domingo, 15 de agosto de 2010

Libros, un rato de cine y zoo

Libros, un rato de cine y zoo

Santander..., ¡qué ciudad tan, tan bonita! Y, si hay quien albergue dudas, para muestra, un botón: la foto de la izquierda muestra uno de los incontables casoplones con que te topas en sus calles. Sí, Santander..., ¡qué ciudad tan, tan bonita! Y con playas alucinantes en las que, además, una sabe que nunca, nunca va a encontrarse con la Obregón y demás fauna ibérica... Hay que ser tonto para cambiar la Magdalena por Marivent..., ¿a que sí? Pero y qué me importa a mí dónde pasen los demás sus días de asueto. Yo a mis asuntos, y mis asuntos, según los dejé en estas páginas de Finis Terrae, versaban sobre la Feria del Libro Viejo de Santander. Ah..., por Dios..., mira que me estaba conteniendo..., pero al final piqué.

Sí, estuve en la Feria del libro Viejo de Santander, como os dije y, aparte de contaros que me pareció muy pequeñita, pero que había mucha gente y no fue posible un examen exhaustivo de los libros expuestos en las casetas, no tengo mucho más que decir, salvo que piqué. ¿Y con qué libros mordí el anzuelo? Pues con un par de volúmenes que incluyen varias obras de una colección que he visto en las estanterías de casa desde mi más remota infancia y cuya compra realicé más por un simple motivo sentimental que por otra cosa.

Lo cuento: en casa, mi tía tenía la colección completa de Zane Grey: unos libros verdes con páginas de papel de Biblia que siempre me llamaron la atención. Hace poco, vi que faltaban en su biblioteca y supe que se los había dado a una de mis hermanas. De manera que ayer, cuando me topé con dos de los volúmenes, volvieron a mí los recuerdos e, impulsada por la emotividad, me los compré. Con lo cual, comienza un nuevo reto: conseguir la colección completa. Ya tengo experiencia en estas tareas tan arduas: durante años fui haciendo la colección de las obras de Agatha Christie en una edición publicada en quiosco (que no pude hacer en su momento por razones económicas, que era yo entonces una simple estudiante con sólo unas monedillas en los bolsillos) de libros también verdes: librerías, Rastro, Ferias del Libro Antiguo..., fui persiguiéndolas por todas partes hasta que logré tener todos los ejemplares... menos dos. Busqué hasta en los rincones más inverosímiles, pero se resistían, hasta que un buen día, en la Feria del Libro de Laredo... me los encontré. Habrá que perseguir ahora a Zane Grey. En fin..., me gustan los retos ;-)

Luego, tal y como ya avancé, fui a ver la película Origen, pero eso lo dejo para otro día.

Estos días, además de la corta escapada a Santander, hemos ido a Santillana del mar, maravilloso pueblo (éste sí que lo es, Sue) que, como todo el mundo sabe, es el pueblo de las tres mentiras porque ni es santa, ni llana ni tiene mar... No anduvimos por sus calles, sin embargo, porque en esta ocasión el objetivo de nuestra escapada no era el de visitar el pueblo, sino su zoo. Pequeño, pero interesante: hay leones, tigres, panteras, lobos, toda clase de monos y hasta cocodrilos, pequeños…, pero cocodrilos al fin. Tienen también un insectario que, por supuesto, la que os habla no visitó, aunque tuve que atravesarlo para echar un vistazo a una preciosa zona dedicada a las mariposas. Nunca había visto algo así. Era como una especie de invernadero gigante donde las mariposas más que lindos lepidópteros revoltosos parecían camicaces: sobrevolaban a tu alrededor y se te echaban encima sin ningún pudor. Disfruté mucho de ellas hasta que me fijé en las ENORMES orugas que aguardaban su proceso para convertirse de vil gusano asqueroso en linda mariposilla. Salí despavorida atravesando el insectario con la mano delante de los ojos. ¡Puag, qué bichos más repugnantes!

