La última campanada, Alfredo Gómez Cerdá
Después de sacar unas notas pésimas en el instituto, y en contra de la opinión de su familia y de Berta, su novia, Hugo decide dejar de estudiar y comienza a trabajar en el taller de un viejo relojero. Pero el descubrimiento de un reloj con un mensaje en clave pondrá en marcha un inquietante enigma. Parece que algo sorprendente puede suceder en el momento en que los relojes señalen el cambio de año.
Este es el libro que mis alumnos de 1º ESO tienen que leerse para la primera evaluación, pero cuyo examen contará, en realidad, para la segunda (cosas de la mala planificación). Todavía no sé qué opinan ellos, pero a mí me ha gustado el librito. No me ha encantado, pero sí me ha gustado, y tiene su moraleja. Hay mucha gente sola y si eso siempre es triste, lo es mucho más en Navidad.
6 comentarios:
Pues sí, verdad.
Pantera: Sí...
El libro no lo conozco, así que no despotricaré sobre él.
Veo que estás leyendo a Clive Cussler, espero que te guste Pitt y compañía, a pesar de la nefasta versión cinematográfica que hicieron con Sahara, claro que salía Pe.
Un saludo.
Caraguevo: Es un libro para niños (ni siquiera creo que sea adecuado para adolescentes) y cuando digo que me ha gustado tengo la mente puesta en ellos. A ti no te lo recomendaría.
Sí, estoy leyendo The Thief, de Cussler y no, no me está gustando nada. Claro que no es un caso de los de Pitt, sino de Isaac Bell. ¿Están mejor los del tal Pitt? Porque no pensaba repetir con este autor.
Saludos.
¿Y qué crees que leo yo, lo que publico en el blog? ja, ja, ja, alma cándida.
Al tal Bell no lo conozco, no puedo comparar. Los libros de Pitt son aventura pura y dura, no busques personajes profundos, frases subordinadas ni filosofía trascendente.
Lo leía a la vez que los de Anne Perry mientras veía películas de Brad Pitt, así que todo era Pitt, Pitt, Pitt.
Dejé de leer a Clive Cussler cuando empezó a colaborar con otros escritores.
Un saludo
Caraguevo: Ni idea de lo que lees, pero eso tampoco le quita el sueño a esta alma cándida.
Con Cussler no repetiré. La razón de leer en inglés es, siendo cristalina como el agua, cazar las nuevas expresiones y vocabulario que he aprendido para ir metiéndolas en la sesera a base de práctica. Cada vez que me topo con una, suenan campanas: un milímetro menos en el largo recorrido de mecanizar esa palabra o expresión y volverla útil, no sólo una entrada más en el diccionario personal. Pero cuando me topo con libros como éste, tan aburridos que desconecto, el ejercicio de caza se vuelve inútil y el tiempo empleado, totalmente perdido. Así que no, el tal Cussler no tendrá una nueva oportunidad.
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