A Christmas tale for an atheist
–Me duele –se quejó mimosa al tiempo que agitaba ante mis ojos el dedo que se había pillado con la puerta, y al que el remedio mágico de una tirita le había hecho breve efecto.
–Sana, sanita, culito de rana, si no sana hoy sanará mañana –la consolé dando unos pases mágicos sobre el dedo mientras recitaba las palabras del hechizo–. Y, ahora, tápate bien y a dormir, que esta noche vienen los Reyes.
–Sííííí –sonrió llena de una alegría que me contagió al pensar en la felicidad que proporciona la fe en unos seres misteriosos y benevolentes–. ¡Aunque… –exclamó preocupada–, ¿sabes?, Linda dice que no existen! ¿No crees que la castigarán sin regalos?
–No –contesté–, no lo creo. Los Reyes son muy buenos y no se enfadan por esas cosas. Se entristecen, pero nada más.
–¿Cómo Dios contigo, mamá?
- - - - - - - - - -
Al hilo de una deliciosa anécdota nacida de una conversación entre una madre y su hija, y que Ana Laura tuvo a bien compartir con sus lectores en El Ratón Pérez es un ratón de laboratorio -cuya lectura no puedo dejar de recomendar-, surgió esta pequeña historia que publico sólo para, merced a la reacción que provoque en los lectores, tomarle el pulso, porque a mí no acaba de satisfacerme. No he conseguido cuadrarla como yo quería y -para más inri- le he colocado un rimbombante título en inglés. La de Ana Laura es mucho mejor..., pero es que la realidad -dicen- siempre supera a la ficción.
–Me duele –se quejó mimosa al tiempo que agitaba ante mis ojos el dedo que se había pillado con la puerta, y al que el remedio mágico de una tirita le había hecho breve efecto.
–Sana, sanita, culito de rana, si no sana hoy sanará mañana –la consolé dando unos pases mágicos sobre el dedo mientras recitaba las palabras del hechizo–. Y, ahora, tápate bien y a dormir, que esta noche vienen los Reyes.
–Sííííí –sonrió llena de una alegría que me contagió al pensar en la felicidad que proporciona la fe en unos seres misteriosos y benevolentes–. ¡Aunque… –exclamó preocupada–, ¿sabes?, Linda dice que no existen! ¿No crees que la castigarán sin regalos?
–No –contesté–, no lo creo. Los Reyes son muy buenos y no se enfadan por esas cosas. Se entristecen, pero nada más.
–¿Cómo Dios contigo, mamá?
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Al hilo de una deliciosa anécdota nacida de una conversación entre una madre y su hija, y que Ana Laura tuvo a bien compartir con sus lectores en El Ratón Pérez es un ratón de laboratorio -cuya lectura no puedo dejar de recomendar-, surgió esta pequeña historia que publico sólo para, merced a la reacción que provoque en los lectores, tomarle el pulso, porque a mí no acaba de satisfacerme. No he conseguido cuadrarla como yo quería y -para más inri- le he colocado un rimbombante título en inglés. La de Ana Laura es mucho mejor..., pero es que la realidad -dicen- siempre supera a la ficción.
9 comentarios:
Pues yo creo que la frase final, concisa y rotunda de la hija, pone las cosas en su sitio, ¿no?
Además, lo hace de sopetón: yo he tardado en reaccionar (también puede ser que aún esté dormido -mis hijos han decidido levantarse hoy a las siete menos cuarto-).
Sobre el título, tampoco hay que llegar al "Soy ateo, gracias a Dios", ni similares, pero siempre se puede traducir.
Un saludo real.
He pinchado el link y leído la anécdota de madre e hija.
Lo primero que he hecho es sentirme identificada con la pj party tecnológica porque tengo una amiga que no suelta la BB así la maten. Es casi imposible mantener una conversación decente con ella... pero bueno, solo es una.
El resto del post me parece una delicia porque yo me lo creo todo cuando me meto en harina. Por ejemplo,cuando termino de ver Harry Potter me deprime un montón salir a la calle y no ver escobas voladoras ni seres fantásticos (por cierto en El cáliz de fuego le han dado muy poco protagonismo a Hermione, muy mal me parece), porque creo que la fantasía se ha hecho necesaria para sobrevivir. Lo mismo que la cultura y el arte.
En fin, creo que hay hueco para todos, o debería haberlo. Me gusta saber que en el mundo hay mucha gente diferente a mi. Gente fantástica.
Sino, qué aburrimiento ¿no?
¿Qué tal se han portado los Reyes Cid? A mi me han dejado una maleta. ¿Será una indirecta para que me largue? ¿pero dónde?
