domingo, 16 de diciembre de 2012

Detrás de un escrito: trabajo de campo

Detrás de un escrito: trabajo de campo

Decía hace unos días, en la entrada relativa a mis notas, que, a la hora de escribir una historia, no toda la labor de documentación se reduce a investigar, leer, tomar notas y estudiar (además de apuntarse la lista de pigmentos venenosos que te envían las amigas -¡gracias, Alawen!-). A veces hay que ponerse el mono de trabajo y salir por ahí a  probar el crimen. Porque, a ver, si digo que el asesino necesitó 30 metros de sedal para matar al pobre jardinero, habrá quien se dé por satisfecho y continúe la lectura sin mayor sobresalto para su curiosidad que saber qué pasa después. Pero, claro, no todos los lectores son así. Los hay muy picajosos, de esos que detienen su lectura, toman papel y lápiz, y hacen números: Si un camino suele tener X metros de ancho y el promedio en lo que se refiere al perímetro del tronco de un árbol medio es de tal, resulta que para asesinar de este modo al desdichado jardinero se necesitan, en realidad, 8,20 metros de sedal. Y, hala, ya está el lector quisquilloso tocando las narices.

De modo que una tiene que emplear una mañana de descanso dominical en ir a echar estas cuentas y dar gusto al lector puntilloso:

Primero se toma un rollo de sedal prestado por una amiga que, como siempre, tiene de todo (¿por qué demonios tendrá una cosa como ésta si en su vida ha ido a pescar?)


Luego hay que ponerse a abrazar un árbol, quitarse los guantes (que el sedal se escurre que da gusto) y sufrir el frío helador de la mañana en los dedos. Cualquier cosa por el lector. (¡No, que le den por saco al lector: los guantes se quedan puestos! ¡Jesús, qué frío!):


Una vez que el nudo está hecho (más bien simulado), toca caminata entre las ortigas y repetición de la jugada en el árbol del otro lado del camino. Hala, ya tiene el lector susceptible su cifra: 8,20 metros (sí, sí, tenía usted razón, señor lector).

Luego, y ya que está una en faena, procede el estudio de las huellas de un bastón con la punta de acero. En primer lugar hay que dejar la huella, claro. Se intenta hacerlo andando, por aquello de lograr la mayor naturalidad posible, pero como el suelo está duro de narices, no queda más remedio que realizar el experimento de forma un tanto... artificial



Y, finalmente, hala, agáchate, llénate el abrigo de tierra y estudia la huella. Que no se deje nada al azar. Así el lector puñetero quedará ampliamente satisfecho.




Y de este modo, amigos, es como poco a poco se le va dando forma a una historia. 

Al menos, eso sí, mis métodos no son agotadores, como los de otros...




¿Será esto cosa habitual entre los dibujantes?

8 comentarios:

caraguevo dijo...

¡Qué dura es la vida del escribidor! En Estados Unidos hay empresas que se dedican a esta labor de investigación, Michael Crichton -que sigue publicando libros después de muerto porque se ha convertido en una marca- utilizaba sus servicios leí una vez.

Un saludo

Pantera Rosa dijo...

Me encanta, me encanta... pero sólo tengo una pregunta (por ahora), ¿dónde está el cuerpo del delito?

;-)

S. Cid dijo...

Caraguevo: ¡No lo sabes tú bien! El libro "Pirate latitudes" (que encontraron entre sus papeles después de que muriera y que yo estoy leyendo ahora), es de él. Nos pone a parir, como siempre: sucios, bárbaros, maleducados, crueles, fanáticos religiosos... Sin embargo, los piratas ingleses son siempre tan majos...

¡Qué feo es inventarse la historia!

Pantera Rosa: De momento, en la morgue. ;-)

MGae dijo...

Ja, ja, ja...
Después de dos días bastante cansados: cruza media España "pá arriba", media España "pá abajo"..., leerte ha sido toda una sesión de risoterapia...
Pantera Rosa: no des ideas. :-)
Saludos.

Alawen dijo...

Y yo entre fenicios y mesopotámicos,perdiéndome este espectáculo...
Mola mucho lo de ir a buscar pistas al campo :P

Abrazos

caraguevo dijo...

Kate Beckett tiene un abrigo igual. Espera, espera... es ELLA!!!!

S. Cid dijo...

MGae: Jajaja, sí, mejor que Pantera no siga dando ideas. Mira que si la próxima vez te propongo ir a... ¿Te atreverías? Uffff, yo no. La morgue se queda en el texto tal cual está, que allí no tenemos na que comprobar.

Por cierto, querida MGae, ¿podrías pasar una noche tumbada bajo los árboles y simular ser un cadáver para que por la mañana yo fuera a estudiar cómo han caído las hojas sobre el cuerpo?

Me harías un favor...

Alawen: Pues te apunto para la próxima: estudio de las hojas caídas sobre un cuerpo de mujer. Mac se ofrece y presta el suyo.

Caraguevo: ¿Dónde, dónde?

;-)

MGae dijo...

¡Mira que avisé...! Ya sabía yo que no había que darte muchas ideas... ¡Menudas ocurrencias las tuyas! ;-P

Belén 2013

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