miércoles, 9 de febrero de 2011

B-52

B-52

El ataque no estaba previsto, pero, después de que los acontecimientos (inesperados, por otra parte, ¿pues quién podría imaginar que por  una cuestión trivial como la del maíz, acabara el asunto como terminó?) fueran entrelazándose amenazadoramente desde el jueves en una espiral  peligrosa que comprometía el buen estado general, una reunión de urgencia, el viernes por la tarde, decidió, tras un profundo análisis y valoraciones exhaustivas de la situación, un ataque masivo...  y sin contemplaciones. No se deseaban supervivientes.

El asalto de las fortalezas voladoras comenzó a las 00:00 del sábado, 5 de febrero, con tiempo agradable, pero en una oscuridad total que hubiera dificultado la navegación a aparatos de tecnología inferior. Sin otros inconvenientes que esa profunda negrura, teñida del rojo color de la sangre, las fortalezas volantes alcanzaron su destino y, abiertos sus vientres, dejaron caer libremente el mortífero cargamento que transportaban. Sin piedad ninguna,  una lluvia incesante de proyectiles descendió a plomo sobre el siniestro y destructivo ejército enemigo que tanto mal anhelaba causar. Las alarmas, que comenzaron a sonar estridentes cuando las torretas de vigilancia se apercibieron del peligro, no pudieron evitar la masacre: cientos de miles de individuos caían bajo la acción mortífera de las bombas. ¡Sin clemencia, sin compasión, sin remordimientos! No había de quedar ni rastro de vida enemiga.

El sábado por la mañana, a la mortecina luz del sol recién nacido, el espectáculo que se ofrecía era terrible: muerte y destrucción por doquier. Apenas quedaban unos cuantos supervivientes que se arrastraban suplicando misericordia. Sin embargo, en el ánimo de nuestro ejército, esa palabra era, sencillamente, inexistente, de modo que una nueva oleada de ataques se produjo. Y otra por la tarde. Y una más al anochecer. Y así... durante 6 días, tras lo cuales, nada, salvo nuestras propias tropas que vigilaban ahora libres de peligro, quedaba vivo. 



Y, en fin, amigos, resumiendo y en román paladino: que la pasada semana fui al cine y me tomé un paquetito de palomitas, una de cuyas cascarillas debió de introducirse entre una de mis muelas y la encía. El jueves, comencé a sentir que aquello se inflamaba y, el viernes, la inflamación fue a mayores, de modo que por la tarde, después de salir de trabajar, marché a la sala de urgencias odontológicas y, tras unas cuantas pruebas, mi dentista me prescribió un fuerte colutorio, que mantuviera desinfectada toda la zona exterior, y un (¡magnífico, maravilloso y celestial descubrimiento del ser humano!) antibiótico que comencé a tomar el mismo viernes por la noche. Adiós infección, adiós... ¡Ah, señor Fleming, cuán agradecidos le estamos!

¡Muerte a estos bichos inmundos!


¡Ja!, bichitos ilusos... ¡¡¡A mí la brigada antibiotiquil!!!

¡A por ellos!

Pero...


13 comentarios:

caraguevo dijo...

No hace ni una hora que has colgado la anotación y ya puedo contar 7 plataformas de ayuda al bichito, pro-derechos del bichito, "Salvem els bixets", contra el genocidio bichitil, y así hasta siete, no ya son... trece, diecisiete...
Has acabado con los bichitos pero los grupúsculos folloneros en su favor florecen y se reproducen por doquier.
Antes de que vuelvan a la base los B-52 diles que hagan una pasada más y que hagan una limpieza en profundidad.
.
Mañana no leas Público-imPúdico si no quieres digustarte por lo que te puedan decir.
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¡Vaya! Acabdo de recibir un SMS: Contra el genocidio bichitil mani en Génova. ¡Pásalo!
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¡La que has liado por comer palomitas en el cine! Seguro que la película era española.

S. Cid dijo...

Caraguevo: ¿Española? ¡Jamás!

Cine español, no, gracias.

PD: eso sí, me he reído una buena jartá (que diría Bate, desaparecido, por cierto, en comBate) con tu comentario. Jajajajaja.

posodo dijo...

¿Resolviendo los problemas con bio-química?
¿A quién me recuerda esto?
¿Y con Quimicefa? ¿O es Cheminova?
Aquí alguien se ha ido de la olla.

P.D. Por lo demás, me alegro de la superación del problema causado por la palomita... ¿de la paz?

S. Cid dijo...

Posodo: ¿A Fredy, el químico?

Oye..., mira que os ha dado a los valencianos con lo del Quimicefa y la olla, ¿eh? Pues haciendo memoria, creo que mis hermanos tuvieron un Quimicefa de esos, pero yo jamás lo toqué. Y mira que todos hemos jugado con los juguetes de todos, pero el Quimicefa ese ya debía de darme yu-yu.

