Continúo sufriendo, amigos, y no siempre con paciencia, algunos achuchoncillos de salud. Nada importante, espero, pero sí molesto y tocanarices. La cuestión es que empecé con una chorrada, y eso derivó en otra chorrada, y ésta, a su vez, en otra y... así llevo ya dos meses. Mientras tanto, mi vida sigue más o menos igual, esto es, currando mucho y harta de niños, pero he notado que poco a poco, merced a estos achuchoncillos, voy perdiendo por el camino algunos de los quehaceres que me hacían la existencia no diré llevadera, sino feliz: mis historias y, últimamente, ¡hasta mis libros!
Y es que hace ya semanas (o eso creo, porque he perdido la cuenta) que no me siento con ganas de ponerme ante el ordenador a teclear. ¡Es una lástima!, porque últimamente andaba tan sembrada... A cada instante se me ocurría una idea, una buena idea, una idea genial (según mi parecer), que anotaba en el primer papel que encontraba por ahí (¡cuántos habré perdido así!), de manera que tengo volereando por casa un buen montón de historias en espera de tecleo. Sin embargo, como decía ahí arriba, el ánimo anda mustio. Tan mustio que, como también apuntaba ahí arriba, hasta mi ansia lectora se está viendo afectada.
¡Es tiempo de cambiar!, ¿no? Llevo las últimas horas demasiado alicaída para tomarme en serio esa exclamación con que abro el párrafo, pero voy a intentarlo. Puede que la mitad de mis males vengan por ahí. Así que mañana, en cuanto le haya dado un repaso al patio (que falta le hace), me pondré a teclear (¿lo haré? Ay, sí, creo que me vendría bien. Ánimo, ánimo, S. Cid). Y para picaros la curiosidad (a ver si también animáis vosotros) os copio los primeros párrafos de la historia que me tenía ocupada estas semanas de atrás y que dejé colgada:
Pensé que quería matar a mi suegra. Sí, eso fue lo que pensé y, considerando los acontecimientos que me habían llevado hasta tal pensamiento, cuya naturaleza tendrá el lector oportunidad de conocer al instante, habrá de admitirse que el juicio al que sin duda querrá someterlo debe quedar fuera de cualquier proceso que pueda encausar la moral y el proceder recto que se le supone a un marido afectuoso y devoto de su esposa, ya que en aquel instante maldito en que se produjo, tal pensamiento no procedía de una premeditada intención, racionalmente reflexionada y sopesada en profundidad, sino que fue producto de un arrebato emocional, arteramente avivado y nacido del mayor, al tiempo que irreflexivo, de mis anhelos. Y, sin embargo, cuán inofensivo lo consideré entonces.
Matar a la suegra… ¿Se asombra? Bien…, ¿qué espera que le diga? No puedo dejar de juzgar oportuno su estupor y, sin embargo, no hay duda de que una cierta aversión hacia la suegra es un sentimiento enquistado en el corazón de todo hombre que sufre la desgracia de tener una. No lo niegue, aunque haya de transigir con ello furtivamente, ¡en el suyo, también! Ja, ja, ja, permítame estas carcajadas inofensivas, caballero, pues le comprendo, ¡vaya si le comprendo! Remolonee y atúsese el bigote mientras simula un extremo interés por aquello en que primero pueda fijar su atención en este juego del disimulo que es el matrimonio. Al fin y al cabo, seguramente mi pensamiento le parecerá excesivo, ¿me equivoco? Me atrevería a aseverar que no. Entiendo el razonamiento de que se valdrá para argumentar su fealdad: todos odiamos a las suegras, querido Harry, pero de ahí a apetecer su muerte. Más aun, de ahí a desear asesinarla… Ciertamente, tiene razón: es un capricho extremo que se adentra en los tenebrosos dominios de la monstruosidad. Lo admito, como no puedo sino doblegarme a ese segundo fragmento de reflexión que habrá añadido a su reproche: sólo en un alma oscura podrían cobijarse anhelos tan odiosos. Todo lo cual hace de su razonamiento un argumento sólido.
Bien, lo admito, no es un pensamiento que me santifique, pero no puedo eludir los hechos y negarme a aceptar que existió, aunque, debe creerme, se lo ruego, cuando afirmo que, al igual que los afanes homicidas que de vez en vez brotan en el corazón de tantos hombres, desazonados a causa de las incompatibilidades forzosas que surgen con la familia política, no suelen ser sino puro ensueño, jamás albergó el mío pretensión alguna de materializar los hechos. O, al menos, eso creo…
Y es que hace ya semanas (o eso creo, porque he perdido la cuenta) que no me siento con ganas de ponerme ante el ordenador a teclear. ¡Es una lástima!, porque últimamente andaba tan sembrada... A cada instante se me ocurría una idea, una buena idea, una idea genial (según mi parecer), que anotaba en el primer papel que encontraba por ahí (¡cuántos habré perdido así!), de manera que tengo volereando por casa un buen montón de historias en espera de tecleo. Sin embargo, como decía ahí arriba, el ánimo anda mustio. Tan mustio que, como también apuntaba ahí arriba, hasta mi ansia lectora se está viendo afectada.
