jueves, 9 de julio de 2009

La revoltosa sintaxis

La revoltosa sintaxis

En cuanto a la sintaxis…, encontrar un texto sin tacha sintáctica es una labor más ardua, si cabe, que la de hallar una aguja en un pajar. Casi nadie conoce bien la sintaxis española y, así, es imposible escribir con corrección. Frente a otras lenguas muy encorsetadas por las estructuras sintácticas, como el inglés, el español nos proporciona una holgura que, para el escritor, sobre todo, es de agradecer..., pero que, también, si no se maneja con la debida precaución, puede llegar a convertirse en una tela de araña de la que resultará muy difícil escapar.

No obstante, esta manga ancha que brinda la sintaxis no significa paso franco: hay unas reglas. Con frecuencia, la gente (o al menos los estudiantes que han de examinarse de ella) se pregunta para qué sirve la sintaxis, pues bien, he aquí la respuesta: las reglas sintácticas ordenan los elementos que componen una oración de acuerdo con la función gramatical que tiene cada uno de ellos, y este orden es el que sigue: en primer lugar, el sujeto; a continuación, el verbo; después, el atributo (si el verbo fuera copulativo); no obstante, si el verbo es predicativo, el complemento directo es el que ha de ocupar el tercer lugar, seguido del indirecto y, por último, de los circunstanciales.

Por supuesto, tal y como se dijo anteriormente, el orden fijado en el párrafo anterior admite sus combinaciones… más o menos acertadas. Y es aquí donde entra la pericia de cada cual bien a socorrerle y favorecer un buen escrito, bien a enfangar el texto y volverlo retorcido y muchas veces hasta incoherente.

Por todo ello, creo conveniente aconsejar, a todo aquel que sienta el aliento de la escritura respirando en su interior, que es primordial armarse con un buen manual de sintaxis y estudiárselo de cabo a rabo; lo cual, sin embargo, tampoco le hará alcanzar la cima de la corrección sintáctica a la primera. Será necesaria la práctica constante para adquirir un nivel aceptable que, eso sí, mientras tanto, debe ir acompañando con el sentido de armonía y buen gusto.

6 comentarios:

Carlos Paredes Leví dijo...

Bueno, te has metido en en terreno muy pedregoso. Partiendo de una predisposición natural a tener alergia a todo lo que sea cultura y añadiendo los desbarajustes de los planes de estudios escolares, algunos tienen más que demasiado con saber escribir su nombre. No se le puede pedir peras al olmo y, mucho menos, a un abeto.

La educación y la cultura son bienes escasos y sin embargo, cotizan a la baja. Hoy en día, los padres modernos prefieren que sus hijos sean futbolistas o dentistas a que sean educados y cultos. Desgraciadamente, no existe complementaridad entre ambas cosas sino, más bien, antagonismo.
Un saludo.

PD: Pensé que no estabas publicando sino gozando del agua salada del mar y los horarios flexibles.

S. Cid dijo...

Si yo te contara... Vivo muy de cerca todo eso que dices porque soy profesora y te aseguro que es frustrante lidiar con ese tipo de pensamiento día tras día. De hecho, creo que la elección de profesión ha sido el error más grande que he cometido en mi vida. Aunque..., en realidad..., ¿fui yo quien eligió esa profesión o no me quedó más remedio? Prefiero pensar que fui yo quien la eligió, aunque me temo que más bien fue lo segundo lo que ocurrió.

Del agua salada no puedo gozar porque estoy en tierra de secano :-), aunque un chapuzoncillo en la piscina sí que me doy de vez en cuando. De los horarios flexibles..., SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ, sí que estoy gozando :-)))). En cuanto a las entradas del blog..., se van publicando solas (si Blogger no me falla), porque las programé antes de marcharme de vacaciones.

Saludos (y hasta pronto, ahora que he descubierto este bar con zona wifi).

S. Cid

Carlos Paredes Leví dijo...

Profesora? Una auténtica profesión de riesgo, en estos tiempos donde se minusvalora la inteligencia y la educación da pocas señales de vida...
Queramos o no, siempre erramos en alguna de las elecciones que tomamos. A mí me ocurre un poco lo que a ti: hubiera querido dedicarme a labores creativas y paso el tiempo haciendo justo lo contrario. Por eso quizás sea tan crítico, en mis textos y en mis charlas, con la Publicidad y la Televisión; porque me parecen medios que podrían ser utilizados con mejor criterio. Además, no hace falta ser una luminaria para ver que, actualmente, el talento brilla por su ausencia en ambas actividades.
El miércoles, mientras aguardaba la llegada de "Sin rastro", tuve el infortunio de soportar algo más de diez minutos de ese aborto llamado "Los hombres de Paco". Es increíble que semejante estupidez pueda tener el éxito que tiene.
En mi natal Bs.As., quien no servía para nada, se sacaba cuatro fotos e ingresaba en la policía. Aquí, parece que prefieren la Televisión.
Un saludo.

S. Cid dijo...

Tendrás que decir bajito lo de la televisión porque si alguno te oye… Pero, sí, totalmente de acuerdo contigo. Antes se hablaba de la telebasura cuando uno se refería a cierto tipo de programas. Hoy…, todo es basura en la tele. A mí, desde luego, no pillan ahí. Estoy abonada a CSI, Navy y Bones, y de ahí no me sacan, aunque a veces, en espera una de las dos últimas, tengo que tragarme los últimos minutos de “El intermedio”. ¿Viste el vídeo que colgaron en Youtube con la bronca que el Gran (¿quién le habrá dicho que es grande?) Wyoming le echaba a la becaria? Trabajar para ese tío sí que debe de ser un trabajo de riesgo…, aunque los profesores no le andamos a la zaga. ¡Ufff, lo que daría yo también por tener un trabajo creativo!

Saludos.

S. Cid

Carlos Paredes Leví dijo...

Lo que daría yo por poder trabajar como free-lance en casa y no tener que lidiar con idiotas a diario ¡¡.
La televisión se ha convertido en un perverso multiplicador de perversas conductas. Dicho esto, te aclaro que únicamente veo House, CSI, Sin rastro y alguna otra serie americana.
El Gran Wyoming es el típico exponente de las gracietas progres que a tantos parece provocar la carcajada y que, a mí, ni siquiera me sacan una sonrisa.
Un saludo.

S. Cid dijo...

Una vez más estamos de acuerdo: trabajar con tu ordenadorcito tranquilamente en tu casa (Internet es el futuro), con las zapatillas de estar en casa puestas todo el día y en algo que de verdad te satisfaga. ¡Quién pudiera!

El Gran Wyoming es un nuevo Fausto que ni siquiera se vende a cambio de la inmortalidad. Cuatro perras le bastan. A mí confieso que no es que no me arranque una sonrisa, es que me pone de muy mala uva. ¡Cuánto cretino hay tras la pantalla!

Saludos.

S. Cid

Belén 2013

Belén 2011