jueves, 1 de septiembre de 2011

¿Profesores en huelga?

¿Profesores en huelga?

Creo que sí, que en Madrid los sindicatos están estudiando la posibilidad de realizar una huelga de profesores...  

Profesores..., he oído mucho esta palabra durante los últimos días en referencia, precisamente, a la huelga de profesores... ¿Pero es así? ¿Va a haber una huelga de profesores? Pues no. Si la hay, será la huelga de algunos profesores. En concreto, de los de la enseñanza publica. Yo no estoy en huelga. De hecho, nunca he ido a una y no sé si lo haré algún día porque, en principio, me dan alergia. Pero en este caso, además, es que el asunto no va conmigo. 

Según tengo entendido, el problema se ha originado porque la Consejería de Educación en Madrid ha dado instrucciones a los centros públicos para que los profesores de Secundaria pasen este curso de cumplir 18 a 20 horas lectivas. Al parecer, la ley para funcionario público en el sector de la educación establece que el número de horas lectivas de un profesor debe oscilar entre las 18 (como mínimo) y las 21 (como máximo), de manera que lo que ha propuesto la Comunidad de Madrid es que sus profesores de instituto aumenten el número de horas lectivas en 2 (lo cual aún les deja una hora por debajo del máximo que establece la ley). Esas dos horas dedicadas a clase se extraerían de las complementarias. Éstas son las horas (desde la hora número 19 a la 25) que se dedican, en la enseñanza pública, a reuniones de departamentos, claustros, guardias y cosas así.

En la Concertada las cosas son un poco diferentes: nosotros tenemos 25 horas lectivas más cinco horas complementarias. Así que, incluso con el aumento de horas lectivas al que les han obligado, nosotros seguimos teniendo 3 horas más de clase y también más de complementarias, porque las reuniones de departamento, los claustros y las juntas de evaluación las tenemos fuera de ese número de 5 horas complementarias. Nuestras aulas, además, tienen más alumnos que las suyas (conozco casos de profesores en la Pública que tienen 5 ó 6 alumnos por clase, algo que jamás se permitiría en la Concertada simplemente porque la Consejería no daría permiso -esto es, dinero- para una clase así) y, por supuesto, cobran más que nosotros. Pero, eso hay que concedérselo, ellos han aprobado una oposición y nosotros, no. 

Hasta aquí los hechos. Ahora la cuestión en sí. 

Comprendo la reacción (airada, de angustia, de pánico.., de todo hay, os lo aseguro) de un profesor al que le dicen que tiene que pasar dos horas más dentro del aula. Yo tengo 25 y cuando algún compañero falta y tengo una guardia, os prometo que se me pone el cuerpo malo por tener que pasar una hora más dentro de ese recinto infernal atestado de fieras. ¡Claro que los comprendo! ¿Cómo no lo voy a hacer, si yo también lo sufro? Por otra parte, es cierto que a su jornada laboral (contada en horas lectivas) se le puede pedir ese esfuerzo, teniendo en cuenta la que está cayendo en España. Y lo digo siendo consciente de que hoy ha sido la Pública y tal vez mañana le toque a la Concertada, -y no quiero imaginar 27 horas dentro de un aula porque me da un telele-).

Por otra parte (escribo esto mientras veo El Gato, programa en el que están tratando este asunto), me parece injusta, muy injusta la manera que ha tenido Lucía Figar de presentarlo. Es cierto que en la parte primera de su intervención ha dicho: Trabajan 18 horas lectivas y luego tienen que permanecer en el Centro hasta cumplir 25. Sin embargo, a partir de ese momento cada vez que se ha referido a las horas de trabajo de un profesor lo ha hecho con un numero concreto:18. Pasan, ha dicho repetidamente, de 18 horas de trabajo a 20. No creo que sea un esfuerzo tan grande y bla, bla, bla. Y, claro, podéis imaginar los mensajes por SMS que ha enviado la gente: ¿Trabajan 18 horas a la semana y se quejan?

Señora Figar, no juegue con nosotros. Primero, se ha referido al asunto siempre como los profesores (de ahí mis negritas del principio), metiéndonos a todos en el mismo saco, cuando mi jornada lectiva es de 25, no de 18 horas; luego hable con propiedad: los profesores de la enseñanza pública. Por otra parte, no me venga con revueltas que confunden y echan sobre el profesorado más bilis: los profesores de la Pública no trabajan 18 horas a la semana. Dar a entender eso, hurtando un trozo de la verdad, es muy injusto. Además de las horas que se pasan en el aula (las famosas 18 horas), hay que preparar materiales (por cierto que en mi colegio tienen la caradura de tomar esos materiales y venderlos a los alumnos sin que el profesor vea un duro), preparar clases, corregir cuadernos, redacciones, exámenes... y, por supuesto, rellenar los mil millones de papeles inútiles a los que obliga su Consejería, señora Figar.

