miércoles, 16 de diciembre de 2009

Hastío en verde

Hastío en verde

Después de visitar los blogs y diarios de los varios amigos internatuas que he conocido y solazarme con sus textos, entro en esta Finis Terrae como el que se asoma a la puerta del dentista: con desgana, casi con la necesidad imperiosa de huir una vez que el olor a anestesia y a los diversos productos para el tratamiento bucal han atravesado la pituitaria y avisado al cerebro de que el cuerpo sobre el que manda se halla en zona peligrosa.

De repente encuentro tedioso enfrentarme con este fondo verde. Llevo varios días volereando por aquí sin decidirme a escribir una sola letra. Ideas no faltan, lo que faltan son ganas. ¿Fondo verde, sofá, libro? Las dos últimas opciones llevan venciendo unos días, de modo que me repanchingo en el sofá y me pierdo entre mis lecturas.

Ahí está la pila de libros, observando cómo me acerco hasta ella mientras sonríe maliciosamente por alzarse con la victoria una vez más. Echo un vistazo y elijo el que más me va para esa ocasión. Y es que no puedo leer los libros de uno en uno. Tengo que leerlos de cinco en cinco, o de seis en seis, o... de n en n. Soy, por ello, el hazmerreír de mi familia. A veces los tengo desperdigados por la casa y a veces los coloco sobre la mesa, delante de mí, a medida que voy tomando uno u otro, formando con ellos una muralla tras la cual a penas sí se me adivina. Y es que quizá hay una lectura encubierta que, aun sin encontrarse dentro de los libros que me ocultan, puede resultar patente al que observa ese muro literario detrás del que me parapeto mientras que permanece desconocida para mí: señor Freud, ¿qué se esconde tras esa pared de sabiduría, además de mi persona? ¿Quizá algún trauma infantil?

Abandono el fondo verde y me marcho a mi muralla. Ya desde aquí oigo cómo me llama.

-Voy, voy..

9 comentarios:

Pasión dijo...

Hola S.Cid, pues me has dado una alegría, qué mejor compañía que "una pila de libros". Aunque no comente te leo siempre y compruebo que estás muy acompañada, eso es bueno.

Cuando quieras "desahogarte" ya sabes, je,je.
Un beso

Miguel Baquero dijo...

Me solidarizo contigo, amigo, yo también soy de los que tienen cuatro o cinco libros "al retortero", dando vueltas por la casa: uno para antes de dormir, otro para el metro, otro para los domingos o días plomizos...

Ya ha llegado a hacérseme raro sentarme a leer un solo y único libro de principio a fin

posodo dijo...

Si las ganas faltan, habrá que inventárselas. Aunque sean 15 ó 30 minutos, hay que enfrentarse al pánico ante el folio en blanco, o ante la pantalla en verde (¡ah, qué época la de los monitores de fósforo verde!). Y tras esos ejercicios, a recuperarse leyendo todo lo que haga falta, se tercie, o se ponga al alcance de la mano, lo que alimentará más ideas, y con ellas, las ganas.
Como por ejemplo, las ganas que tenemos, todos los días, de leerte.

Carlos dijo...

Eso me pasó a mí una vez, que se me agolparon varios libros, al cual más bueno, y no veía el momento de acabar uno, para empezar otro, y la verdad, fue angustioso.

S. Cid dijo...

Pasión: Sí..., los libros son los mejores amigos: son silenciosos, tranquilos, ayudan mucho... Eso sí, cogen demasiado polvo :-)

Yo también me paso por tu blog a leer con frecuencia, aunque últimamente no he podido participar mucho porque he andado un poco agobiada. En cualquier caso..., no se me olvida que es mi "desahogador" favorito ;-)

Besotes.

Miguel: Bueno..., entonces no soy la única loca que alterna varias lecturas al mismo tiempo. Es que, es cierto, cada momento y cada lugar... tiene su lectura :-)

Posodo: Como veo que me faltan unas cuantas anotaciones para dejar las de este año en el número redondo de 150, al final me voy a poner a publicar hasta que las alcance. Tengo textos suficientes almacenados para ello, aunque, como dije..., ideas tengo unas cuantas y no serían necesarios. Buscaré las ganas para llegar al 150. Así de cuadrada soy.

Carlos: Sí, cuando tienes varias lecturas en espera y sabes que te van a gustar, no ves el momento de ponerte a leer para ir avanzando con la mayor rapidez posible.

Saludos a todos.

S. Cid

Guido Finzi dijo...

Yo no sólo siempre tengo algún libro en espera (no sea que terminé el que tengo entre manos y me agarre un ataque de ansiedad por falta de lectura) sino que, con frecuencia, me paseo por la calle con otro bajo el brazo. Y esto, no lo hago por figuración sino porque, siempre encuentro el momento de dedicarle unos minutos.

Saludos.

PD: Me encantaría que en Madrid ocurriera como en Bs.As., donde uno puede comprarse libros a la 1 de la madrugada, después de salir de algún teatro de la av. Corrientes (por cierto, en una de las librerías de viejo de ésta arteria de la capital, Umberto Eco ideó su "El nombre de la rosa").

S. Cid dijo...

Guido: Yo también soy de las que pasean libros y aprovechan cualquier instante para leer. Antes trabajaba en un colegio al que iba en metro y siempre iba leyendo. Al salir, una compañera (de conversación intrascendente y a veces hasta insoportable) llevaba el mismo camino que yo y cuando me pillaba por banda... me jorobaba esos minutos de lectura. Así que normalmente me las apañaba para salir a hurtadillas y evitarla. No es que sea insociable, es que no me gusta perder mi tiempo (precioso tiempo) sólo por hacer el paripé.

En cuanto al tema de tu postdata..., no, aquí a partir de la una de la mañana sólo se puede beber alcohol y hacer ruido para jorobar a los vecinos. ¿Leer? Vamos, hombre, en qué estás pensando... ;-)

Kerícolo dijo...

Solo un pequeño apunte sin importancia, me encanta como escribes.
Un beso fueeerte

S. Cid dijo...

Bueno..., para mí es importante..., Kericolo ;-). Gracias por anotar ese "pequeño apunte sin importancia" ;-)

Un besote para ti también.

S. Cid

Belén 2013

Belén 2011