lunes, 22 de noviembre de 2010

Amnesia

 Amnesia

Hace unas semanas, Paco Gómez Escribano publicó en su blog un delicioso cuentecito titulado Amnesia que recomiendo al lector de Finis Terrae. El cuentecito en sí ya merecería una mención en esta, mi casa, pero es que además me voy a permitir la libertad de tomar su título para mi entrada de hoy porque, amigos, me encuentro en una situación que precisa sin remedio de una cierta cantidad de amnesia. No se trata de una amnesia total, de una amnesia que me lleve a olvidar hasta el nombre con que me llama este mundo. No, no... Se trata de una amnesia selectiva: necesito poder olvidar lo que escribo, amigos, para poder juzgar mis textos con una mente abierta que no prejuzgue porque ya conoce... 

Estoy últimamente muy activa en esto de la escritura (cumpliendo a rajatabla mi lema: nulla dies sine linea) y concentrada de lleno en mis asesinatos. De hecho, acabo de perpetrar el último de ellos, a falta sólo de algunas pinceladas estilísticas por aquí y por allá. Eso es fácil, lo del estilo, quiero decir. Lo que ya presenta serias dificultades es asegurarse de que cada elemento se encuentra en el lugar que debe y cuadra perfectamente con los demás. Es difícil, muy difícil, porque mi mente no es capaz de tener una perspectiva... limpia: sé quién es el asesino, cómo cometió el crimen y por qué. Así pues,  ¿cómo estar segura de que todo está atado y bien atado sobre el papel, sin fallos evidentes que mi cerebro llena de forma automática con el conocimiento que tiene de los hechos delictivos?

Si fuera posible sufrir esa amnesia. Si hubiera un botoncito detrás de las orejas que pudiera apretar cada vez que quisiera sentir la lectura de un texto como si fuera la primera... Ay, si así fuera..., ¡cuántos quebraderos de cabeza me ahorraría!

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Por cierto, Posodo: ni en inglés, ni en español. La historia tiene título nuevo ;-)

9 comentarios:

José Manuel Guerrero C. dijo...

Apuesto que estos tipos pueden ayudarte a perder la amnesia, o encontrarla.
Sea lo que sea, el brillo de tu prosa alumbra potentemente por estos tenebrosos andurriales.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Aprovecho para felicitar a Paco Gómez Escribano por el cuento Amnesia, que sé que se pasará por aquí.

Carlos dijo...

¿Te das cuenta lo que sufriría tu amada Agatha Christie al confeccionar sus novelas?
De eso se trata, de exprimir el cerebro al máximo, de darle vueltas y más vueltas al manuscrito, de coger a un personaje y matarlo y a otro darle un protagonismo que antes no tenía, y cuando menos te lo esperes, salta la chispa y tienes la solución y lo escribes compulsivamente en el papel u ordenador y terminas el escrito.
Difícil el mundo del escritor, pero, ¿qué sería de nosotros, los lectores, sin ellos?
Un beso.

Sue dijo...

A mi leer a Javier Marías me provocaba amnesia (a parte de sueño), no sé... a lo mejor te sirve.

S. Cid dijo...

Bate: Jajajaja, buena recomendación ;-)

Carlos: ¿De verdad mi querida Agatha sufría tanto? ;-) Jajajaja. Bueno, en realidad no sufro, sino todo lo contrario: suelo pasarlo muy bien. Pero a veces...

Sue: No he leído nunca a Javier Marías, pero, mira, a lo mejor sería la solución, jajaja.

Saludos, amigos.

Sue dijo...

Pues no sabes lo que NO te pierdes. No me hagas caso no sea que te quedes amnésica por siempre (Marías tiene ese don). Lo mejor es dejar el texto en barbecho, como has dicho, algo saldrá. Todo está ahí, en tu cabeza.

S. Cid dijo...

Sue: Entonces mejor me abstengo y sigo mi método del barbecho, sí ;-)

Unknown dijo...

La amnesia que quieres es la más difícil de lograr S.Cid. Y tal cual lo dices, cada tanto hace falta dejar un poco tranquila a la escritura, para tomar perspectiva.
Éxitos con tu amnesia ,
un abrazo

S. Cid dijo...

Rober: Sí, la única manera de ver tu texto con un poco de perspectiva es olvidarse de él durante un tiempo, así que tendré que ceñirme al método habitual: texto al cajón y que corran los días :-)

Saludos.

Belén 2013

Belén 2011