Pocos días después de leer tal anotación, publicó Posodo otra sobre el Yom Kipur Desconociendo el Perdón, fiesta judía extraña, sin duda, para la mayoría de los españoles. Me pregunté yo entonces si ese desconocimiento no sería inducido. Ya se sabe: se teme y odia lo que se desconoce. Y hablaba, creo recordar, en un comentario que escribí de que no hay que trasladarse a la religión judía para encontrar un amplio desconocimiento entre los españoles: basta con hacer cuatro preguntitas sobre la católica y veremos “alfabetos sueltos” (que los llama Guido) por todas partes.
Y, entre una y otra anotación de Posodo, fui a dar en mis lecturas con una que me reveló el porqué de que haya 4 y sólo 4 Evangelios. O, al menos, uno de los porqués. Al parecer, y según una de las varias razones que aduce San Ireneo para ello, El Verbo creador del universo reina y brilla sobre los querubines, los querubines tienen cuatro formas, y he aquí por qué el Verbo nos ha obsequiado con cuatro Evangelios. De nuevo los ángeles se abrieron paso en mis lecturas. Así pues, intrigada por esa pirámide jerárquica de arcángeles, serafines, querubines y demás… me puse a investigar (que horroriza a mi ánimo convertirme en una “alfabeta suelta“), y he aquí el resultado de mis pesquisas:
A la Primera Jerarquía pertenecen los Serafines, primeros en este orden jerárquico y cuya principal función es alabar a Dios. Le cantan y se recrean en Su infinita bondad y belleza (Isaías 6, 1-7); los Querubines, guardianes de la luz (¿era Luzbel uno de ellos?) y con respecto a los cuales corre cierta controversia, pues no está claro si los Querubines están dentro del nivel donde se encuentran los Ángeles o algunos escalones por encima. Son cuatro y cada uno muestra un rostro diferente: de águila, que representa la sabiduría de Dios; de toro, la fuerza; de hombre, el amor; y de león, el poder. (Genesis 3, 24; Ezequiel 10, 17-20; y 1 Reyes 6, 23-28) y Tronos, constructores del orden universal y encargados de trasladar el trono de Dios por el paraíso.
Dentro de la Segunda Jerarquía encontramos a las Dominaciones, cuya labor consiste en gobernar las funciones de los ángeles inferiores y asegurar el orden del universo; Virtudes, que supervisan a las personas; y Potestades guardan las conciencias y entre ellos se encuentran los ángeles del nacimiento y la muerte de cada ser humano.
Ya, por fin, en la Tercera Jerarquía, la de grado inferior y, por tanto, donde se encuentran los ángeles más cercanos a los hombres, se hallan los Principados, cuya labor consiste en guardar las naciones; los Arcángeles, agentes especiales con licencia para llevar a cabo misiones de máxima relevancia; y los Ángeles, que aunque ocupan el nivel más bajo dentro de esta jerarquía son, sin embargo, los más conocidos por los hombres pues a ellos se les encomiendan las labores que tienen que ver con éstos.
Luego, además, está Ramón… que es mi ángel de la guarda. ;-)