Hablo ahora por mí: tengo 25 horas lectivas, más 5 complementarias (que pueden llegar a ser 6, 7, 8...), más un huevo (se me va a permitir hoy la expresión) de trabajo en casa. ¿O es que piensan todos esos de los SMS que los exámenes se corrigen solos, se suman solos, se pasan las notas a Excel solas, se hacen las medias solas, los boletines también se rellenan solos y se ponen los comentarios solos? Vamos a ver, vamos a ver, vamos a ver (que diría un buen amigo de este blog), el profesor no trabaja sólo en el aula. Hay mucho trabajo oculto que se realiza fuera de la clase. ¿Pueden mis lectores del blog calcular cuánto tiempo lleva corregir 150 exámenes? ¿Y 90 comentarios de texto -con análisis de todos los elementos de la narración- de un libro? ¿Y 30 redacciones en inglés -a la semana- de las que luego se exigen en Selectividad? ¿Y cuánto tiempo podrá llevar subir las notas de 150 alumnos? ¿Y escribir comentarios para esos 150 alumnos, cada uno de ellos diferente? ¿Y cuánto, preparar una presentación de Power Point para que la sintaxis les sea más visual y no tan árida? ¿Y otra para el esquema de la literatura del Renacimiento?  ¿Y las fichas para practicar la ortografía?... No seamos tan injustos, leñe, que hay mucho curro oculto que se hace en casa. Sumas, sumas, sumas... y salen las 40 horas y más, a veces, más. En concreto, en la enseñanza pública, la jornada de trabajo de un profesor es de 37 horas y media a la semana. En la Concertada (nos jugamos el puesto, así que tenemos que decir sí, bwana a casi todo) suele ser mayor. Así pues, aunque creo que el aumento de dos horas (si bien doloroso, insisto, porque los comprendo) en la jornada lectiva puede ser necesario y entiendo la decisión que ha tomado la Comunidad, rompo una lanza por mis compañeros de la Pública y, al menos desde este blog, le grito a todo el mundo la verdad: ¡no es cierto que un profesor de instituto trabaje 18 horas a la semana! (aunque supongo que, como en todas partes, habrá jetas que se aprovechen del asunto y trabajen incluso menos horas).

En cualquier caso, debe quedar claro a mis lectores que no pongo en duda la necesidad de hacer esfuerzos porque el país lo necesita. ¿Cómo podría hacerlo? Sería tener mucha jeta por mi parte. De lo que nos quejamos los profesores es de que siempre le toque el boleto perdedor a la misma parte. En este caso, con el aumento de horas lectivas, porque eso sí que es un martirio. Un martirio que han creado ellos (los políticos) y ellos (algunos padres), que han convertido la enseñanza en una lucha a muerte con fieras corrupias que te destroza la garganta... y (¡ay, si sólo fuera eso!) te rompe el ánimo, el bienestar psíquico y en muchas ocasiones (cada vez más) acaba con tu propia salud.

Sí, ésa es mi queja: que sea siempre la misma parte la que paga el pato. ¿Estamos en crisis? Sí. ¿Es necesario ajustarse el cinturón? Sí (ya nos redujeron el sueldo -a la Pública y a la Concertada). Dolió, pero no fui a la huelga por ello, porque sí, sí, sí, lo entiendo: hay que ajustarse el cinturón. Bien, sigamos: ¿es necesario hacer ajustes y reducir costes? Sí. También estoy de acuerdo con ello. Pero, y he aquí mi pregunta, ¿por qué siempre le toca a la misma parte? ¿Quiere usted reducir costes y ahorrar dinero en la enseñanza, señora Figar (y resto de Consejeros más Ministro de Educación)? Pues yo les digo cómo. Es muy, muy fácil: dejen de aparcar vagos en nuestras aulas. Se ahorrarán una pasta gansa de la que exprimen a los contribuyentes y (¡el colmo de la felicidad!) harán nuestro trabajo más cómodo, más fácil y, sobre todo, ¡más efectivo! No imaginan la de puntos que subiríamos en el informe PISA en cuanto todos esos aparcaos salieran de las aulas.

Ejemplo a modo de ilustración:

Hoy hemos empezado los exámenes de septiembre. En una de las asignaturas más chorras que doy (Recuperación de Lengua de 2º ESO) tenía 4 alumnos suspensos. ¿Cuántos se han presentado al examen? Uno. ¿Y los otros 3? Dos de ellos sólo vienen al colegio durante el curso para estar recogidos en algún lugar caliente mientras sus padres trabajan (ni siquiera traen mochila y material a las clases) y el tercero no se ha presentado a ese examen ni a ningún otro de los que tiene pendientes ¡porque está de vacaciones en Málaga! ¿Qué va a ocurrir con ellos? Que van a repetir, claro. Cada alumno cuesta (al menos costaba hace unos años) al Estado en torno a los 3.000 euros anuales. Esos tres chicos nos han costado, pues, a los contribuyentes nueve mil euros el año pasado. Nueve mil euros que volverán a costarnos el próximo año en el mismo curso, puesto que van a repetir. Y así continuarán... ¿hasta los 16 años? No, esa es la edad mínima a la que se puede salir del colegio (con título o sin él), pero estar, pueden estar hasta los 18. Echen cuentas mis lectores del blog.

¿Qué tal si a este tipo de alumnos se les retirara la educación gratuita? ¿Qué tal si los padres se vieran obligados a pagar la matrícula de las asignaturas que queden pendientes a sus hijos? ¿Qué tal? ¿Cuánta pasta nos ahorraríamos los contribuyentes? Seguro que así mi sueldo no se habría visto reducido en 1.400 euros al año, que es casi el sueldo de un mes. ¿Por qué siempre me toca pagar a mí, señora Figar? Pagar en especie (sueldo) y en sufrimiento (horas lectivas).

La enseñanza en España es un timo vergonzoso. Escuchadme, padres responsables que os interesáis en la educación de vuestros hijos: el Estado y las Comunidades Autónomas (sean del signo que sean sus gobernantes) os están timando, os están dando gato por liebre y están jugando con el provenir de vuestros hijos, porque le están dando a vuestros retoños una educación ínfima. A vosotros, padres desvergonzados que confundís el colegio con un Centro de Día, comeros a vuestros insoportables hijos con patatas, porque vuestra es la culpa de la mala educación con que los traéis al colegio. Ni los buenos alumnos deben pagar la factura que vuestros hijos vagos y perniciosos imponen, ni los profesores deben sufrirlos en sus carnes. Y, por último, a la Consejería de Educación de cualquier Comunidad y al Ministerio de Educación: dejen de vender aire, dejen de hacer experimentos con humanos, pónganse en serio a tratar el problemón que tenemos y no nos toquen más las narices, que estamos ya muy quemados.

