¡Horror!
No, no puede ser. Seguro que está prohibido por alguna ley. ¡Por Dios, ayer estábamos a 25 de mayo! ¿Cómo es posible que ya hiciera tanto calor? ¡Qué día más horrible! ¡Qué tortura! Estoy convencida de que es cosa de los alemanes, que saben que no les pagaremos la pasta que les debemos y con algún invento demoniaco nos están torturando de esa manera. Señores germanos, por favor, que yo sí trabajo, que pago impuestos y hago frente a mis deudas, no me maltraten así...
Ayer creí morir. Cuando, después de comer, volvía al colegio por la tarde, ya me iba dando el yuyu. Después de una primera hora en la que tuve que hacer una sustitución, me encerré en un aula durante la segunda para meter notas. No pude terminar todos los cursos porque iba a paso de ganso, pero mi cabeza no daba para más, así que esta evaluación no igualaré mi marca, en fin...
Al salir del cole, fui a la farmacia en busca de un medicamento que el día anterior no tenían y había dejado encargado. Sabía que, o iba directamente desde el colegio, o, si llegaba a casa, me vencería la pereza. Hice bien, creo, pero casi me da un síncope de vuelta a casa. Llegué con un golpe de calor, creo yo, porque me tiré en el sofá con la cabeza explotándome y me quedé frita. Me desperté a las cinco y media (hay que ver lo que es tener un piloto automático cerebral) diciéndome: "Ay, ay, que se me va la tertulia de Luis Herrero". La escuché sólo media hora, a Dios gracias, porque de haber despertado antes probablemente mi cerebro ahora estaría despanzurrado por las paredes de casa. Luego, volví a dormirme, sin darme cuenta, y me desperté..., ¡atención!, a las ocho y media. Desde luego, algo me pasó, porque eso no es normal. Tenía cientos de cosas que hacer y ninguna fue hecha. Voló el tiempo sin percatarme de ello porque estaba en lo más profundo de mis sueños Sin embargo, lo doy por bien empleado. El cuerpo es muy sabio y siempre sabe lo que necesita.
Quedan dos días de clase por la tarde esta semana y dos más la próxima, aunque en realidad serán 3, porque tenemos 3 tardes de junta de evaluación (pa morirse). Espero sobrevivir. Al menos el tiempo dará un respiro.
7 comentarios:
El calor que hace estos días es debido a que el Sol luce más desde que los perroflautas han tomado la plaza del astro rey.
Por cierto, cuando he leído el título creía que ya empezabas a meterte con RuGALcaba.
¡Esta chicaaaaa!
Caraguevo: En realidad ésa era mi intención: hablar de RuGALcaba, pero el horror de ayer fue incluso mayor que el que provoca el químico maquiavélico. ;-)
Observo que ayer por la tarde Morefo jugó con nosotros como si se tratara de un partido de tenis: cuando tú te despertabas, yo me adormilaba; y al revés.
Ante el final de curso, ánimo, que son pocos y cobardes.
Y sigue jugando: 'Morefo' es 'Morfeo'.
Posodo: Jajajajajajaja, Morefo, jajajaja. O sea que ayer por la tarde, Morefo anduvo volando de Valencia a Madrid y vuelta haciéndonos dar cabezadas... Bueno, lo mío fue mucho más que una cabezada.
Sí, sí, ánimo que son pocos, cobardes... ¡¡¡y huyen!!! (pero yo soy más rápida, jejeje). Tengo una compañera que, en los comentarios que escribe a los padres en los boletines de notas acerca de su asignatura y un alumno determinado: "Yo le persigo para que aprenda, pero él es más rápido", jajajaja.
Con el calor nos amodorramos muchos de nosotros. Yo, que además tengo alergia, me deja el cuerpo super-atontado y necesito de vez en cuando una siestecita.
Besos y feliz fin de semana.(Nosotros hasta el martes porque el lunes es festivo en Sevilla, ¡Olé!).
Carlos: De las alergias vengo librándome (y que siga así, Dios mío), pero lo del calor ya asusta. Y eso que hoy hizo un día buenísimo. De hecho, por la tarde cayó tal tormentón, que se nos han vuelto a inundar el polideportivo del colegio y todos los departamentos (ya pasó el verano pasado). Justo acababan de poner las puertas nuevas en los departamentos (ni siquiera las habían pintado) y... ¡qué desastre! No he querido ni entrar. Bueno, no he querido nadar, en realidad.
Pues disfruta tu día de fiesta :-). Yo tendré un día extra el 17 de junio, pequeño puentecín que aprovecharé (a ver si no se tuercen las cosas) para salir de aquí y cambiar de aires.
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