miércoles, 2 de marzo de 2011

Diccionarios...

Diccionarios...

Maravilloso invento. Herramienta impagable. ¿Qué haríamos sin ellos, eh? ¡Nada! Nuestra existencia correría por las lóbregas sendas de la ignorancia. Si es que son tan majos... Compilan el idioma y resuelven nuestras dudas semánticas. Sería imposible pasar sin diccionarios. Un hurra por ellos: hip, hip... Venga, hombre, no sea tímido: ¡HURRA! Y ahora repitan conmigo: ¡Viva María Moliner!

...

Vamos, vamos, no se hagan los remolones... Repitan: ¡Viva!

Oh, los diccionarios..., cuánta oscuridad disipan, cuántos misterios desentrañan, cuánto saber albergan y regalan. ¿A que sí?  

Porque..., veamos: suponga el lector que de repente se cruza, así, sin comerlo ni beberlo, con una lindeza del idioma cuyo significado desconoce, ¿qué hace el inteligente -en Finis Terrae todos lo son- lector? ¡Qué pregunta tan absurda! Acudir al diccionario, naturalmente. Pues anda que no preguntas chorradas, S. Cid. 

Muy bien, muy bien. He ahí la respuesta: acudir al diccionario y resolver su duda. Por ejemplo, ¿se ha pregutado alguna vez qué demonios es un quirquincho? ¿Que no? ¿Y a qué está esperando? Pregúnteselo, buen hombre, lector curioso, pequeña criatureja ignorante. Vamos, pregúnteselo...  ¿Ya? ¿Se lo ha preguntado ya? Bien, muy bien. Ahora busque la respuesta a su interrogante. Yo le facilito la tarea: pinche sobre el enlace y deje que el diccionario le empape con su erudicción y, por supuesto, con su claridad meridiana: quirquincho. ¿No se quejará, eh...? Transparente y nítido como el agua cristalina de los lagos alpinos.

¡Hala, ya puede seguir viviendo tranquilo!

10 comentarios:

Carlos dijo...

¿Y qué son charangos? ¿Otra vez al diccionario?
¿Nos vas a hacer trabajar toda la mañana?

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Miguel Baquero dijo...

Ahora se me ha quedado a mí también la duda de qué es un charango.
Esto es un sinvivir. Creo que hemos entrado en una espiral destructiva... ;-)

posodo dijo...

Lo divertido es el juego de palabras que el DRAE se trae (y nos lleva):

En el charango nos remite al caparazón y al armadillo, cuando hemos llegado a aquél por el famoso quirquincho, que no es exactamente un aramdaillo, y del que, lo que se usa, no se denomina 'caparazón' sino 'carapacho', vocablo más específico.
Y sí, puede observarse que es transparente y nítido como el agua cristalina de los lagos... andinos.

Y sí, una anotación sobre una buena idea. [Pero viniendo de quien viene, es habitual ;-)]

posodo dijo...

Y digo yo, como aquel Braulio, cartero el pueblo cronicado, ¿qué es un aramdaillo? Y con esta ortografía...

ofilia dijo...

Ja! Esta genial esta entrada! Mi madre solía leer los diccionarios! Ahora no porque ya no ve muybien ...

S. Cid dijo...

Carlos: Pues claro, al diccionario, vamos, al diccionario, vaguete... ;-)

Miguel: ¿Espiral destructiva? Jajajajaja. Un horror sin fin, jajajajaa.

Posodo: Es un sinvivir, esta línea infinita de palabras raras con la que nos distrae la RAE.

Ofilia: Consulto con mucha asiduidad el diccionario, pero es que hay veces, como ésta..., en que sus respuestas me dejan ojiplática.

Saludos, amigos, y buena mañana.

posodo dijo...

Por curiosidad (y posible semilla de un relato, ¿ein?), ¿qué lema era el que estabas consultando cuando te encontraste esta perla?

S. Cid dijo...

Posodo: ¿Lema? No..., no creo que estuviera consultando ningún lema aunque, para ser franca, ni lo recuerdo siquiera. Así me ha dejado esta semana: no soy capaz de recordar de dónde demonios salió el tal quirquincho. Debía de estar leyendo algo, aunque no recuerdo qué, y me topé con la palabreja, así que la busqué en la RAE. Sí recuerdo que estaba en el colegio y fue desde mi ordenador del aula. ¿Pero qué estaba leyendo? Ni idea, no me acuerdo.

A cambio, y para que no te sientas defraudado ;-), te contaré que este verano escuché una pequeña historia sobre un animalito escocés (del tipo y naturaleza de los gamusinos españoles) que me sugirió... una idea. Está en espera de que me ponga, continúe y acabe con "El escorpión rojo".

Pero, ufff, qué pereza, no quiero pensar en ello. Estoy...

Ana Laura dijo...

¡Me hiciste acordar algo con tu entrada! Cuando eramos pequeñas con mis amigas, jugabamos a un juego que se llamaba 'diccionario', precisamente. La premisa era sencilla, pero la ejecución complicada, y nos divertía mucho. Una de nosotras tenía que elegir una palabra del diccionario que fuera totalmente desconocida, y copiaba la definición a un pedazo de papel, a la vez el resto escribía una definición propia para la palabra -tratando de que sonara lo más 'legítima' posible. Se leían en voz alta y había que decidir cual era la verdadera. Ganaba puntos la que había escrito definición más votada y quien acertaba al elegir la verdadera. Te puedes imaginar que los resultados a veces eran hilarantes.

Lamentablemente cuando le sugerí ese juego a mi hija mayor hace unos años -con amigas de visita- todas me miraron como si estuviera loca. Creo que los niños de ahora no son los de antes...

Dícese de...

Belén 2013

Belén 2011