Acabo la entrada de hoy con uno de los mensajes que he podido ver durante el programa de El Gato: Cambio mis 20 horas de profesor en Secundaria por 40 de otro trabajo. No sabéis lo duro que es. ¡¡¡Ay, cómo entiendo a este profesor!!! Lo entiendo porque ésa es justo la idea que anida en mi mente desde hace ya tiempo: Cambio toooooodaaaaaaaas esas vacaciones que tenemos los profesores y cambio la jornada escolar por otra de 40 ante una mesa poniendo sellos con un tampón y con un mes de vacaciones. Las cambio, os lo prometo, las cambio si me libro de las aulas y de formar parte de este timo nacional que me repele la conciencia. ¿Alguien me ofrece un curro así?

35 comentarios:

carlos dijo...

Sabía yo que ibas a tocar éste tema,quizá ahora entiendo el sentido de tu anterior entrada...¿resistirás como el general Custer rodeada de indios hasta que llegue el minutoso 60 de la hora lectiva?..fuera de bromas , te entiendo perfectamente, yo estudié una carrera cuya única salida eran las oposiciones a profesor y a pesar de encantarme la materia no las preparé por las razones que tú señalas,y aunque mi situación actual es más negra que una noche de brujas no me arrepiento de ello...míralo por el lado positivo que evidentemente también lo tiene.
Abrazos

José Manuel Guerrero C. dijo...

"Cambio mis 20 horas de profesor en Secundaria por 40 de otro trabajo.".

No lo creo. Hay infinidad de trabajos -yo he tenido unos cuantos; he trabajado en el campo, en obras, cargando muebles durante 12 ó 13 horas al día, currando en un bareto de mala muerte y ganando un miserable sueldo-, tan duro y esclavos que este profesor saldría pitando a las dos horas y suplicando para que le dejasen ejercer otra vez la enseñanza.

A tí, S.Cid, te podría ofrecer, por mediación de un amigo un curre limpiando escaleras en algunos pisos o cuidando viejos a los que hay que cambiarles los pañales porque se cagan por las patas abajo. Tampoco creo que aguantases mucho, no porque no le echases cojones, sino porque tu sitio no está en estos lugares.
Te preparaste duramente para estar donde estás.

No tenéis, desgraciadamente, ni más ni menos problemas laborales que los que tiene cualquier trabajador de cualquier gremio de este país.

Míralo por el lado positivo, al menos tenéis trabajo.


Lo siento, no comparto estas protestas, ni las entiendo.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Esto que has escrito en mi blog y que acabo de ver sí lo comparto: "Y el problema (ni en cuanto a los niveles académicos de nuestros alumnos, ni en cuanto a la situación económica de la enseñanza), te lo aseguro, no es el número de horas lectivas que imparte un profesor"

Quizás estemos hablando de dos temas diferentes, aunque parezcan el mismo.

S. Cid dijo...

Carlos: Aunque tu situación sea negra, fuiste listo y no te metiste en esto. Yo sólo vería una situación peor a la de dar clases: estar en paro. Eso sí que me da miedo.

Bate: Yo tampoco comparto ni apoyaré las protestas porque soy consciente de la situación que atraviesa el país, pero sí las entiendo, porque las sufro.

Tu argumentación es inconsistente, Bate, aunque al menos me has ahorrado leer lo de los dos meses de vacaciones: cambiar a un trabajo de esos que propones en detrimento del que tengo sería continuar como estoy: haciendo algo para lo que no me preparé. Efectivamente, no me preparé para servir copas en bares de mala muerte, no me preparé para cambiar pañales a enfermos ni me preparé para limpiar escaleras y, desde luego, tampoco me preparé para este trabajo a lo que con descaro llaman Educación, pero que no lo es. No, no estoy trabajando en aquello para lo que me preparé. Me preparé duramente para estar en un sitio más cómodo, calentito, agradable y satisfactorio que un bar de mala muerte, unas escaleras sucias o las partes pudendas de un enfermo, pero en cualquier caso no estoy en el lugar que se suponía que debía ocupar.

No sé los problemas laborales que tienen otros gremios de trabajadores de este país, pero sí sé que pocos trabajos habrá tan frustrantes como el que yo tengo, que es de donde nacen mis quejas: la diaria frustración de una vida que no da frutos.

Pero, sí, hay un lado positivo, el único lado positivo que ayer me repetía hasta la saciedad a fin de buscar un consuelo: tengo trabajo, aunque para acudir a mi puesto laboral y aguantarlo tenga que ir chutada de química hasta las orejas.

José Antonio del Pozo dijo...

pero pones el dedo en la llaga creo cuando señalas que muchos vaguetes están innecesariamente en las aulas, jorobando a todos, y no iniciándose en el trabajo, pero esto choca con los dogmas imperantes, y es precisamente Rub el factotum general de las lineas maestras de la educación, tampoco a los políticos se les puede pedir imposibles, que entre ellos, como entre los maestros, y los taxistas, hay quien merecerían el doble y quien merecería la calle... pero es esta otra historia.
Fenomenal diatriba la tuya, scid
Saludos blogueros

S. Cid dijo...

José Antonio: Sí, la cuestión es que despilfarran dinero sin ton ni son y, cuando vienen duras, piden el esfuerzo siempre a los mismos. Pongamos como ejemplo esa asignatura de la que hablaba: Recuperación de Lengua de 2º ESO. Hay también una Recuperación de Matemáticas de 2º. Y lo mismo para 1º ESO. Son dos horas semanales cada una, lo cual hacen 8 horas semanales. En esas asignaturas están los alumnos que no dan palo al agua, como el ejemplo que he contado ahí arriba. Si la Consejería y el Ministerio fueran lógicos de verdad, pondrían a esos alumnos de patitas en la calle y esas ocho horas las podrían utilizar para que la Lengua de 3º y 4º de ESO pasaran de 4 a 5 horas semanales. Y las Matemáticas de 3º y 4º de ESO pasaran de 3 a 4 horas semanales (al fin y al cabo, Lengua y Mates son las asignaturas instrumentales).