A veces son tan herméticos estos Reyes Magos...
Posodo: No, no, has tardado en reaccionar porque la historia no está bien construida, pero le di vueltas y más vueltas sin encontrar la solución. Entre otras cosas, porque tenía que hacerlo en 150 palabras, y eso limita mucho. Pero no es excusa: cuando una quiere hacer malabarismos, debe ser lo suficientemente hábil como para expresar lo que quiere respetando las reglas. Así que...
Sue: De Harry Potter no sé decirte... No he leído ni una sola de sus novelas y en cuanto a las películas creo que no he sido capaz de acabar una de ellas (no sé cuál era en concreto) que intenté ver. Quizá algún día me lance a la lectura de Harry, pero de momento...
En cuanto a los regalos, yo también he regalado unas maletas y, no, no había intención malévola alguna en mi corazón, jajajaja, así que tranquilízate con respecto a las intenciones de quien te ha regalado la tuya. A mí me han regalado unos calcetines gustositos y calentitos para estar en casa (así que si me planteo lo del hermetismo de los Reyes Magos..., ¿qué debería pensar? Jajajaja), un aparatejo de esos..., cómo los llaman, estación meteorológica que no han debido de calibrarme bien, porque esta mañana hacía un sol espléndido ahí fuera y, sin embargo, en la estación esa estaba lloviendo; y, finalmente, un montón, pero un montón de libros que tendrán su entrada propia dentro de unos días :-).
Saludos, amigos, y feliz (aunque ya se está acabando) Epifanía.
Joder, esa niña es un tesoro....
–¿Cómo Dios contigo, mamá?, dice la bichitoo. Tengo dicho, y si no, lo digo ahora, que los momentos de nuestra vida en la que más cerca estamos de Dios es en la primeria infancia y cuando queda poco para marcharnos definitivamente a la casa del Padre.
PD: Gracias por tu buen hacer bloguero.
Creo que hay abierto por ahí un interesantísimo De/bate. ¿No?
Bate: Eso de "cuando queda poco para marcharnos definitivamente a la casa del Padre" suena a "por el interés te quiero, Andrés", jajaja ;-). Deberíamos sentirnos cerca de Dios todos y cada uno de los días de nuestra existencia, pero este mundo tan alocado, que se mueve tan deprisa... Ay..., cuánta falta nos hace un poco de tranquilidad y, sobre todo, de silencio, mucho silencio. Creo que fue la madre Teresa de Calcuta (pero no estoy segura) quien dijo que a Dios se le encuentra en el silencio (por eso me molesta tanto el "Túuuuuuuu, has venido a la oriiiiillaaaaaaa" de las misas. ¿No se podrán callar y dejar que cada uno esté en paz consigo mismo en el silencio?).
En cuanto al nuevo De/Bate, es verdad, está pendiente. Voy a prepararlo ahora mismo y lo subo.
Me parece perfecto y muy reconforte para ti que te moleste como una mosca cojonera el "Túuuuuuuu, has venido a la oriiiiillaaaaaaa" de las misas.
Secuelas de ese Juanpablismo escénico que casa tan bien con el nefasto VaticanoII, qué le vamos hacer.
Te ruego encarecidamente que te hagas con ésta pelicula, y disfrute, experimente y sientas como algunas comunidades cristianas mantienen aún intacta su peremne vocación de permanecer abrazados a los pies de la Cruz.
Primero que nada, agradecerte por la mención, me siento muy honrada por tu recomendación. Me encanta.
Segundo, el cuento me ha gustado mucho. Como dijo Posodo, la frase final de la niña pone todo en su lugar y te deja pensando. La extensión del relato es perfecta -aunque no la hayas elegido tú sino el que puso las reglas. Ni una palabra de más, ni de menos; no creo que hubiera salido mejor de otra manera.
Muchos Besos, y no te pregunto que te han dejado los Reyes porque ya lo leí.
Ana Laura: En realidad soy yo quien debe estarte agradecida a ti. Primero, porque me hiciste disfrutar mucho con la lectura de la anécdota a que dio lugar tu hija con sus reflexiones y, segundo, porque de ella nació -aunque en el fondo difiera bastante- este pequeño relatito.
Gracias también por tu segundo párrafo :-). Me alegra que te haya gustado [aunque las reglas me las pongo yo misma, porque soy yo quien decidió que las historias de "Absurdos y malentendidos" tengan 150 palabras, al igual que las de "Todo a cien" sólo pueden alcanzar la centena. Es una especie de juego para mí misma y contra mí misma :-)].
Besos para ti también y, por supuesto, feliz de verte por aquí :-)
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