martes, 30 de agosto de 2011

Hogar, dulce hogar

Hogar, dulce hogar

¡Ya estoy en casa! Sí, es verdad que eso supone, al menos en este caso, la vuelta al cole, lo cual me perturba, pero si obviamos ese doloroso hecho por un instante... ¡¡¡qué bien se está en casa!!! 

Me gusta mucho pasar tiempo en casa. Soy muy casera, y casi nunca me aburro cuando estoy en ella. Siempre busco alguna actividad, ya sea de aquéllas que alimentan la mente, ya de aquéllas con las que una mantiene su hogar limpio y ordenado (sí, sí, soy un poco Mari, qué le voy a hacer, pero me gusta el orden y la limpieza).

Volver a casa, además, supone que todo vuelve a estar en su lugar y se encuentran las cosas con una facilidad pasmosa. Esta última semana en Galicia (como sólo iba a ser una semana), no había sacado y colocado todas las cosas de la maleta, sólo lo hice con aquellas que necesitaría, pero, claro, luego siempre se necesita algo más... y ponte a buscarlo: ¿lo saqué o lo dejé en la maleta? Y, si lo saqué, ¿dónde lo puse? En casa eso no ocurre: todo tiene su lugar asignado (o casi, porque aún hay cosas a las que no le he encontrado sitio fijo).

De modo que estoy contentita por volver a casa. Además, me la dejé limpia, y limpia la he encontrado; salvo algo de polvo que no sé de dónde ha salido, porque lo dejé todo cerrado. Sin embargo, el patio..., ¡¡¡ay, el patio!!! ¿Pero por qué está tan sucio? Me encargué de lavar todos los platitos de las macetas, el suelo y las poyatas. Sin embargo, el suelo está asqueroso, lleno de hojas e insectos muertos, churreteado con regueros de agua (supongo que lo que rebosaba del riego automático) y todo ello da una sensación de suciedad que me ha enfermado. De modo que ahí estoy, limpia que te limpia, mientras la lavadora lava que te lava y la nevera aguarda su turno (no quiero ya ni mentar el trastero, que dejé con las nuevas estanterías pero sin limpiar ni organizar) ¡y el próximo lunes mi madre viene a quedarse unos días conmigo! Ay, cuánto trabajo. ¿Daré abasto?

No sé, pero sí sé que no soy una máquina, de modo que iré poco a poco (total, mami es de confianza, jajaja) y me tomaré mis respiros... para los cuales ya tengo lugar asignado:



Se quitan los cojines del sofá y queda un lugar muy apañao para echarse a leer o a... dormir.

Os dejo, amigos, que tengo tarea esperándome.

sábado, 27 de agosto de 2011

Más excursiones y anecdotario

Más excursiones y anecdotario

Ayer, por fin, la suerte nos sonrió y pudimos ver catedrales en todo su esplendor sin que los andamios se interpusieran entre ellas y nosotros. La primera catedral era fruto de la construcción humana y se encontraba en Mondoñedo:

Catedral de Mondoñedo


En el interior de la catedral nos encontramos con esta imagen:



que es la de una Virgen traída en el siglo XV (creo recordar) directamente desde Inglaterra y que lleva incluso el collar de la Jarretera. Los angelitos son un añadido posterior, según contaba el cartel informativo que acompañaba la imagen.

Por supuesto, éste fue un buen lugar para hacer un descanso y meterse algo dulce para el coleto, lo cual además me brinda la oportunidad de traer el apunte gastronómico del día al blog. Un café y una porción de tarta de Santiago fue lo que degustamos en la plaza de Mondoñedo, frente a la catedral.



Después de abandonar Mondoñedo, fuimos en busca de otras catedrales, pero éstas un poco distintas a lo que se entiende usualmente por… catedral. Se trata de la Playa de las catedrales (según parece, el segundo lugar más visitado de Galicia después de Santiago). Lo cierto es que es una preciosidad, aunque no pudimos disfrutarlas como nos hubiera gustado: habíamos mirado en internet a qué hora era la marea baja, que es la que interesa para poder bajar a la playa y pasear entre esas catedrales naturales, pero la bajamar se producía a las 9 de la mañana y a las 9 y pico de la noche. Demasiado pronto y demasiado tarde para nuestro afán turístico, de modo que llegamos justo dos horas después de la pleamar y tuvimos que conformarnos con una vista desde arriba.