Pocas fotos tengo del zoo porque las pilas recargables que tan baratas compré me jugaron una malísima pasada y, a pesar de tenerlas en el cargador durante más de 24 horas, parecían cargadas pero no lo estaban. Sin embargo, y a pesar de la increíble multitud que se reunía (yo incluida durante un buen rato) alrededor de Silvestre, el bebé de orangután que parecía humano, creo que elegí bien las dos únicas fotos que me permitió hacer la breve vida, casi un suspiro, de las dos pilas. Quizá en ellas se resuma la historia más desoladora del zoo, pero fue también –a pesar de las monerías de Silvestre- la que más me llamó la atención:




Y ahora, amigos, esperan unos días en Francia, donde no sé si tendré posibilidad de conectarme a internet. Si así fuera, nos veremos dentro de poco; si no..., entonces me despido hasta la próxima semana.

7 comentarios:

caraguevo dijo...

Creo y espero tener que ir a Santander en los próximos meses, así que agradecería alguna recomendación cultural. Iglesias y cementerios no porque será lo que visite, estoy pensando en cultura gastronómica más bien.

S. Cid dijo...

Caragüevo: Anotada la petición. Sondearé por aquí a los expertos en la materia y ya te contaré. Pero, por supuesto, de avanzada ya te cuento que puedes ir probando una buena marmita, un pollo marino, un cocido montañés...

caraguevo dijo...

Platos y sitios, necesito saber de ugares de mal vivir donde probar esas delicias.

Sue dijo...

Santillana del mar, sí. Me encantó. Dormí en el parador y cené espectacular. También en el bar de la plaza (al lado del parador) donde tomé ese cocido montañés.
Como era noviembre, estaba practicamente vacío de turistas (excepto una mañana que llegó un bus del Inserso y llenaron el pueblo). Visité también Comillas (muy bonito) y Santander, como ya relaté, y anteriormente había pasado una noche en Burgos (que no lo conocía).

La verdad es que mis escapadas suelen ser gastronómicas. El hedonismo me pierde, qué le vamos a hacer.
Si tengo tiempo entro en algún museo, convento o palacio, pero solo si tengo tiempo. Soy más de caminar por la ciudad o el campo y meterme en la vida de los pueblos, de la gente (mercadillos de libros, de fruta...) y descubrir lugares donde tomar algo rico.

En fin, qué envidia chica.

Por cierto, no tenía ni idea de la existencia de Zane Grey pero si aún viviera sería vecino de mi sister yanqui :)

Paco Gómez Escribano dijo...

Pues que bien que te los estás montando. Yo tengo pendiente una visita a Santander, ya veremos cuándo. No te preocupes, seguro que consigues esa colección de Zane Gray en alguna Feria del Libro Antiguo, en la de Madrid seguro. A seguir disfrutando, que para sufrir ya vendrá luego el insti. Saludos.

José Manuel Guerrero C. dijo...

El presidente de la región -el que le regala anchoas a ZP, que ahora no me acuerdo de su nombre- ha invitado a Alberto de Mónaco a visitar Cantabria.

Este, el hermano de Carolina, ha aceptado. Un puntazo que te cruzaras con él, sería, como volver a visitar al orangután Silvestre.

Jejejeje...

S. Cid dijo...

Sue: Yo soy muy perezosa para las excursiones. Cada día un poquito y es suficiente (ya se sabe eso de a cada día le basta su afán). Sin embargo, este verano está siendo especialmente movido (al menos el mes de agosto).

Paco: Sí, este año lo estamos haciendo bien y nos hemos montado un buen mes de agosto. No siempre cuadra todo igual de bien. Pero..., no me recuerdes la vuelta. Jo, aquí las carreteras están llenas de anuncios para la Rentrée de los niños y cada vez que veo uno me pongo de mala uva. Grrrrr ;-)

Bate: Sí, ese es el tal Revilla. ZP le recibirá en la Moncloa con la bandera de Cantabria junto a la española, como a todo un jefe de estado, pero no veas cómo lo ponen por su tierra. ZP le ha dado una patada en el trasero a todas las inversiones que tenía previstas para Cantabria y no dejan de darle p'al pelo al tal Revillita por imbécil.

Saludos, amigos.

Belén 2013

Belén 2011