El jueves pasado me llamó mi hermana mayor y me dijo que el sábado, 3 de julio, tendremos comida familiar porque 3 días después, el 6 de julio, hará 25 años que se casó con mi cuñado, a quien conozco desde mi más tierna infancia (cinco años tenía cuando mi hermana me llevó a jugar al Retiro mientras paseaba con él), y por ello es más otro hermano mayor que cuñado. Después de colgar, me eché las cuentas y, caray, yo era una pipiolina aquel 6 de julio de 1985. Cómo pasa el tiempo, ¿verdad?
Recuerdo muy bien aquel día, a diferencia de las bodas de otros hermanos que, a pesar de ser posteriores a aquella primera, pero igual de importantes que ella, aparecen, sin embargo, más borrosas en mi memoria. Guardo, pues, de aquel día muchas anécdotas y entre ellas hay una que volvió a mi cerebro la noche del jueves en que me llamó mi hermana, mientras veía la serie V. Tiene que ver tal anécdota, precisamente, con la antecesora de esta serie (la de la malvada Diana, ¿la recuerdan?), que me enganchó a aquella temprana edad hasta el punto de que todas las amigas quedábamos cada sábado en casa de una de nosotras para verla, y después, al acabar el capítulo, como en una especie de ritual, nos íbamos a merendar un perrito caliente o a tomar un batido en la ya desaparecida Vitamina.
Pues bien, aquel 6 de julio de 1985 se emitió el último capítulo de la vieja serie de V. El último, sí, mientras yo estaba en la iglesia atendiendo a la boda de la primera de mis hermanas... En aquella época, los vídeos no eran tan habituales en los hogares españoles como lo fueron años después, y en casa ("¿Un aparato más con el que distraeros en vez de estudiar? ¡Jamás!" -mi padre dixit) no teníamos uno. Así que..., sí, me perdí justo, justo..., después de haber sido fiel a la serie durante meses, el último capítulo.
Todo esto pensaba el pasado jueves por la noche, mientras atendía las visicitudes que acontecían a los personajes de la nueva V y los contrastaba con aquellos que vivieron Diana, Donovan y los demás, cuyos nombres no recuerdo. Y todo ello mientras resonaban aún en mis oídos las palabras con que mi hermana me había hablado esa misma tarde de su vigésimo quinto aniversario de boda. No se trata de un déjà vu, obviamente, pero sí que es sorprendente cómo la vida a veces te asombra con coincidencias que le hacen pensar a una si no transita la existencia por un carril circular en el que siempre vuelve el viajero al punto de partida.
8 comentarios:
La verdad es que no recuerdo cómo acabó la serie. sí recuerdo cómo empezó:
En vez de realizar una invasión como Dios Manda, atacando y venciendo en el campo de batalla, llegaron portándose bien, y una vez dentro, ya no hubo opción.
Se podrían hacer muchas lecturas de esto, pero, naturalmente, sería Ciencia-ficción, ¿no? Porque esas actitudes no existen en la vida real, ¿verdad?
Pero vamos a lo importante, al menos ahora: transmite mis felicitaciones a los afortunados, y resto de la familia.
Yo conozco a unos cuantos que, si los rascamos, confirmaríamos que son alienígenas o reptiles.
Un saludo
Mi madre desde el balcón de casa gritando como una condenada: "¡¡Niñooooooooo!!!, que ha empezado V.....!!.
Y la calle donde todos los amigos nos juntábamos para jugar al balón, se quedaba desierta, tan desierta como las avenidas de Los Angeles(CA) cuando se quedaron vacías de ratoncitos y demás roedores..., y es que no le gustaba ná a la Diana una chucheria..je jeje.
Felicidades a la pareja ;-).
Posodo: En la vida real esas actitudes no existen, por favore, señor, que está usted insinuando...
Fue todo un acontecimiento, a pesar de sus efectos especiales tan primitivos, o quizás precisamente por ello.
Eran otros tiempos.
Ahora esos lagartos tan terroríficos son lagartijillas comparados con otros lagartos del panorama mundial.
Esa sí que fue la edad de la inocencia.
Posodo: Tampoco yo recuerdo cómo acabó (y eso que a pesar de no ver el último capítulo, me lo contaron mis amigas), pero parece que he sobrevidio a pesar de ello ;-)
Guido: Sí, en más de uno y en más de dos... Hay mucho (y mucha) lagartón por ahí suelto ;-)
Bate: Causó sensación la serie... Jajajaja Cómo se nota que somos de la quinta :-)
Sue: Sí que es verdad... Qué tiempos aquellos. Con casi nada éramos felices. Quién volviera a ellos...
No sé si los tiempos vuelven; sí sé que nunca se me olvidará la protagonista de V, que estaba buenísima (era una cosa tremenda). Si cierro los ojos, todavía se me pinta su cara. También me acuerdo de lo mal hecho que estaba cuando se comían un ratón. Son cosas que te marcan
Miguel: ¿Te refieres a Diana? A mí lo que me parecía era mala, malísima ;-). Y, sí, a mí esa serie me quedó en la memoria. Marcarme, marcarme..., no sé; pero en la memoria quedó. Eran buenos tiempos: divertidos, inocentes y, sobre todo, sin preocupaciones :-)
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