Un joven ingeniero retenido por su trabajo en una pequeña localidad de Massachussets observa a un hombre lisiado y envejecido que recoge en la oficina de correos una revista y un sobre con medicamentos. Es invierno y el ambiente del pueblo es claustrofóbico. El aspeto educado del hombre, la edad que no corresponde a su físico, los misteriosos silencios y prevenciones que despierta su presencia en los demás, su vida casi aislada en una destartalada granja con dos mujeres, llevan a preguntarse al ingeniero por qué sigue viviendo en un sitio de donde, como dicen los lugareños, "casi todos los listos se marchan". Pero el hombre tiene un motivo para no haberse marchado, o para haberlo intentado y nunca conseguido: una historia en la que se mezclan la fatalidad del destino y todas las sutilezas del amor prohibido. Ethan Frome (1911) es una nouvelle cuyo escenario -los pueblos y bosques de Nueva Inglaterra- es toda una tradición de la más distinguida literatura norteamericana (de Hawthorne a Lovecraft) pero una excepción en una novelista esencialmente moderna y urbana como Edith Wharton. Sin embargo, desde su publicación, no dejaría de ser una de sus obras más caracerísticas, uno de los ejemplos más celebrados de su sensibilidad y de su estilo. Un auténtico clásico norteamericano y una auténtica lección de arte narrativo.
El resumen de la contraportada, que acabo de copiar, ya es bastante sugerente por sí mismo como para avivar la curiosidad del lector e incitarle a hacerse con este título, pero si me permite añadir mi opinión, diré: compre esta novela y léala. La disfrutará mucho.
Éste es uno de los títulos con los que me hice en la última Feria del Libro de Madrid. No conocía (o tal vez sí había oído hablar de ella y simplemente mi memoria la había olvidado -de hecho probablemente tuve que estudiarla en la carrera, aunque sucintamente, si no, no encuentro motivo para haberla borrado totalmente de mi cerebro-) a esta autora, pero cuando leí el texto arriba reproducido, no lo dudé: me encanta esta época, me encanta el lugar donde se desarrolla la historia y, sobre todo, lo que inclinó definitivamente la balanza hacia la compra del libro fue leer que se trata de una nouvelle cuyo escenario [...] es toda una tradición de la más distinguida literatura norteamericana (de Hawthorne a Lovecraft). El nombre de Hawthorne ya evoca suficientes buenos recuerdos en mi memoria como para excitar la necesidad de repetir, aunque sea merced a un nombre diferente, en este caso el de Edith Wharton, las buenas experiencias que tuve con La letra escarlata. De modo que ahí está la novela, en mi biblioteca, sin aguardar turno de lectura porque saltó por encima de otras muchas que esperan pacientes desde hace eones.
Preciosa historia de un hombre bueno cuyo final, además, aunque predecible, no aparece nítido, sin embargo, hasta justo, justo las últimas páginas, lo que le regala una enorme sorpresa al lector.
7 comentarios:
Me gustan los escritores norteamericanos de esa época, y si es una nouvelle apetecer más leerla
También me gustan los escritores norteamericanos, de varias épocas, así que me lo apunto para mi lista personal.
Muy sugerente el resumen.
No leí nada de Edith Wharton, pero me resultó interesante la sinopsis del libro. Lo tendré en cuenta.
Un saludo
Pues os animo a leerla porque es una novela entretenida, bien escrita y... sorprendente.
Saludos, amigos.
Yo tampoco la leí, S.Cid. No me da tiempo a leer todo lo que quiero. No obstante, como han dicho por ahí arriba, tomo nota. Muchas gracias. Un abrazo.
Lo más cerca que estuve de Nueva Inglaterra fue cuando pasé unos cuantos días en Nueva Jersey. Hasta ahí llega la melancolía de los bosques de aquella proverbial tierra que exhala aquella naturaleza.
Si tuviera pasta a espuertas sería vecino del iracundo Norman Mailer. Dicen que el marisco que se come por allí es de los mejores del mundo.
Paco: Te entiendo bien, Paco. A mí me pasa lo mismo: veo muchos libros que parecen interesantes..., pero que no encuentran momento. La lista es demasiado larga :-)
Bate: Si yo tuviera pasta gansa, como tú, haría lo mismo que tú: irme ;-)
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