PD: yo también me alegro, porque estaba ya harta de antibiótico, sobre todo porque me estaba fastidiando el estómago. Si es que la paz... no trae más que disgustos. ¡Ay!

Sue dijo...

Lo del dentista es una tortura como otra cualquiera. Recuerdo cuando me agujerearon la encía,lo que me molestó después de que se pasara el efecto de la anestesia. Tuve que tomar antibiótico antes y después, pero no quise tomar demasiado. Mi estómago se resintió de lo lindo. Muy mal.

El caso es que ... no me he enterado de la peli que viste antes de ir al dentista...

S. Cid dijo...

Sue: El dentista, como la olla, ha sido un trauma difícil de superar desde que, en mi más tierna infancia, después de que me atendiera y mientras se ocupaba de la dentadura de mi madre, me caí redonda al suelo en plena consulta. Miedo incluso después de que hubieran acabado conmigo, jajaja.

De los antibióticos, los he debido de tomar 3 ó 4 veces en mi vida, pero no recordaba que me sentaran tan mal. Me han tenido 5 días con el estómago revuelto.

Y en cuanto a la peli, fue la última de Clint Eastwood: "Más allá de la vida". No me gustó tanto como "A million dollar baby" o "Grand Torino".

Gangrol dijo...

Me gustaría hacer una aclaración puntual sobre el la última imagen del post.

Soy farmacéutico. Y en España la "ley" prohibe a mi profesión la dispensación de un antibiótico son receta. No lo hacemos porque es ilegal, no porque no sepamos si es conveniente o no.

Yo soy el primero en enviar al médico a alguien cuyos síntomas no soy capaz de analizar, e incluso en el caso de tener dudas.

Pero para temas sencillos de infección, mi formación me permite saber perfectamente cuando un antibiótico es recomendado o no. Y por mucho que digan unos cuantos que eso es herejía, en realidad si se nos permitiera dispensarlos sin receta, nuestra profesionalidad ahorraría al sistema muchísimo dinero, pues ahora es necesario que la gente se vaya al médico o al dentista para algo que yo mismo podría dar... eso causa dolor al paciente (decirle a una persona con un felmón del tamaño de castilla que no le doy nada y que se acerque al dentista, un domingo que está todo cerrado... menuda cara se me queda).

Así que desde aquí recuerdo que mi profesión TAMBIEN es una especialidad sanitaria, y no un simple "tendero" como se nos quiere vender.

Un Saludo Felino
Miau

S. Cid dijo...

Gangrol: No otra, sino la que expones en tu comentario, es la opinión que yo tengo al respecto, y así fue como entendí la frase que aparece en esa imagén: que un farmacéutico no puede expender antibióticos porque la ley se lo prohíbe, no porque no esté capacitado para hacerlo con acierto.

De hecho, los farmacéuticos me han resuelto más de un problema con un buen tino indiscutible. Recuerdo una ocasión en Cartagena que, desesperada ya por el malestar que aquejaba mis ojos (cada vez que parpadeaba sentía como si el polvo de toda la galaxia estuviera depositado en el globo ocular, raspándome hasta el alma), acudí a una farmacia y cuando el farmacéutico me preguntó qué deseaba, sólo tuve que decirle: "Mire mis ojos, no puedo más". Me dio un bendito colirio que me salvó las vacaciones y me liberó de aquel sufrimiento.

La razón del cartel no era otra que la de recordar que debemos hacer un consumo responsable de los medicamentos (en esta ocasión se trataba de antibióticos, pero incluyo en la lista cualquier otro tipo de medicamento). De modo que, aunque no puedo modificar el cartel porque no es mío -lo tomé de internet-, añado a mi costa la siguiente postdata:

Los medicamentos sólo deben ser consumidos bajo prescripción médica o consejo del farmacéutico.

¿Mejor así? ;-)

Saludos gatunos para ti también ;-)

PD: ¿Has visto el minino tan mono que tengo en la parte baja del blog? Conecta los altavoces del ordenador y pásale el ratón por encima... Jejeje.

Gangrol dijo...

Agradezco la aclaración, y aún más agradezco el voto de confianza que depositas en mi profesión ;)

Realmente se siente uno bien cuando hace un trabajo y se le recompensa (no monetariamente, sino al saberlo bien hecho y con consecuencias positivas)

Un Saludo Felino
Miau
Pd.- Ni me menciones al jodío gato ese... que es un vicio jugar con él XD

S. Cid dijo...

Gangrol: ¿Jodío minino? ¡Pobre ser gatuno! Si él no tiene la culpa...
Jajajaja, el responsable es este blog, que es un antro de vicio y perdición ;-)

Guido Finzi dijo...

Debería estar prohibido comer en los cines

Un saludo

José Manuel Guerrero C. dijo...

Depende de la peli, Guido, si es española sería recomendable llevar suficiente comida y bebida para montar un pequeño picnic en la sala, ¿no crees?.

S. Cid dijo...

¡Guido, Bate, qué bien veros por aquí!

Saludos, amigos.

Belén 2013

Belén 2011