¡Es tiempo de cambiar!, ¿no? Llevo las últimas horas demasiado alicaída para tomarme en serio esa exclamación con que abro el párrafo, pero voy a intentarlo. Puede que la mitad de mis males vengan por ahí. Así que mañana, en cuanto le haya dado un repaso al patio (que falta le hace), me pondré a teclear (¿lo haré? Ay, sí, creo que me vendría bien. Ánimo, ánimo, S. Cid). Y para picaros la curiosidad (a ver si también animáis vosotros) os copio los primeros párrafos de la historia que me tenía ocupada estas semanas de atrás y que dejé colgada:
Pensé que quería matar a mi suegra. Sí, eso fue lo que pensé y, considerando los acontecimientos que me habían llevado hasta tal pensamiento, cuya naturaleza tendrá el lector oportunidad de conocer al instante, habrá de admitirse que el juicio al que sin duda querrá someterlo debe quedar fuera de cualquier proceso que pueda encausar la moral y el proceder recto que se le supone a un marido afectuoso y devoto de su esposa, ya que en aquel instante maldito en que se produjo, tal pensamiento no procedía de una premeditada intención, racionalmente reflexionada y sopesada en profundidad, sino que fue producto de un arrebato emocional, arteramente avivado y nacido del mayor, al tiempo que irreflexivo, de mis anhelos. Y, sin embargo, cuán inofensivo lo consideré entonces.
Matar a la suegra… ¿Se asombra? Bien…, ¿qué espera que le diga? No puedo dejar de juzgar oportuno su estupor y, sin embargo, no hay duda de que una cierta aversión hacia la suegra es un sentimiento enquistado en el corazón de todo hombre que sufre la desgracia de tener una. No lo niegue, aunque haya de transigir con ello furtivamente, ¡en el suyo, también! Ja, ja, ja, permítame estas carcajadas inofensivas, caballero, pues le comprendo, ¡vaya si le comprendo! Remolonee y atúsese el bigote mientras simula un extremo interés por aquello en que primero pueda fijar su atención en este juego del disimulo que es el matrimonio. Al fin y al cabo, seguramente mi pensamiento le parecerá excesivo, ¿me equivoco? Me atrevería a aseverar que no. Entiendo el razonamiento de que se valdrá para argumentar su fealdad: todos odiamos a las suegras, querido Harry, pero de ahí a apetecer su muerte. Más aun, de ahí a desear asesinarla… Ciertamente, tiene razón: es un capricho extremo que se adentra en los tenebrosos dominios de la monstruosidad. Lo admito, como no puedo sino doblegarme a ese segundo fragmento de reflexión que habrá añadido a su reproche: sólo en un alma oscura podrían cobijarse anhelos tan odiosos. Todo lo cual hace de su razonamiento un argumento sólido.
Bien, lo admito, no es un pensamiento que me santifique, pero no puedo eludir los hechos y negarme a aceptar que existió, aunque, debe creerme, se lo ruego, cuando afirmo que, al igual que los afanes homicidas que de vez en vez brotan en el corazón de tantos hombres, desazonados a causa de las incompatibilidades forzosas que surgen con la familia política, no suelen ser sino puro ensueño, jamás albergó el mío pretensión alguna de materializar los hechos. O, al menos, eso creo…
12 comentarios:
¿Tomas miel en ayunas y suficiente fruta? ¿Estás ensayando los pasos del "Singles ladies"? ¿Tomas legumbres? ... Cierto es que cuando una empieza padeciendo algo y no se cura bien, o el ánimo no está de acuerdo en ayudar, se van encadenando unos males con otros. Y, aunque sean chicos, joden.
Recupérate y sigue con este relatillo que has colgado, que está muy bien (aunque lo de tener manía a las suegras nunca lo he entendido, será que siempre tuve suegras bien majas. Quizás influye no llamarlas "suegras" ;)
Y ahora sí que me voy a dormir.
Sweet dreams.
Pero ¿te has enterado que es Primavera en El Corte Inglés? Ya se sabe que la primavera la sangre altera pero se entiende, se debe entender, que es para bien.
No te digo que te pongas a Barry Manilow en el "espotifai" porque serías capaz de comprar un disco, dicen que haberlos haylos, para tirármelo a la cabeza.
Piensa que quedan menos de dos semanas para perder de vista a los monstruos cuellicortos (así los llamaba Elizabeth Taylor en La gata sobre el tejado de cinc) durante unos días.
Respecto a las suegras, creo que fue el único monstruo que no nombraron en la presentación del libro Antirresurrección.