Playa de las catedrales


Playa de las catedrales

Dentro de nuestro itinerario turístico se encontraba también Ribadeo y allí estuvimos, pero hubimos de conformarnos con visitarlo en coche. El aparcamiento estaba imposible y yo ya estaba harta de conducir y dar vueltas como una peonza. Bajamos al puerto, donde sí encontramos sitio para dejar abandonada esa máquina infernal que te destroza los riñones, y echamos un vistazo por allí. Nada que reseñar al respecto.



Anecdotario

Durante nuestra estancia en este lugar, nos han ocurrido algunas cosillas verdaderamente curiosas, que no pueden sustraerse al interés de este blog. Por ejemplo…


Fukushima…, más o menos

La mañana del pasado miércoles me encontraba perezoseando en la cama mientras me preguntaba: A ver, ¿me levanto o no me levanto, me levanto o no me levanto…?, cuando, de repente, escuché un sonido opaco (sí, sí, así es como lo sentí) que no duró más de un segundo y que no supe identificar. Poco después de levantarme, mientras me tomaba el café en el banquito que hay junto a la puerta de casa, la dueña del alojamiento vino a preguntarme si había sentido algo aquella mañana. Al recordar el sonido, le contesté que sí, pero que no había sido capaz de asignarle un origen. Un temblor, me dijo, ha sido un temblor.


De caza nocturna

Durante los primeros días de nuestra estancia en la casa rural, observamos que, al anochecer, un extraño ruidito se escuchaba dentro de uno de los armarios de la cocina. Un par de días después de haber llegado, al sacar un paquete nuevo de galletas para desayunar, encontramos que estaba… mordisqueado. Se lo contamos a la dueña, que estuvo hurgando por detrás del armario en busca de lo que ella pensaba que sería un murciélago que debía de colarse, según creía, desde el falso techo por el agujerito que hay en la parte posterior del armario para que salga el tubo de extracción. Como no fuimos capaces de encontrarlo, sacamos toda la comida que teníamos en ese armario y la colocamos encima de la mesa. Por la noche (eran las cuatro, cero, cero horas) me desperté y escuché… un ras, ras, ras sobre el plástico de los envoltorios. Imposible, me dije, ya no tenemos la comida en el armario. ¿Habrá bajado hasta la mesa? Me levanté con mucho cuidado y, descalza, sin hacer ruido, encendí la luz. El ruido cesó, pero yo no cejé en mi intento por descubrir el misterio. Un poco asustada, la verdad, esperando que un vampirillo apareciese de repente y se pusiera a volar, noté mi cuerpo en tensión, la respiración agitada, el corazón impulsando sangre hasta el último rincón de mi cuerpo… que se preparaba para la lucha. De repente, un hociquillo apareció entre las bolsas. ¡Oooooh, qué monada! Era un ratoncito de campo. Lo hubiera adoptado, si las galletas no hubieran estado en peligro, de modo que mi instinto de supervivencia se activó y me dispuse a la caza. El ratoncillo corría por la encimera mientras yo intentaba cazarlo con el escurre-verduras. Obviamente, él era más rápido que yo, así que escapó. Pero cometió un error: de un salto se echó al suelo y… se coló en el baño. Sólo tuve que cerrar la puerta y esperar al amanecer, cuando un ser más ágil y rápido que yo se hizo cargo de la situación:

Manchitas en acción



¡Pobre ratoncito!


Recolección

Son tan amables en este lugar, que hasta te proporcionan alimento natural. Mirad lo que me han regalado para que me lleve a Madrid:




Directamente cogidos de la huerta… ¡Qué suerte!, ¿eh?


Examen de la personalidad

Resulta que la dueña de la casa rural es una experta grafóloga que trabaja en los tribunales como tal y se ha brindado a realizarme un análisis grafológico. Esta mañana he estado escribiendo el texto que me ha pedido para poder examinar mi letra. Veremos qué sale del análisis. Me da miedo que mi gusto por escribir historias sobre crímenes resulte proceder de algún lugar oscuro de mi subconsciente, y mi letra revele que, en realidad, existen motivaciones ocultas fruto de una mente psicópata… ¿Os imagináis…?