Se conseguiría así no tirar dinero con esos alumnos calienta-sillas y, por el contrario, utilizar mejor los recursos, pues los buenos alumnos aumentarían sus horas de asignaturas instrumentales. Y todo ello sin que a nadie le costara un duro ni tampoco una gota más de sudor.

posodo dijo...

La manera de presentarlo por parte de la Sea. Figar, y de su jefa, la Sra. Aguirre, no ha sido injusta: ha sido política.
Lo cual, por cierto, lo está siendo mucho la Sra. Aguirre en este inicio de curso.
Veré si entre tú y Bate me habéis dejado otra perspectiva, y (me re-)plantearé este tema desde ella... o no.
Un saludo.

S. Cid dijo...

Posodo: Si injusto es lo contrario de justo, y justo es (1ª acepción): que obra según justicia y razón; y (4ª acepción): exacto, que no tiene en número, peso o medida ni más ni menos que lo que debe tener, entonces, la manera de presentarlo de la señora Figar ha sido injusta, porque los profesores de la Pública no trabajan sólo 18 horas a la semana. Lo cual no quita para que, como dices, también haya sido politica, no lo discuto.

De las bondades de la Educación de Esperanza Aguirre tendría bastantes cosas que alabar, pero también muchas que criticar. Cierto que en el país de los ciegos el tuerto es rey, pero eso no es óbice para que las cosas, en justicia, no se critiquen, cuando se piensa que, con un planteamiento y aprovechamiento de los recursos diferente, se funcionaría mejor.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Bueno, S.Cid, no te olvides por favor que de los cinco millones o más de parados que padecen la lacra del paro (estar parado sí que te deja psicologicamente tocado, aparte de sentirte todo los días como una mierda y encima, con la incertidumbre de no saber cuando retomarás tu vida)) hay gente que también se prepararon duramente para acabar en un lugar calentito, agradable y satisfactorio y al final acabaron por desgracia en un bar de mala muerte, limpiando unas escaleras sucias o las partes pudendas de un enfermo. Y no se les cae los anillos. Eso, o no se come, así de sencillo.
Y fíjate lo que te digo, muchos que también nos preparamos para otra cosa que lo que tenemos actualmente, daríamos lo que fuese por tener cualquiera de estos trabajos que te nombro.

Así está realmente la cosa. Si yo no tuviese internet y tuviera la mente ocupada probablemente hubiera caído enfermo.

Te vuelvo a decir que hablamos de dos asuntos diferentes. Tú de tus circunstancias laborables, que entiendo, y sinceramente te mando un abrazo para que empieces con fuerza el curso. Y yo que hablo de lo poco que estos mismos sindicatos gravemente ofendidos ahora por quítame de allá unas horas, se han preocupado en estos años por los que verdaderamente lo pasan mal.
No los puedo ver, son todos unos golfos.

Y cuando digo mal, digo no tener para pagar la luz o el seguro del coche, no saber que vas a comer la semana que viene y tener que recurrir a Caritas para intentar ver un hilo de luz.

Y te juro que no me gusta nada ir por ahí contando problemas.
La vida es bastante dura, es sólo eso.


Un abrazo, y no te mosquees conmigo, que yo te aprecio mucho ;-).

S. Cid dijo...

Bate: Dos cosas me parecen peor que mi situación laboral y las temo como al demonio: la enfermedad y el paro, pero eso no quita para que diga lo que me parece que está mal cuando algo me parece que está mal. Como no le discuto el derecho de queja a nadie que se haya preparado para hacer lo que sea y a quien la vida le haya llevado, sin embargo, por caminos diferentes a aquellos para los que se preparó. ¿Acaso puedes señalar un solo punto en mi texto en que yo le sustraiga al resto del universo su derecho a decir ¡ay! cuando le duele algo? Creo que no.

Me parece que no te ha gustado la frase en que digo que cambiaría mi trabajo por otro, pero lamento que te hayas quedado en la literalidad de la frase sin llegar a captar la amargura que subyace por debajo de ella (¿no has prestado atención al trabajo que propongo a cambio de mis horas de clase: poner sellos con un tampón, ¡ocho horas al día, día tras día, sellando documentos con un tampón!).

Sí, cambiaría de trabajo ya, ahora mismo si se me ofreciera la oportunidad (lo cual debe dar la medida de lo que aprecio mi trabajo, las horas lectivas, los dos meses de vacaciones y demás), el problema es que no puedo hacerlo porque no sé hacer en la vida nada más que eso. Hablas de ponerse a limpiar escaleras, pero ni siquiera podría hacer eso, Bate, porque en el tiempo en que yo limpiara una escalera, la señora sesentona que lleva toda la vida haciéndolo se limpiaría 3, con lo cual ni siquiera podría competir con ella por ese puesto de trabajo. No te rías ni se te exalten los ánimos. No estoy de coña. Hablo con toda sinceridad. De modo que me veo presa de una profesión que me hace sufrir muchos días (no siempre, por supuesto) y a la que estaré atada hasta la jubilación.

