Primeras noticias
Sí, amigos, tuve buen viaje y llegué bien, aunque eso supongo que sólo es importante para mi madre, la cual tuvo noticias de ello dos minutos después de mi arribada, de ahí que me haya adjudicado la licencia de tomarme estos días de demora antes de comunicároslo.
Después de, por lo que me han contado, un mes de julio invernal en la zona norte de España, llevo ya 4 días aquí y no ha dejado de brillar el sol, lo cual me complace grandemente…, y no porque ello dé lugar al uso y disfrute de la playa, de la cual puedo prescindir sin problemas (salvo para pasear por ella), sino porque con tal poder sobre la Madre Naturaleza comienzo a verme como diosa y dueña de los elementos (algo tendréis que idear a mi vuelta para hacerme bajar de la parra a la que me he subido, que no se puede ser tan creída y, si continúo alimentándome el ego de esta forma, mi retorno septiembril al blogmundo será insufrible). En cualquier caso –y como aún seguimos en julio (o agosto, que no sé el día en el que vivo)-, lo cierto es que gracias a mis habilidades climáticas, mucho me debe esta tierra hosca y lluviosa, que ha comenzado, por fin, a hacer su agosto, pero que se hace la remolona a la hora de pagarme tan buenos servicios. Será por la crisis.
Mucho no os puedo contar, amigos, porque mi vida aquí es sencilla aunque, eso sí, veo que el tumulto continúa en el mundo exterior: no hacía dos días que me había marchado y ZPaf convocó elecciones (¿no os dije que os dejaba de guardia?) para el 20N, lo cual comienza a provocarme cierta ansiedad, porque ahora me veré obligada a pensar qué demonios hago con mi voto (Ay, Mariano, Mariano...). Pero os decía que mi vida aquí es sencilla: pasan los días sin que ningún acontecimiento digno de mención ocurra que me dé pie a una entrada interesante. Así que os contaré, aunque os aburráis, que estoy leyendo Favoritos de la Fortuna (qué malo era el tal Sila) y The mill on the floss, libro, este último, que se me ha llenado de arena porque es el que llevo a la playa (¡oh, qué rabia me da!).
Y ¿qué más contar en estas Primeras noticias? Ufff, por más que busco en el cerebro no doy con nada que os pueda interesar. ¡Qué corta de entendederas me veo! (será por la presión, que me tiene alicaída), pero no encuentro ideas (imaginad, pues, lo que cuesta dar con palabras que expresen la Nada).
Mejor voy poniendo el punto final al día de hoy, no vaya a ser que me abandonéis todos, en tumultuosa huida del tedio que proporciono.
Saludables saludos, amigos.