Meme literario
Aunque he visto la palabra ya varias veces y creo imaginar qué es, lo cierto es que tampoco estoy muy segura de haber entendido cien por cien qué es un
meme. En cualquier caso, poco me importa el oculto significado final de la palabra
para la entrada de hoy que viene a hablar..., no, de su libro no, sino de los míos. Y es que hace tiempo que leí en el
blog de Bookworm un
meme literario que me entretuvo bastante y que he decidido traer hasta aquí, eso sí, con mis respuestas :-) Así, además, me puede conocer el lector amigo de estas páginas un poquito más. Espero que no se haga largo sino que, por el contrario, os resulte interesante:
USOS Y COSTUMBRES
1. ¿Acostumbráis a leer un libro de cada vez o simultaneáis varias lecturas?
Siempre varios al mismo tiempo. Rara es la ocasión en que tengo un solo título en mi bolsa de lectura. Por cierto que no me duelen prendas confesar las muchas risas habidas en mi casa durante años a cuenta de mi extraña forma de leer. Decían de mí que tenía hasta un horario de lectura: “De 10 a 10:30, lee tal libro; de 10:30 a 11, tal otro; de…”. Y el caso es, debo admitirlo, que tenían razón. Sí, en mi juventud juvenil repartía, con exactitud matemática, el tiempo de lectura entre los distintos libros que me ocupaban. Si no me cansaré de decir por aquí que soy rara para estas cosas del orden y el método. Una mente cuadriculada me adorna, al parecer, para absurdos varios. Ya lo he superado, no obstante, y aunque sigo leyendo varios libros a la vez… no me fijo horarios. Será que ya soy mayor ;-)
2. ¿Qué sistema empleáis para recordar donde lo habíais dejado?
Cualquier cosa. Tengo multitud de marcapáginas: largos, anchos, estrechos, cortos, de propaganda, de diseño… Los uso indistintamente, pero también utilizo, si cuando empiezo un libro no tengo ninguno de ellos a mano, un trozo de papel que le arranco al periódico, a un folleto de publicidad o incluso la mismísima lista de la compra. Uno de los marcapáginas que con más frecuencia utilizo es cualquier bonometro ya gastado que tenga a mano.
3. ¿Leéis en el baño? En ese caso, ¿qué tipo de lectura?
Paso palabra.
4. ¿Vais con libro a ….?
Todas partes. Tengo que estar muy, muy, muy cansada para no aprovechar cualquier minuto libre del que pueda disfrutar, y un minuto libre te sorprende en cualquier parte, así que cargo con un libro allá donde voy; pero uno de los lugares donde más he leído es el metro. Aprovecho hasta el último escalón (y no me refiero sólo a los de las escaleras mecánicas, sino a los de piedra de la salida también) para leer. De hecho, no he dudado nunca en continuar con mi lectura, incluso, una vez en la calle si, alcanzada ésta, no había llegado yo al final de un párrafo. Razón de ello pueden dar mis sufridas espinillas, que en más de una ocasión han chocado por manía tan insana con los bolardos que nos coloca en los pasos de cebra el señor alcalde.
5. ¿Releéis?
Poco, aunque de vez en cuando sí lo hago. La teoría es que hay tanto por leer que releer te quita tiempo para las novedades (quiero decir, los libros que aún no han pasado por mis manos). Sin embargo, hay algunos libros tan buenos… que merecen ser leídos más de una vez. Si bien en ocasiones la relectura puede llegar a ser contraproducente: a veces tienes un recuerdo estupendo de un libro que leíste hace tiempo, decides volver a disfrutarlo… y de repente te sorprende con que ahora ya no te parece tan bueno. Eso me disgusta, porque prefiero mantener el buen regusto de la primera lectura a sorprenderme con una segunda percepción que desvirtúe la primigenia y me deje con mal sabor de boca. Un ejemplo que me viene a la mente en este instante: Salgari. De niña leí sus novelas con pasión desenfrenada (si es que a esa edad puede una sentir ese tipo de pasión, claro) y cuando llegué a la veintena decidí releer aquellas maravillosas novelas de mi infancia. ¡Qué desilusión! Recuerdo que me pregunté cómo alguien había podido publicar alguna vez a un tipo que escribía así… Entonces comprendí que hay una literatura para niños… y otra para adultos. Con Julio Verne, sin embargo, no he vivido tan frustrante experiencia. Será que hay autores que saben escribir para todos los públicos.
FILIAS Y FOBIAS
1. Un autor que no soportes
Cualquiera de esos que deben su fama y fortuna literaria al peloteo político.
2. Prejuicios literarios.
Hummm, creo que no. Salvo el señalado en el punto anterior. Aunque si escarbo…, igual encuentro alguno.
3. Uno de tus autores preferidos.
Galdós.
4. ¿Circulo de Lectores sí o no?
Mi madre fue socia del Círculo de Lectores cuando yo era pequeña y me encantaba echarle un vistazo a la revista cada vez que llegaba. Aunque los libros que allí se mostraban aún no fueran adecuados para mi edad (si bien confieso que siempre me caía alguno de los de la sección infantil), me encantaba ver las portadas y leer los pequeños resúmenes de cada título. Yo nunca he pertenecido al Círculo, aunque a veces he sopesado la posibilidad de hacerme socia, pero eso de que tenga que comprar un título obligatoriamente aunque no haya ninguno que me guste… es algo que no me convence. Además, afortunadamente vivo en un lugar donde no hay problema alguno para adquirir cualquier libro con sólo darse una vueltecita por ahí. Por otra parte, me encanta pasearme tranquilamente por una librería, parándome en cada estante y pasando, a veces, toda una tarde mirando libros, algo que no se puede hacer con una revista. De modo que, en principio, pues, Círculo de Lectores no.
FONDO DE BIBLIOTECA
1. ¿Qué libro crees que no puede faltar en una biblioteca?
El Quijote, por supuesto, y la
Biblia. ¿Pero sólo me preguntas por uno? He colado dos, pero hay tantos que incluiría…
2. ¿Qué libro falta en tu biblioteca?
¡¡¡Puuufffff!!!! A montones. Eso sí, si me ciño a los que tengo en mente durante los últimos tiempos, en breve quiero hacerme con:
-
London, de Edward Rutherford (que conocí a través de un comentario sobre el libro y el autor que hizo Bookworm en su
blog).
-Alguna obra de dos autoras húngaras (Magda Szabó y Agota Kristoff) de quienes supe merced a uno de los comentarios que hace tiempo hizo Guido aquí mismo, en
Finis Terrae.
-Quiero probar también algún título de Ellery Queen, que mencionó hace tiempo Miguel Baquero en este
blog.
-La saga “Jeeves”, de Wodehouse, de la que me ha hablado esta Navidad una de mis hermanas.
-
La ciencia del adiós, de Elisabetta Rasy, que me recomendó Seleucus, de
Proyecto Seleucida.
3. ¿Seguís algún sistema para ordenar los libros?
Sí: como Dios me da a entender. No obstante, creo que a quien no conozca mi biblioteca, después de un ratito de observación y estudio, le sería fácil dar con cualquier libro porque su orden es bastante lógico: clásica y por países, por una parte; batiburrillo actual, por otra. Luego, por temas: historia, lengua, ciencia, etc. . No obstante, siempre hay algún título que no sé donde colocar y que… acaba yendo por libre.
de Bookworm, yo he decidido adornar el mío con la foto de uno de mis rincones de lectura en casa: