseguimos otro título para un relato incluso pictórico La espalda de las Musas, y para cada capítulo, una referencia a Clío, Talía, Terpsícore,...
Y mezclando las letras con la pintura, ya sabes, Nulla dies sine linea

Sue dijo...

Cid, al final todo sirve aunque se quede en el inconsciente (o en una servilleta de papel) y creamos que no está ahí o ha sido desplazado.
Ya verás como lo consigues. Tienes recursos y sabes montar una historia. Eres una gran escritora ya, aunque te cueste creerlo a veces.

Un saludo.

Guido Finzi dijo...

En las Musas no se puede confiar mucho, sino en la disciplina. Si sólo te dejaras llevar por la generosidad de las primeras, casi nunca escribirías nada.

Un saludo

S. Cid dijo...

Posodo: Ay, Posodo, Posodo..., qué bien escribes y cuánto me haces disfrutar. Cómo me río con tus ocurrencias. Y no creas..., además de reírme, en ocasiones como ésta además me aportas... nuevas ideas ;-). Te tomo el primer título "Agua de borrajas" para una historia que aún no sé ni de qué va -pero ya saldrá algo-, y también el segundo, "La espalda de las Musas" para otra... que ya empieza a cocerse en mi interior (aunque necesitará de mucha, mucha, mucha maceración -si es que algún día ve la luz- y... de muchísima más investigación.

En cuanto a tu latinajo final..., otra vez funciona esa comunicación telepática que en ocasiones compartimos, porque estuve en un tris hace unas semanas de escribirlo ahí arriba, bajo el nombre del blog, a modo de recordatorio; sobre todo porque, como dice Guido en su comentario, si no hay disciplina... las Musas (o sea, las ideas) no sirven de nada. Quizá finalmente termine colocándolo ahí arriba, bien a la vista, y acabe por transformarlo en mi lema.

En cualquier caso, sí: así como para sacar trabajo adelante soy una máquina, para gestionar mi tiempo libre de manera adecuada me las veo y me las deseo... Será que hay demasiadas cosas que me gustan y pocas las horas con las que cuento. En fin...

PD: lo de "simulación de Jeremías" me ha llegado al alma, que lo sepas :-P

Sue: Creo que tienes razón en lo de que de todo eso que parece perdido siempre queda algo que un buen día, cuando menos lo esperas, sale de las profundidades ignotas del subconsciente y te sirve para vete tú a saber qué. Y, sí, también tienes razón en que me cuesta creer lo de la gran escritora. Me llegan al alma tus palabras :-)))) (sonrisa profident y agradecimiento mayúsculo), pero... Ay esta autoconfianza mía ;-)

Guido: Cuánta razón tienes: disciplina, disciplina, disciplina. Tengo que grabar eso en mi mente. He ahí el quid de la cuestión. Una sóla palabra, disciplina, pero qué difícil es conseguirla, ¿eh?

Sue dijo...

Hoy, un niñato de la Selectividad ha mandado a "tomar por culo" a la Generación de 27, porque ha caído en el exámen y el memo no sabía de qué iba el cuento.
Cid, ese niñato sí que debe carecer de confianza (y, por supuesto de disciplina) pero tú, querida Cid. Tú no.

Paco Gómez Escribano dijo...

El caso es que yo no creo mucho en las musas. Yo creo que hay historias flotando y los que escribimos tenemos más o menos habilidad para atraparlas. ¡Qué paranoia!

Guido Finzi dijo...

Y te lo digo yo, que soy cualquier cosa menos disciplinado...

Un saludo

PD: me pasa como a Paco; las historias están ahí flotando, y yo las agarro siempreque puedo.

Carlos dijo...

Mientras tengas ideas pululando en tu mente, es que tienes inquietudes de escritora. Si no fuera así, dejarías pasar todas las situaciones y te vendrían al fresco.
Bueno, sigue tecleando, que al final lo conseguirás.
Besos.

S. Cid dijo...

Sue: ¡Pobre Generación del 27! ¿Qué culpa tendrá ella de que el necio ese sea un analfabeto? Si es que... vamos al caos con estas nuevas generaciones del todo "yo, mi, me, conmigo", del todo derechos y nada deberes. En fin...

Paco: Tampoco creo yo en las Musas, las utilizaba ahí arriba sólo en plan Jeremías, como decía Posodo ;-). Sin embargo, tampoco llegan a mí las historias pululando y yo, cual entomóloga, salgo a cazarlas como si fueran mariposas. No sé cómo explicarlo... Es como si estuvieran en mi cabeza esperando a ser vividas. A lo mejor suena raro o cursi, pero es así: están ahí, esperándome a que las viva.

Guido: Pues yo mira que soy metódica..., a veces hasta un cierto punto neurasténico: orden, organización, cuadratura y simetría, y cuando mi vida no funciona así..., me siento agobiada. A veces me pregunto si no tendré algo de alemana. Sin embargo..., chico, no sé..., no me apaño para encontrar el momento de ponerme a escribir.

Carlos: Me gusta eso que dices sobre las "inquietudes". Me anoto tu comentario para releerlo en otra ocasión en que me dé el ataque jeremiesco ;-)

Saludos, amigos.

Unknown dijo...

Bueno S. Cid, ojalá me pasara a mí, que cuando no sé que escribir, pudiera hacerlo como lo has hecho.
Esa forma de dejar que broten las letras me parece muy buena, y seguro que convocando a las musas como lo haces, terminarán por acudir y esoerar que las atiendas.

Belén 2013

Belén 2011