Y, en fin, amigos, hasta aquí llegan mis vacaciones. Mañana toca vuelta (500 interminables kilómetros de vuelta). Llegaré con los riñones al jerez y con el ánimo oscuro. Qué se le va a hacer… Quizá si mi mente psicópata continúa perpetrando crímenes, algún día pueda retirarme a un lugar tranquilo como este y vivir del asesinato.

miércoles, 24 de agosto de 2011

¡Aahh..., Lugo!

¡Aahh…, Lugo!

Como estamos muy cerquita del lugar donde nace el río Miño, nos hemos acercado a echar un vistazo. Lo cierto es que es un poco decepcionante (sobre todo si lo comparamos con el nacimiento del Ebro), pero aun así queda constancia fotográfica en este blog de que estuvimos allí:

Nacimiento del río Miño


Sí, ese pedregal es donde supuestamente nace el Miño. No es muy allá la cosa, como os dije. Más curiosa es, sin embargo, la leyenda que explica el origen del río: cuenta la leyenda que la meiga Irimia, en una disputa por el pago de los tributos a los monjes, les echó de sus tierras lanzándoles piedras que crecieron al rodar por la ladera mientras ella decía: "Nunca probaredes as primeiras augas deste río por é miño".

Afortunadamente, por aquí cerca hay otras cositas para ver, por ejemplo, el castro de Viladonga (era igualito que la aldea de Asterix y Obelix) y el pequeño museo que han construido al lado:
Castro de Viladonga
Maqueta I, castro de Viladonga
Maqueta II, castro de Viladonga


Luego..., también está Lugo ciudad, claro. De la catedral no subo ninguna foto porque, una vez más (siempre nos pasa con todas las catedrales que visitamos), la hemos encontrado en obras y estaba llena de andamios. Sí ofrezco fotografía, sin embargo, de la muralla…

Muralla romana de Lugo


Es impresionante, la verdad. Al parecer, es la única en España que se conserva intacta en todo su perímetro. Hemos querido recorrerla entera, pero no lo hemos hecho porque caía sobre nuestras cabezas…, no, el cielo no, el sol impenitente y ha estado a punto de darme un tarantantán. De modo que a la mitad hemos bajado y nos hemos dedicado a callejear.



Y, por supuesto, a reponer fuerzas…



Tras lo cual, pocas ganas quedaban para echar a andar de nuevo. Apoltronada en la terracita donde hemos almorzado, retozando entre el sopor, me he dado a la reflexión y, como estamos en la tierra de la morriña, bien podría haberme sentido especialmente predispuesta a experimentar cierta nostalgia del hogar. Sin embargo, no es así. Lo cierto es que, allá donde vamos, nos sentimos cerca de casa…




Tan cerca, de hecho, que, si una está  atenta, puede incluso toparse consigo misma…



lunes, 22 de agosto de 2011

¡A Lugo!

¡A Lugo!

Cantabria quedó atrás y, como dije por algún rinconcillo de estas páginas, comenzó la aventura lucense, claro que para ello, hube de conducir un buen rato…


Y rato, y rato, y rato…


Pero finalmente alcancé el destino que buscaba, aunque, eso sí, llegué molida, matada, muerta, kaput, finiquité…, sobre todo porque el último tramo del viaje llega hasta el fin del mundo (nunca mejor que en esta ocasión una entrada hizo honor al nombre del blog): estoy en una preciosa casita rural, perdida entre montañas, muy cerca del nacimiento del Miño. Aquí es donde me alojo:



Y estos son algunos de los paisajes que tengo a la vista cada mañana cuando, después de desayunar, salgo a tomar lo que queda de café sentada en ese banquito que veis a la izquierda de la puerta:






El lugar es idílico, la verdad, y si además tenemos en cuenta que no he podido dormir bien durante todo el verano, a cuenta de causas propias y ajenas, el absoluto silencio que reina en estos lares me está ayudando bastante a poder disfrutar de unas noches en que mi sueño no se vuelve intermitente, privándome con ello del necesario descanso.