En cuanto a si hablábamos de asuntos diferentes, yo de mis problemas laborales y tú de los sindicatos, no estoy muy segura ni siquiera de que eso sea así. Lo de los sindicatos, en tu caso, sí (y además sabes que te doy la razón, no sólo en este comentario, sino en el texto: ahí arriba digo que no apoyo la huelga), pero en mi entrada de hoy no hablo de mis problemas laborales. Denuncio la presentación torticera de los hechos y que siempre sea el profesorado el que pague el pato (en el mundo de la Educación, porque en la gestión de la crisis, todos hemos pagado el pato: parados, pensionistas y trabajadores). Lo cual, insisto una vez más, como ya hice en el texto, probablemente en este caso (del aumento de horas lectivas) sea necesario, aun cuando si se suprimieran todas las horas dedicadas a asignaturas como Ética, Educación para la ciudadanía, las Recuperaciones y cosas así, y se utilizaran en otras asignaturas, probablemente habría horas suficientes -o casi- para que no fuera necesario aumentarle las horas lectivas a nadie. Esa es mi tesis. Lamento que no te gustara, pero eso no me mosquea, sólo me apena que te quedes machaconamente en lo de las dos horas, sin prestar atención a otras posibilidades y utilizarlas, por cierto, para quitar la razón a las necias argumentaciones de los sindicatos.

Un abrazo y yo también te aprecio mucho. Lo sabes, lo sabes y, si lo has dudado, borra esa duda de inmediato.

S. Cid dijo...

Y algo más a los lectores de Finis Terrae: tengo en gran estima a Esperanza Aguirre (la voté en las pasadas elecciones y volvería a hacerlo), pero me patea el estómago que utilice argumentos torticeros para explicar esa medida. Creo que no sería necesaria si antes se tomaran otras, pero incluso aunque no esté de acuerdo al cien por cien con la medida, reconozco que es una forma de ahorrar, (lo cual no es que sea necesario, es que es indispensable). Pero, por favor, doña Esperanza, no utilice las mañas socialistas para defender su postura. No mienta retorciendo la realidad. Sea sincera. No diga que los profesores trabajan 18 horas poniéndonos de esa forma a la sociedad en contra (más en contra aún).

De nada valen las leyes floridas esas para la protección y autoridad del profesorado si, con estas tretas sinuosas y maquiavélicas, usted nos pone a la altura del betún. "La ley obliga a que los docentes tengan una jornada de entre 18 y 21 horas". Eso es lo que ha dicho literalmente Esperanza Aguirre. Pero ésa no es la realidad. ¡No lo es, doña Esperanza! Usted está mintiendo, porque ocultar parte de la verdad es mentir.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Bueno, querida S.Cid, los momentos de tensión, y más, en asuntos de tanto calado como este y siempre bajo la terrible sombra de miseria que nos acompaña desde hace años, a veces son bueno. Sirven para descongestionar. Tú te sientes mejor -dime que sí-, y yo he sacado a pasear mi colmillito... jejeje
No somos monjas ursulinas.


Por Dios santo!!, Aleix Vidal-Cuadra tiene la voz cada vez más tomada, no le he entendido una papa ...

S. Cid dijo...

Bate: ¿Vidal-Cuadra? ¿Estás viendo El Gato? Yo también. Jajajajajaja, ¡ves como no podemos ser sino amigos!

Además que, a cuenta del amigo Toxo y sus nuevas vacaciones -que conocemos gracias a la Gaceta- y a cuenta de tu comentario de ahí arriba sobre los sindicatos, estoy escribiendo ahora mismo una entradita para mañana...

Sí, sí, claro que me siento bien. ¿Y tú? ;-) Además, como te cuento en la entrada de mañana, no veas nuestras trifulcas lo que suben la audiencia del blog, jajajajaja.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Ahora en serio, el actual sistema educativo es absolutamente inviable, y te doy la razón. Ahora, tan inviable como el sistema educativo es el sistema sanitario, el sistema autonómico, el sistema judicial, el futuro de la pensiones, etc etc..

A España no hay por dónde cogerla.

O se le mete mano en plan bestia y hasta el fondo (nada de cosmética de cara a la Unión Europea y los mercados) o dudo seriamente que no acabemos como los Argentinos con su nefasto "corralito".

S. Cid dijo...

Bate: En el sistema sanitario, caerá el copago.En las pensiones, veremos su disminución brutal e incluso desaparición (quebrará el sistema). En el sistema judicial, no se me ocurre qué más podemos ver, pero seguro que algo habrá. Está llena de Garzones y manejada por los políticos, así que cualquier cosa es posible.

Y, sí, estoy de acuerdo en que se le tiene que meter mano a lo bestia y hasta el fondo. Pero no creo que vayan a hacerlo. El PSOE, no, desde luego; y Mariano..., sinceramente y aunque me toque las narices tener que decirlo, creo que el PP de Mariano, tampoco. Lo hará mejor, sí, pero no llegará hasta el fondo. Con lo cual, tal vez dejemos de arrastrarnos como gusanos, pero no nos quedará otra que caminar de rodillas.

En fin, me voy a zzz(sin "p"), que mañana hay que madrugar.

Buenas noches y enfúndate el colmillo. Déjale que duerma esta noche para retomar fuerzas, jejeje ;-)

José Manuel Guerrero C. dijo...

Me encuentro mejor, gracias. Mi madre dice a veces que Dios aprieta pero no ahoga, a lo que yo le respondo siempre que lleva razón, pero que el Señor podría olvidarse una temporada de mi... Es broma.

Si algo estoy aprendiendo con toda esta movida de la crisis y sus graves secuelas es que, en realidad nada tiene demasiada importancia, que estamos en manos de Dios y que la Providencia nos toca para mal o para bien con un fin.