Y ánimo, mucho ánimo, no te desanimes por la marcha de Zapatero, todavía nos queda un año. ¡¡¡Todavía nos queda un año!!!
Después de esto último las lágrimas no me dejan escribir más.
Sue: Miel en ayunas, no; pero fruta... ¿Sabes por qué está tan cara? La razó responde a la ley de la oferta y la demanda, y como yo demando tanta..., no queda otra que elevar los precios, jajajaja. Sí, fruta tomo muchísima. Y verdura, y legumbres y pescado...
En cuanto al relatillo, está prácticamente terminado desde hace semanas. Sólo le hacen falta las últimas pinceladas. Me puse a ello esta mañana, pero no le di el toque final.
Caraguevo: Sí, mejor no me recuerdes a ningún Barry o no podré salir de la iglesia, de todo lo que voy a tener que rezar por tu alma, jajaajajjaa.
Y, en cuanto al tiempo que me queda para vacaciones..., ¿menos de dos semanas? ¡¡¡Cuatro!!!, ¡¡¡cuatro días nada más!!! ;-) Ay, qué ganitas...
Y, en lo referente a tus llantos..., no llores, hombre, que un año pasa en un pispás ;-)
Saludos, amigos. Y ánimos para el lunes.
El desajuste respecto a las vacaciones es el geográfico. Aquí en Valencia empiezan el Jueves Santo, aunque luego siguen con la Semana de Pascua, hasta la celebración de San Vicente Ferrer (que este año, por gentileza de zeta, será el Día del Trabajo, o similar).En Madrid, por lo que veo, empezáis el Viernes de Dolores.
Amejórate, mujer, que vas a tener mucho que leer.
Un saludo.
Posodo: Lo intento, lo intento. A ver si ya todo vuelve a su ser. Gracias.
Recupérate.
Un abrazo.
O dos.
Recupérate... a lo mejor si dejas de pensar en matar a la suegra y te la llevas a casa a vivir para que te alegre y te cante y te divierta ;-)
Gracias, amigos.
Te recuperarás y volverán con tu salud las ganas de leer y de escribir y de terminar ese cuento. A veces el organismo necesita replegarse un poco en sí mismo para afrontar mejor las amenazas, internas en este caso. Ahorrar fuerzas no es tan malo.
También es cierto que avanza el año y estás cada vez más cansada, pero anímate, la semana que viene es Semana Santa, ¿tienen receso por tu tierra? Una semanita de vacaciones para descansar, dormir, y si tienes ganas, leer o escribir (actividades ambas que requieren total deseo de parte del lector o escritor, no vale hacerlo por obligación... si igual no te pagan por escribir, ¿por qué forzarte si no estás 100% dentro?)
Lo cual no quiere decir que no me muera por saber si termina matando a la suegra o no :D
Ana: Sí, así lo espero... Además, leer, leo (menos que antes, pero leo), pero escribir... No soy capaz de estar más de 10 minutos frente al texto y, así, no hay manera de trabajar. Espero que esto cambie pronto, porque ya empiezo a tener mono.
Y, sí, también es cierto eso que dices sobre que va avanzando el año y las fuerzas se van gastando. Sí, sí que tenemos vacaciones de Semana Santa. Las empezamos mañana, de hecho: a las 16:30 seré libre durante 11 días :-))
¿Te apetece leer el resto del relato? Había pensado publicarlo en partes, a ver qué tal aceptación tenía. No sé si me convence mucho la idea: creo que por el momento tiene unas 7.000 palabras y aunque está casi acabado, el número -hacia arriba o hacia abajo- no se moverá mucho, de modo que aunque lo publicara por partes, no sé yo si a la gente le gustaría tener que ir leyendo pedazos de una historia cada varios días. Quizá pruebe, a ver qué pasa...
Saludos
Claro que me apetece, me interesa mucho. Es más, estoy segura de que a todos tus lectores les interesará también. Y leer en partes no es tan malo, ¡aumenta el interés! Recuerda que Dumas publicaba asi ;)
Me alegro que tengan vacaciones, yo las comienzo mañana también, y aunque recién haya empezado el año, las espero ansiosa. Espero que puedas descansar y recuperar fuerzas en estos días.
Un beso grande
Ana: Pues entonces lo publicaré :-)) De hecho, le estoy dando los últimos toquecillos (que serán los antepenúltimos, antes de los penúltimos que habrán precedido a otros últimos más, jajaja) y haré la prueba.
PD: "todos mis lectores" sois tú y un par de personas más, jajajajaja, pero, bueno, espero que también le interese a ese otro par. ¿Qué tal van las vacaciones? Uffff, yo aún no me creo que hayan llegado, después de un trimestre tan largo.
Besotes.
Creatibea: Sí, un poco mejor voy, gracias. En cuanto a lo de la suegra..., no tengo, así que no puedo opinar ;-)
Saludos.
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