Los dueños de la casita rural son, además, la amabilidad personificada. El mismo día de nuestra llegada nos anunciaron que al día siguiente iban a organizar una comida para todos los que nos alojamos en sus casitas rurales (son 5 las que hay), de manera que, a pesar del cansancio que teníamos por el interminable viaje, volvimos a montarnos en el coche y retrocedimos 15 km que habían de llevarnos de vuelta Meira (el único pueblo grande que he visto por aquí, el resto son pequeñas aldeas) para comprar algo de vino (un tinto de Rioja y un blanco de Rueda), algo de queso y embutido para entremeses.

Hoy tuvimos el ágape. Además de nuestra aportación, una pareja de andaluces preparó gazpacho y ensalada campera; y unos alicantinos y valencianos trajeron empanada de panceta y de bacalao. El dueño (gallego él, no valenciano) preparó una paella con pollo y conejo, de la que, con esta foto, doy debido testimonio gráfico:



Pasamos una agradable jornada, disfrutamos de la comida, la bebida, los postres y, sobre todo, la conversación. Ambiente agradable, tranquilo y descansado que me llevó a cavilar sobre la vida y cómo algunas veces le gusta mostrarse idílica. Una se pregunta por qué no se exhibe tan obsequiosa con más frecuencia. La única respuesta que encuentro y que me brinda cierto consuelo es que, si siempre o casi siempre mostrara su munificencia, no la estimaríamos en todo su valor.

Tengo previstas algunas excursiones de las que, si nada se interpone en mi camino, daré debida cuenta en estas páginas. No obstante, no quiero pasar el día en el coche, yendo de aquí para allá. He decidido ser selectiva y no agotar mis energías (de verdad, de verdad que, a pesar de las vacaciones, me siento muy cansada), así que repartiré estos días entre las excursiones y los días dedicados a estar en casa, leer, escribir (quizá) y pasear por el monte (lo cual ya supone un serio esfuerzo físico, que ya lo he probado y sé de qué hablo).

Acabamos la sesión fotográfica por hoy dándole un toque especial para que luego Posodo no diga que las fotos no son bellas, bellas del todo…


Obsérvese qué vista más impresionante de la playa.

viernes, 19 de agosto de 2011

Sólo tengo dos mejillas

Sólo tengo dos mejillas

Dice Posodo en un comentario de este blog, y dice bien, que con tanto ponernos a disertar sobre las perífrasis y circunloquios preñados de fraudes y patrañas que los del 15M vienen regoldando con respecto a la JMJ acabamos por olvidar lo principal de ella.  Sin embargo, no está mal tampoco hacer de vez en cuando un aparte al espíritu de la JMJ y responder como se debe a estos amargados, a fin de ponerlos en su sitio. Que están muy gallitos y crecidos, con tanto como les jalean desde la prensa cerril de la izquierda y hay que bajarles los humos, obligarles a poner los pies sobre la tierra y enfrentarlos con su propia idiocia. Eso, por una parte...; por otra también está la propia necesidad de expresar un ¡basta!, yo también tengo algo que decir.  Al fin y al cabo, cuenta Rubén Amón (en El Mundo de 18 de agosto) una anécdota de Giulio Andreotti quien, al parecer, afirmaba que Cuando Jesucristo nos pidió que pusiéramos la otra mejilla, sabía perfectamente que sólo tenemos dos. Y yo, que he estado calladita durante estos 3 meses en que las hordas desaseadas y cochambrosas de la izquierda nos han estado dando la vara, considero que ya he puesto durante bastante tiempo mi segunda mejilla y es hora de volver a colocarse de frente.

Los indignados, dice Diego Armario en La Gaceta, 19 de agosto, se están convirtiendo en censores de las libertades de los demás, los que pretenden apartar del camino de su error a los jóvenes cristianos que han venido a Madrid para asistir a la JMJ, y les acosan, insultan y agreden, convencidos de que les hacen un gran favor. Esta gente [...] parece que está de acuerdo con la excelencia de la uniformidad, con la superioridad del gris sobre cualquier otro color. [...] ya no cuela la especie de que la progresía es la tolerante y los que creen en algo son los inmovilistas.

