Ya he traído por aquí en alguna ocasión (cuya fecha concreta se me escapa, de modo que me resulta imposible enlazarla), el dilema que se me plantea de vez en cuando a la hora de decidir si, en un momento concreto, me apetece más leer o escribir; escribir o leer. Por si fuera poco, añado ahora a esta disyuntiva un tercer elemento: los paseos.
Para hablar con total franqueza, últimamente lo que no perdono es el paseo. Todos los días, salvo cuando los elementos se vuelven contra mí, como le ocurriera al severo Felipe II, salgo a caminar durante al menos una hora, lo cual está tranquilizando mis nervios, que han venido mostrándose un poco revueltos a lo largo de las últimas semanas, además de matizando algo la palidez invernal de mi piel y mejorándome el físico.
Luego, en realidad, el dilema continúa reduciéndose a dos alternativas. Las de siempre: leer o escribir. La naturaleza, o lo que sea, ha terminado decidiendo por mí estos días... Ha ayudado a ello el hecho de que, supongo que debido a mi reciente estado de angustia, o lo que sea que me ha pasado, no era capaz de encontrarle gusto a la lectura. Sencillamente no me concentraba y, por ello, me resultaba imposible disfrutar un libro. Lo cierto es que, ya que estamos haciendo confidencias, os confesaré que tampoco creí posible retomar el placer por la escritura, la verdad, hasta que uno de estos días de atrás me decidí a reanudar mis relatos y..., bueno, he descubierto que se ha comportado como un remedio mágico: desaparecidos los nervios, disipada la angustia... y con mis historias al mando.
7 comentarios:
Me alegro de que te encuentres mejor.
Por si te sirve de referencia, estos días pasados he estado disfrutando, en pequeños huecos en el tiempo, leyendo retazos, o relatos, de Evelyn Waugh, Miguel de Cervantes, S.Cid,...
Así pues, ya que no a los dos primeros, a la tercera sí puedo, y lo hago, darle las gracias.
Un saludo.
Posodo: Jajajajaja, qué majo. Pues gracias, aunque imagino qué es lo que has estado leyendo y no me encuentro totalmente satisfecha con ello. Tengo que mejorarlo. Para tu información, te diré que hay nuevas remesas detectivescas. Algunas, ya publicadas aquí, han sido (y están siendo) aumentadas y mejoradas; otras, están naciendo. No todas a la vez, claro. Poco a poco, poco a poco.
En cuanto a lo otro (casi como "Los otros"), parece que empiezo a ver la luz al final del tunel, aunque no me fío, no me fío. Gracias a ti recordé a alguien que me ha venido muy bien... Así que también para ti: gracias.
Muy buena elección. Yo siempre me decanto por la lectura, porque supongo que es mi refugio para no ponerme a pensar historias, pero al final, creo que me pondré a escribirlas en alguna ocasión.
Besos y buen fin de semana.
Me gustan las tres cosas: leer, escribir y pasear. Pasear, sin duda, inspira. Leer es viajar y escribir es respirar.
Cuando estoy haciendo deporte (salgo a correr) siempre me llegan las mejores ideas; no me sirven para nada, pero a mí me hace ilusión saber que en algún momento del día tengo algunas buenas ideas. Es entonces cuando me pregunto qué carajo hago que no estoy con los descamisados cambiando el mundo en la Ptª del Sol .
Carlos: A mí la lectura no me había fallado nunca, pero, chico, últimamente estoy muy desganada... y no logra abstraerme. Así que, mira, la escritura que sale ganando.
Sue: A mí también me gustan, pero de momento ninguna de las tres logra distraerme del todo...
Bate: También yo he tenido buenas ideas mientras paseaba. De hecho, cuando me atasco en una historia suelo darle vueltas mientras camino y, algunas veces, encuentro la solución.
Saludos, amigos, y feliz resto de fin de semana.
S.Cid. Lógico: para resolver un atasco, moverse.
Bate: ¿Estar en la Puerta del Sol y perder el contacto con tus amigos? Ni-ni: ni lo pienses-ni lo hagas.
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