Aceptemos nuestra suerte y confiemos llevar a buen puerto ese fin. Nos va la felicidad -que existe, yo la conocí un día- en ello.


Ps: Así que nuestras trifulcas blogueras suben la audiencia, mmmm. ¿Y si montamos un blog con el que ganarnos los garbanzos...?

José Manuel Guerrero C. dijo...

Buenos días S.Cid, te dejo para tu información, un artículo de El Mundo:

"«Comprendo que los recortes son duros y, por tanto, entiendo que los profesores de colegios públicos estén molestos. Pero también hay que tener en cuenta que ellos ganan más que nosotros por menos horas de trabajo en el aula y eso nunca pareció importarles». Así de clara es una de las profesoras de un colegio concertado del madrileño barrio de Carabanchel.
Tanto ella como sus compañeros siguen la batalla entre Lucía Figar, consejera de Educación, y sus homólogos de la escuela pública con sumo interés porque, «después de años luchando, resulta imposible mirar a otro lado».

No obstante, todos coinciden en subrayar que su situación actual «es peor que lo que les espera a los de la pública». El por qué tiene su origen en la equiparación retributiva aprobada por la Comunidad en 2010 y en las posteriores congelaciones de salario que afectaron a unos y otros docentes.

Y es que, en palabras de Miguel Muñiz, secretario de comunicación de la Federación de Sindicatos Independientes de la Enseñanza, «dicha equiparación fue ficticia pues se dejaron sin incluir, entre otras cosas, los sexenios. De manera que si a eso le sumamos que los profesores de enseñanza concertada hacen más horas lectivas (25 a la semana en lugar de 18) que los de Pública la regla de tres evidencia que su salarios es aproximadamente un 20% más bajo».

Una circunstancia a la que, tal y como narra otra maestra de Secundaria, hay que sumar el hecho de que los profesores de colegios concertados «no sólo sufren los mismos recortes salariales (de un 5% aproximadamente en el último año) sino que además tienen más carga de trabajo diaria y menos estabilidad».

QUICO ALSEDO

02/09/2011

S. Cid dijo...

bate: Hola, Bate, buenas tardes.

Respecto al artículo que me dejas, nada nuevo bajo el sol, pero interesante, en cualquier caso. Gracias.

José Manuel Guerrero C. dijo...

:( joer, pensaba que te iba hacer más ilu el articulo.

Buenas tardes S.Cid.

S. Cid dijo...

Bate: Ah, lo siento, no lo he entendido, entonces :-(

José Manuel Guerrero C. dijo...

El emoticono que tu has puesto :-(
es mucho más severo que el mío :(
Seguro que tienes memorizado todo el alfabeto emoticonense ;-)







P.S: ¿Te enteraste que dí un enlace donde puedes ver El Mundo gratis?

José Manuel Guerrero C. dijo...

Oye, S.Cid, ¿tú no ibas a regalarnos una entrada nueva sobre los sindicatos?.

S. Cid dijo...

Qué va, no me sé ni la mitad del diccionario emoticonense. De hecho, me enteré de que en Wikipedia había uno de esos porque Alawen se lo recomendó a Caraguevo. Pero, no, no es más serio..., es sólo más largo. Será que come espagueti, jejeje.

Sí, la dejé ahí empezada ayer por la noche, pero no la he tocado. Estoy liadísima con la puñetera tilde diacrítica y el maldito, maldito, maldito Open-Office, programa en el que tengo que entregar el documento por no sé qué rayos de problemas. Me está poniendo de una mala leche... El Word es mucho más fácil, rápido y efectivo, y, además, me lo sé mucho mejor.

Bueno, vaya rollo que te endoso para decirte que, sí, que ahí está la entrada a la mitad. Si puedo, la acabaré, pero primero debo avanzar en esto, que tengo que tenerlo listo para el jueves y aún me queda la narración, los determinantes, los pronombre y no sé cuántas cosas más llevo en la lista de encargos.

José Manuel Guerrero C. dijo...

hmmmm, la tilde diacrítica tienen muy mala pinta....

OK, te dejo tranquila, hasta Lugo.

S. Cid dijo...

De Lugo ya vine... ;-)

Si quieres, cuando lo acabe te lo envío y así practicas, jajajaja.

José Manuel Guerrero C. dijo...

OK, mándamelo a ver si entiendo algo. jejeje

Ana Laura dijo...

Ser docente es frustrante, sin la menor duda. Uno siente el manoseo de las autoridades todos los días y la frustración de no poder llegar a los chicos casi tan seguido.

El versito de que los docentes trabajamos cuatro horas por día y tenemos tres meses de vacaciones se ve que es internacional, porque acá también lo sufrimos, nadie se acuerda de esas innumerables horas que pasamos haciendo todas esas tareas que enumeraste en tu entrada. La mayoría de la gente cumple con sus tareas, tan cansadoras, ingratas o desagradables como sean, pero cuando terminan, llegan a su casa y se olvidan hasta el día siguiente, nosotros seguimos trabajando.

Con respecto al aumento de horas y descenso de los salarios no puedo hablar porque no sé muy bien cómo es el sistema español, ni sé muy bien cuál es la diferencia entre el secundario público y la concertada (ni sé qué es la concertada), pero solo a modo de información, los profesores uruguayos trabajamos un promedio de 36 horas de clase (horas de 45 minutos) y nos pagan entre 2 y 4 horas (depende de la carga horaria del profe) de trabajo en coordinación con otros docentes. Yo dicto 21 horas de clase y tengo 4 de coordinación, y afortunadamente hice una oposición para el cargo de bibliotecaria que cumplo en las mañanas (24 horas más, éstas de 60 minutos). Si no tuviera ese cargo tendría que dictar 45 horas de clase (llegué a hacerlo, antes de la oposición) porque de otra manera no podría sostener mi casa y mi familia. Mi sueldo mensual es de aproximadamente 950 euros.