¿Tolerantes? He leído por a hí que para justificar su bestial agresión a los peregrinos en Sol dicen que les provocaron porque se pusieron a rezar. (!) He leído también que les gritaron (e incluso hay pintadas con estas frases) que volverían a quemarnos las iglesias y que acabaríamos como en el 36. ¿Tolerantes? Ayer, tras el acto que tuvo lugar con Su Santidad en Cibeles, oí por la tele cómo la organización de la JMJ advertía a los peregrinos que no fueran a Sol. Porque, claro, Sol es propiedad de los amargados. Así lo han decidido ellos porque les sale de sus santas (?) narices y no hay quien les tosa. Con sus impuestos, no al Papa, dicen; pero con los míos se paga una policía que no mueve un dedo si tales energúmenos  deciden que hay que ir a por mí porque soy católica y decido pasearme por una plaza de Madrid. ¿Tolerantes? Un tipo desnudo simulando dar por donde amargan los pepinos al pobre oso de Sol. Unos maníacos esquizofrénicos arrojando preservativos a los peregrinos y tocándose con unas mitras de cartón en las que se leen consignas a favor del aborto. ¿Tolerantes?

Un tolerante reaccionando ante la amenazadora provocación de besar un crucifijo

¡Sí, tolerantes! La gracia de todo esto es que encima se creen tolerantes. Dice Ana Samboal (mi Ana Samboal, a quien no volveré a tener en mi pantalla hasta el próximo 5 de septiembre) en La Gaceta, 18 de agosto, que se teme que el argumento del dinero no es más que la excusa que esconde no sólo un profundo sentimiento anticlerical y antirreligioso que, faltaría más, tienen todo el derecho del mundo a sentir y a exhibir, sino una intolerancia radical a quien no piensa como ellos. He ahí el quid de la cuestión: no les discuto sus derechos, incluso el derecho a ponerse en ridículo mostrándose desnudo ante el mundo simulando una escena de zoofilia con un pobre oso de bronce o expulsando sandeces por sus bocas. De verdad, de verdad: no les discuto sus derechos. Lo que tampoco pongo en discusión, bajo ningún concepto, es mi derecho, ¡el mío!, a pensar como me dé la real gana y tener las creencias que me apetezca tener, sin que por ello tenga que verme ofendida o vejada. Es mi derecho y no me lo van a arrebatar... con su tolerancia.

Y eso, continúa Ana Samboal, la falta de respeto hacia el pluralismo religioso, político, cultural o racial, lo mismo da, es letal en una democracia.  No lo es, sin embargo, para el tipo de democracia a la que aspiran estos necios mangoneados por las consignas izquierdosas insertadas desde su nacimiento en su ADN: su democracia es aquélla en la que todos tenemos que pensar como ellos decidan que hay que pensar. Si eres diferente, te quedas fuera; y si te niegas a salir, palo al católico, al de derechas, al liberal o al que sea quien dice que no sale.

No. No es así. No va a ser así. Yo ya puse mi segunda mejilla y no tengo más. Yo, como Rosa Parks, no voy a cederle el asiento que me toca a ningún perroflauta de mierd... Que se paguen el billete y, por favor, ya que tenemos que viajar en el mismo autobús, que se duchen, que el trayecto es largo y se hace difícil soportar su hedor.

miércoles, 17 de agosto de 2011

domingo, 14 de agosto de 2011

Miscelánea de reflexiones veraniegas

Miscelánea de reflexiones veraniegas

La autodestrucción se producirá en 5, 4, 3…

Tengo la teoría de que cuando las cosas se entienden, pueden asumirse mejor, aunque no nos gusten un pelo y no las compartamos ni por principios ni por simpatía con la causa.  Quizá por ello, cuando lo inconcebible se coloca ante mis narices y hay quien pretende embutirlo en mi gaznate y hacerlo pasar por la garganta sí o sí, cierro la boca con fuerza y me niego a masticar nada hasta que la mente no haya dado con una explicación que, insisto, aunque no comparta, pueda asimilar desde el punto de vista intelectual.

El lector puede pensar que es ésta una actitud muy sensata, y no le discuto tal opinión, pero al tiempo que prudente y sabia, puedo asegurarle que es fastidiosa y cargante, porque no se puede explicar lo mucho que cuesta ir con el interrogante puesto a todas partes y no ser capaz, pese a los esfuerzos, de dar respuesta a ese porqué cuya solución se resiste.

