El monasterio de la Bien Aparecida es un sencillo convento tutelado por los Padres Trinitarios y construido en lo alto de una montaña en honor de Nuestra Señora que, al parecer, y tal y como reza la inscripción que se encuentra en su interior, se apareció en aquellas piedras un 15 de septiembre de 1605.
El monasterio es, como se puede apreciar en la foto, bastante parco, al menos para mis ojos, acostumbrados a monasterios de más enjundia, como el de Guadalupe. Sin embargo, el paisaje que lo rodea es absolutamente idílico. No obstante, siempre que he subido aquí para visitarlo, se han confabulado todos los elementos contra mí, como le ocurrió a Felipe II, y he tenido que atisbar el paisaje entre la niebla, imaginando aquellas zonas cubiertas por ella. En esta ocasión, sin embargo, hubo suerte y, aunque con día nublado y pelín lluvioso, pude mirar los valles desde la cumbre a mi antojo sin tener que imaginarlos.
Como la tarde estaba fresca, decidimos tomar un café calentito allí mismo, como resultado del cual (pues nos enteramos de ella por la información impresa en el sobrecito del azucarillo con que endulzamos el café) aguarda una visita a Santoña, donde se realiza una exposición, en el Palacio de Manzanedo, del cartógrafo Juan de la Cosa. Acerca de quien, por cierto, compré un libro en la pasada Feria del Libro de Madrid, El cartógrafo de la reina. Memorias de Juan de la Cosa, que todavía no he leído pero que parece muy famoso por estos lares, en cuyas librerías no falta el cartel que lo anuncia debidamente.
Y, hablando de ferias del libro, esta misma tarde (escribo en la mañana del 11 de agosto, aunque no sé cuándo podré publicar esta entrada) nos acercaremos a Santander para visitar la XIII (creo) Feria del Libro Viejo de Santander que, dicen, es la mejor de España después de la de Madrid (sobre la certeza de esta afirmación no puedo opinar, pues no tengo ni idea de si es así o no). Aprovecharemos, además, para ver una peli de la que se está hablando mucho, Origen, y cenar luego (o antes, a saber cómo se desarrolla la tarde) en el Sardinero. Pero eso será esta tarde, así que ya os contaré.
10 comentarios:
Con este calor que hace por aquí, me hace daño ver y leer estos posts. Así que mejor no te comento nada. Sólo espero la llegada del fin de semana, y partir para el Norte, a una playita cercana a Santiago.
Saludos
Quién estuviera dentro de un ratito en El Sardinero...
Cuando visité la ciudad de Santander fue tan rápido que ni me enteré y me quedé con las ganas de más. De hecho solo me dió tiempo a pasear por la costa, ver el Palacio de la Magdalena y tomarme, por supuesto, un café en el Sardinero. Hacía un tiempo de perros (un viento atroz, lluvia, frío...) pero yo estaba encantada.
De Santoña solo conozco las anchoas. Y qué más?
Recuerdo a unos pijos en el Sardinero, ya por la noche (bueno, vale, me tomé un café y un gintonic), un par de parejas que en lugar de disfrutar de la paz y de las vistas de aquel lugar se pasaron la noche diciendo pavadas y repasando todas las compras que habían hecho aquella tarde.
Que a mi me da igual, pero es que no lo hacían en voz baja los mamones.
Cid, qué envidia me das, como me gustan tus excursiones, de verdad, aunque ... bueno, me voy a Soria el finde que viene :) y allí fijo que no hace calor. Más le vale.
Estuve hace un par de años en Cantabria. Me enamoré de ella, un amor desbocado, enfermizo, rayando en la locura. Conservo en mis cansadas retinas, unas estampas rurales embriagadoras, seductoras.
Que cursi puede llegar a ser uno cuando se lo propone.
En serio, me encanta esa porción de España.
Pd: Bellísimas fotos, S.Cid.
Soria es una buena opción,
y fresquita, Sue.
No te olvides llevarte ropa que abrigue, no sé, una rebequita, leotardos de lana, algún pantalón que otro de pana de antes, un termo para el café etc.
Yo llevo un año, o más, con ganas de acercarme a Agreda. Me interesé, por la vida de una monja de clausura de aquella tierra, que tenía el don de la bilocación. Evangelizaba a indios de Nuevo México sin salir de su fría celda.
Cuando llegaron los misioneros españoles (¡qué tiempo más extraordinario!), se encontraron con tribus enteras que ya conocía la Palabra de Dios.
Investigaron concienzudamente, y acabaron por admitir que se trataba de esta monja Soriana; Sor Maria de Jesús, conocida también como La Dama de Azul.
¡Fascinante, amigos!
Pd: Sue, no dejes de visitar, si puedes, el pueblo de Agreda, y por supuesto, el convento donde reposa el cuerpo incorrupto de la Dama de Azul.
De nada..
Gracias por el enlace al meteosat, Bate, me encanta la temperatura, pero no pienso llevar pantalones de pana ni leotardos de lana. Que no voy a Siberia!
Bastará con unos jeans y una rebeca.
Y muchas gracias también por las recomendaciones, jo, eres como la guía Campsa mística. Agreda está más al sur de donde voy (a una hora veo en Google Map), pero si tengo tiempo pasaré por allí a ver el pueblo. Lo del cuerpo incorrupto ya si eso lo dejo para otro día, eh.
Que lo pases muy bien, Cantabria es precioso. Saludos.
S.Cid: ten cuidado en la visita a la Feria del Libro viejo, al menos, con las librerías de Valencia.
Mi experiencia es que nunca sales sin nada de ellas.
Por cierto, una estupidez que se me ha ocurrido antes de acostarme: ¿Juan de la Cosa no era el nombre de uno de los personajes del cómico Angel Garó? Sí, aquél que vestía de negro y estuvo un tiempo muy de moda...
Yo creo que sí.
Guido: A estas horas, ya estarás tomando el freco en la playita norteña :-). Refréscate y toma aire para la vuelta.
Miguel Sí..., se está muy bien allí, la verdad :-)
Sue: Gente chorra que habla a voces la hay en todas partes, incluida en estas tierras tan verdes. En cuanto a Santoña, la veo año tras año desde la playa, pero nunca he la he visitado, de modo que, como tú, sólo conozco las anchoas. Espero, a mi vuelta de Francia, tener tiempo de poder acercarme para visitar la exposición de Juan de la Cosa, que al final no he podido ir a verla estos días. En cuanto a lo del personaje de Ángel Garó..., no tengo ni idea.
Felices días por Soria. A ver si un día me animo y voy a conocerla, que no he estado nunca allí.
Bate: Cursi, no sé; pero razón tienes un rato. Estas tierras son idílicas.
Paco: Gracias, Paco. Sí..., lo intento..., lo de pasarlo bien, digo. A cambio..., no estoy escribiendo nada. Pero nada, nada... Ni una sílaba :-(
Posodo: Llegas tarde, Posodo, con tu advertencia. Piqué, piqué... Vaya si piqué... ;-)
Saludos, amigos.
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