Pero sabes, a pesar de todo, yo no cambiaría mi trabajo por ningún otro, es más, no me imagino haciendo otra cosa.

Un saludo muy grande, muy interesante la entrada :)

S. Cid dijo...

Ana I: Mi madre luchó denodadamente conmigo cuando acabé la carrera para que no me dedicara a la enseñanza porque decía que era una profesión sumamente ingrata. Tenía razón. Estuve en un tris de no dedicarme a esto. De hecho, me preparé para ser traductora y hubiera sido muy buena traductora porque tengo paciencia, me gusta jugar y trabajar con el idioma y, además, en aquellos días tenía muy buen nivel de inglés (¿dónde habrá ido a parar?). Sin embargo, opté por la enseñanza porque hay una tara en mi naturaleza que me resulta imposible de superar: no puedo asumir la inestabilidad en la vida (quizá por ello nunca me he casado, jajajaja). Necesito sentir la seguridad de un trabajo estable para no sufrir daños mentales irreparables, jajaja, y la traducción eso no te lo da. Quizá me equivoqué. No sé.

Tienes razón en cuanto a lo del "manoseo de las autoridades". Es quizá lo peor. Y, sí, lo de que curramos poco parece una idea bastante extendida. Será, digo yo, porque el común de los mortales sólo cuantifica lo que ve, como si las cosas funcionaran por arte de magia y se hicieran solas: sólo tengo que chasquear los dedos, y el cuadernillo de refuerzo para alumnos con deficiencias aparece en mis manos sin más, por ejemplo.

En cuanto al sistema español: tenemos centros públicos, en los que la titularidad la tiene el Estado; centros concertados en los que la titularidad la tienen órdenes religiosas (por lo general, pero no exclusivamente, también hay centros concertados que son una cooperativa de profesores -tú y yo podríamos formar una, jajaja-). Los centros concertados están sostenidos con fondos públicos, pero le resultan mucho más baratos al Estado porque los profesores trabajamos más horas que en los públicos y cobramos bastante menos, de modo que, cuando los partidos de izquierda intentan arremeter contra la Enseñanza Concertada, en realidad sólo lo hacen de boquilla, porque si no se nos concediera el Concierto y nuestros colegios se vieran obligados a cerrar, en primer lugar el Estado no tendría sitio suficiente en los centros públicos para atender a nuestros alumnos y, en segundo lugar, no podría asumir el gasto que tal hecho le supondría (la enseñanza pública sale muchísimo más cara que la concertada). Y, por último, hay centros privados que se financian solitos y van a su bola. En ellos, los profesores trabajan muchas más horas que nosotros, los de la Enseñanza Concertada y cobran aún menos.

S. Cid dijo...

Ana II: Echo cuentas de lo que dices en tu comentario y me salen 27 horas lectivas (de 60 minutos). Yo tengo 25, más 5 complementarias y al menos una hora en semana de reunión. Eso es lo mínimo de estancia en el colegio, pero sólo ocurre cuando hay mucha suerte. Normalmente ese número de horas es mayor, porque hay semanas que tengo dos reuniones, semanas que tengo guardia de recreo y semanas de junta de evaluación, reuniones generales con padres, etc., etc., etc. Luego, además, está el trabajo en casa. De modo que, al final, las 40 horas de trabajo a la semana salen fácil. Quizá no todas, pero más o menos: algunas semanas trabajo 37 y otras, 42.

En cuanto al sueldo: la Pública cobra más que la Concertada y ésta, más que la Privada;, pero, en cualquier caso, todos cobramos más que tú. Tú eres lo que por aquí se llama "mileurista". Te resultaría bastante difícil vivir con ese sueldo en España pagando una hipoteca y con dos hijas.

Yo, soy sincera, me las apaño con desahogo: pago mi hipoteca, mis facturas y aún tengo dinero para poder irme de vacaciones (aunque no caras, claro), darme mis pequeños gustos e incluso para amortizar algo de mi hipoteca en julio y enero (tras juntar la paga extra con lo que haya podido ahorrar). Mi sueldo (viviendo en España) es más bien normalucho tirando a cortito, pero no hago gastos superfluos y en mente tengo siempre mi prioridad: librarme de la hipoteca cuanto antes. Claro que yo no tengo hijos. Si los tuviera..., con sólo mi sueldo la situación sería terriblemente apurada y tendría que echar horas extra fuera de mi horario de trabajo, como hice al principio, cuando me compré la casa: comenzaba en el cole a las 9, salía a las 16:30 y a las 17:30 comenzaba a dar clases particulares hasta las 10 de la noche. Es lo que tiene que hacer una compañera mía, por ejemplo, que, al no tener jornada completa (sólo tiene 18 horas lectivas en la Concertada), cobra 1.200 euros y se ve muy, muy apurada para salir adelante.

Saludos para ti también y me alegro de que te resultara interesante la entrada.

Ana Laura dijo...

Me resulta muy interesante sin dudas. Comparando sistemas, aquí en Uruguay solamente existe la enseñanza pública y la privada (tanto laica como religiosa), pero no la concertada (con razón no tenía ni idea de lo que era). La enseñanza pública está muy venida a menos y si bien no nos bajan el sueldo (es contra la ley bajar el sueldo en nuestro país) continuamente están haciendo recortes en el número de grupos, y por ende, en la cantidad de horas que podemos tomar y nuestro sueldo (no es segura la cantidad de horas que tendremos de un año al otro).