Esta situación de gusto acibarado y sensación mortificante se ha convertido en una dolencia crónica por su recurrencia, sobre todo en lo que a las decisiones políticas que Occidente viene tomando en los últimos tiempos se refiere: leo en El Mundo del jueves, 11 de agosto, que ante la ingobernable violencia con que los jóvenes británicos se están conduciendo estos últimos días, Cameron ha culpado de ello a la "falta de responsabilidad" de parte de la sociedad y a un modelo de "educación" de los hijos extraordinariamente permisivo con unos jóvenes que adolecen de mínimos valores, de respeto por la autoridad y de sentido del deber.

Es listo el tipo. Lo ha clavado en un pispás sin que se le haya movido una sola pestaña. Hoy en día, Churchill lo llevaría claro: ni sangre, ni esfuerzo, ni lágrimas, ni sudor. Los jóvenes británicos no estarían dispuestos a mover un solo músculo que no les proporcionara una ganancia inmediata o un placer instantáneo, y quien dice los jóvenes británicos, dice igual de los galos, los italianos y, por supuesto, de los españoles (¡qué más querríamos que haber escapado de esta espiral que gira en torno a un ego intemperante y desmedido, en el que la capacidad motriz se activa tan sólo cuando de cebar sus apetencias se trata!).

Pero Cameron se olvida, el muy ladino, como hacen sus colegas de politiqueo, ya sea de esta o aquella parte del mundo, de la gran porción que tienen ellos en este pastel que se desmorona. ¿Quiénes, sino ellos, son los que construyeron unos sistemas educativos de los cuales se borraron las palabras esfuerzo, sacrificio y dolor? ¿Quiénes, más que ellos, construyeron un estado del bienestar en el que todo era gratis y nada costaba… siquiera algo? ¿Quiénes, que no sean ellos, criaron a sus pechos una juventud a la que sólo se habló de derechos y nunca de deberes?

Y todo ello… ¿por qué? He aquí la cuestión, mejor sería escribir una de las cuestiones que me tienen rota la cabeza de tantas vueltas como le he dado. ¿Por qué? ¿Por qué han demolido las columnas sobre las que se apoyaba la civilización que nos ha traído hasta el lugar donde nos encontramos? ¿Quisieron tal vez una sociedad aborregada a la que pudieran dominar sin que fuera capaz de oponerles una sola protesta argumentada e intelectualmente bien construida? ¡Qué cobardes y qué torpes! De aquellos polvos vienen estos lodos. Han creado un monstruo de dimensiones descomunales, ciego y ofuscado por un cerebro tosco y cerril, que por su ignorancia y brutalidad se comporta como simple bestia incapaz de razón, mesura y compasión. 

Usted, señor Cameron, y sus colegas de aquí y allá, pulsaron el botón de autodestrucción. Ahora ya sólo resta contar: ¡Alerta, alerta!, la autodestrucción se producirá en 5, 4, 3…


Democracia real…, pero no para los plebeyos

A pesar de lo muy acostumbrados a la desvergüenza a que nos tienen acostumbrados la insolencia, el cinismo y la impudicia de panfletos como El País y, desde su reciente nacimiento, Público, no cesa de ser llamativa la desfachatez con que se conduce gran parte de esta sociedad en la que tuve la desgracia de nacer. Desde hace unos meses vienen moscardeando por las calles de nuestro país un grupito de personas de espíritu desenvuelto (recuérdese que la ignorancia es atrevida) y mente liviana que se han erigido en ombligo del mundo y, con la grosera colaboración de este gobierno desvergonzado y obsceno, han ocupado nuestras calles, llenándola de chinches, pulgas, suciedad hasta horripilar, ruido y, sobre todo, embustes, imposturas y arteros argumentos que producen (además de risa, en lo que a la inteligencia se refiere) nauseas en lo que al estómago toca.