Con respecto a eso, me imagino que en España se me complicaría, sí, pero por suerte aquí en Uruguay me arreglo bien con mi sueldo; no puedo tirar manteca al techo y mi capacidad de ahorro es limitada, pero no paso penurias y me puedo dar algún gustito que otro.

Por otro lado, tanto mi abuelo, que era maestro, como mi madre, que es profesora, me aconsejaron que no me metiera en esta profesión... no les hice caso y estoy contenta con mi decisión. Siempre me consideré muy afortunada de haber estudiado lo que deseaba, trabajar en aquello para lo que me preparé y poder vivir de ello. No es un triángulo fácil de cerrar.

Saludos!

S. Cid dijo...

Ana Laura III: En la Educación Pública en España, los profesores tienen el puesto fijo y tan sólo pueden mover su jornada lectiva en 3 horas arriba o abajo. En mi caso, de las 25 horas lectivas, tengo 19 horas de contrato indefinido y 6 por obra y servicio; de manera que los grupos de Diversificación que doy y que se conceden año a año podría perderlos (lo cual, teniendo en cuenta la situación que atraviesa España, ocurrirá tarde o temprano), en cuyo caso me quedaría con una jornada lectiva de 19 horas y tendría que volver a las clases particulares... ¡¡¡Uuuuuuffffff!!!

Con respecto al sueldo, es lo que pensé cuando dijiste lo que ganabas: que, en términos absolutos, probablemente tenemos sueldos similares: dan para vivir y algunos gustitos, pero para poco más. Mi capacidad de ahorro también es limitada, lo que ocurre es que, como dije antes, mi prioridad está bien clara: hipoteca, hipoteca, hipoteca (si todo va bien y no pierdo horas en el colegio o España no salta por los aires, creo que para dentro de 6 años me habré librado de ella).

S. Cid dijo...

Ana Laura IV Por último, yo sí, me arrepiento muchísimo de haberme dedicado a esto. Obviamente, doy gracias a Dios por tener trabajo, pero cómo me gustaría haber tenido más ojo en mi juventud y haber elegido algo diferente.

También me ha parecido interesante conocer un poco sobre el sistema educativo uruguayo. Así una se hace una idea y puede ver cómo son las cosas en otros lugares. Últimamente pienso mucho en si no estaría bien marcharme de aquí, y le doy vueltas a la posibilidad de irme como lectora a EEUU, a pesar de que ya tengo unos añitos. No tomo en serio esta idea... de momento. Pero hace ya un par de años que anidó en mi mente... y no me abandona. Quién sabe... Dios dirá.

Saludos again y sigamos contándonos cosas de nuestros sistemas educativos y nuestros centros. Me gusta mucho conocer los de otros países y cómo funcionáis allí.

PD: creo que podría darte permiso para que te matricularas en mi curso de Moodle (es una plataforma que tenemos los profes de mi cole. En ella subimos materiales, contestamos preguntas, ponemos modelos de exámenes, etc.). Nuestros alumnos se matriculan en los cursos de los profesores que les dan clase -y en los cursos de los profes que no les dan clases sólo si estos les aceptan. Yo podria aceptar tu matrícula en mi curso y te daría de alta, para que tuvieras acceso a mi material (tengo bastante material de inglés -de cuando impartía esta asignatura, aunque para niveles bajos, porque me pasaron a Lengua cuando me tocaba dar los altos, y también tengo mucho material de Lengua española). El problema es que el administrador general podría localizarte, ver que no eres alumna y quizá te impediría el acceso y a mí me echaría la bronca, jajajaja. Pero, bueno, supongo que tendrás material de sobra y, además, si algún día te interesa algo y lo tengo, te lo puedo mandar por correo, donde el administrador de Moodle ni pincha ni corta ;-)

Ana Laura dijo...

Cid, a mí también me encanta conocer los sistemas educativos de otros países, y sobre todo compartir los problemas, que creo son universales.

Durante una crisis muy dura que tuvimos hace unos años, mi ex manejó la posibilidad de emigrar a España, idea a la que yo me oponía totalmente y que por suerte no se llegó a concretar, pero recuerdo en aquel momento preguntarme si podría ejercer mi profesión allí. Yo creo que a menos que uno esté viviendo una situación límite donde no hay ninguna otra opción, es mejor pelearla en el suelo propio, rodeado por familia y amigos, que aventurarse a un mundo nuevo; pero bueno, yo siempre fui muy de mi familia y mi lugar.

Por suerte en mi caso, la casa está pagada y sin hipotecas, lo cual influye obviamente en que mi sueldo me alcance! Si tuviera que pagar alquiler o una hipoteca la cosa sería muy distinta.

Esa idea de matricularme en tu curso de Moodle está bárbara, me encantaría, ¡pero no quiero que te echen la bronca!!! Me parece mejor la idea de intercambiar material directamente si en algún momento se da. El nivel de las clases de inglés que doy sería el equivalente a un elementary o early-intermediate, aunque la mayoría de las veces dan ganas de asesinar alumnos cuando me preguntan '¿qué quiere decir this?' Grrr

José Manuel Guerrero C. dijo...

Con permiso: Ana Laura, es que el lugar donde vives es muy bonito, normal que no lo quieras dejar. Y ya puesto ¿cuanto sale en Uruguay, en dolares, un piso común de 80m cuadrado con tres habitaciones y un baño?

Ana Laura dijo...

Bate, depende mucho de la ubicación, pero en un barrio medio, un apartamento así anda entre los 80 y 100 mil dólares.

Y sí, Uruguay es un país bonito, y mi ciudad, Piriápolis, es hermosa y tranquila. No está en mis planes moverme de aquí :)

Belén 2013

Belén 2011