Sí, claro, me refiero a los del 15M. Un movimiento que no es más que la demostración fehaciente de cómo en un tiempo fuimos nada más que bestias peludas, toscas y sucias. Algunos evolucionamos y, generosos, quisimos compartir los genes que nos hicieron humanos. Lo hicimos, de hecho, y también ellos parecen evolucionados…; pero salvo en que perdieron el pelo, se volvieron bípedos y opusieron el pulgar al resto de los dedos, en poco más se asemejan a nosotros. Son toscos, como el orangután, y aprovechados como las hienas.

Se creen unos tipos muy listos y hasta escriben manifiestos. Tal vez incluso se autoengañen creyendo que en tales panfletos se guardan pensamientos dignos de una mente provechosa; pero lo cierto es que son seres mezquinos, fanáticos, intransigentes, intolerantes, extremistas y cebados con una parcialidad que mueve al asco y al desprecio. Su delirio acalorado e irracional, el fervor tribal y la superstición que anida en sus corazones, cuyo origen arraiga en ideas decimonónicas a las que, en su desfachatez, llaman progresismo, les califica sin que sea necesario que yo me estruje el caletre en busca de la palabra apropiada para ello.

Parece que ahora se han reunido en una de sus asambleas para decidir si se manifiestan en contra de la visita del Papa. ¿Les va mucho en ello? Parece que sí, pero como no hay argumento masticable que puedan expeler sobre el pueblo, han ideado la tesis de la pasta que le va a suponer al erario público tal visita. Podríamos arrojarles a su hocico inmundo el coste que supuso retirar las toneladas de suciedad acumulada tras su acampadita en Sol, pero no lo haremos, no vaya a ser que nos contesten que aquello no le supuso un solo euro al contribuyente puesto que fue sufragado por los elfos y gnomos que habitaban en los cuentos de hadas con que nos entretienen. No, no les arrojaremos a su jeta de amianto este argumento. Tampoco argumentaremos que la visita del Pontífice está financiada por asociaciones que nada tienen que ver con el Estado y que, por tanto, al contribuyente la visita le cuesta cero euros y que, por el contrario, Madrid sacará un buen pellizco de la JMJ . No se lo argumentaremos porque a tal explicación razonarían con sus discursos habituales: ¡Facha, fascista! ¡Quememos las iglesias! En realidad, no podemos utilizar ningún argumento que toque el asunto crematístico porque la cuestión monetaria les importa un pito y es sólo su excusa.

¿Su excusa para qué? Para montar el pollo y atacar lo que no les gusta porque les horripila lo diferente. En realidad, no hay nada que podamos argumentarles porque  no son capaces de admitir en su mente escueta y fanática una idea distinta a la suya. Lo cual, además, le viene de perlas al gobierno actual, al que le da pavor una juventud a la que se reúne para decirle: !No tengáis miedo! Una juventud así: valiente y dispuesta a vivir de acuerdo con sus principios es una juventud indeseable.

No…, no hay argumento posible que utilizar con esta gente porque no está dispuesta a aceptar y consentir la diferencia, la discrepancia y que uno quiera ser libre para vivir como le venga en gana, incluso si ello supone salirse del aprisco donde quieren aborregarnos a todos.

Democracia real, sí, claro, pero sólo para ellos. Los demás…, ¡al paredón! No sería la primera vez que lo hicieran.

jueves, 11 de agosto de 2011

Rajoy es un gravitón

Rajoy es un gravitón

Leer el periódico viene siendo, desde hace ya tiempo, una actividad sumamente tediosa (así está el mundo de aburrido, con los mismos personajes representando siempre el mismo papel y diciendo las mismas cosas), pero no siempre… A veces se topa una con alguna cosilla interesante, como la que encontré el pasado 8 de agosto en El Mundo: la contraportada del periódico la ocupa una entrevista que lleva a cabo Pedro Simón en su En camisa de once varas a una tal Sonia Fernández-Vidal, física cuántica, que merece hoy la atención de este blog, porque cuenta cosas interesantes, curiosas y diferentes a las que viene ofreciendo últimamente este loco mundo:

Coincides con la doctora en el ascensor, tú le hablas del tiempo mirando al techo para romper el hielo y ella te salta con que los quarks de la antimateria del 4ºB tienen a los neutrinos del 2ºC hasta la fotónica. O algo así.

Se avería el ascensor 40 minutos y entonces acabas sabiendo que un pelo tiene el mismo grosor que un millón de átomos en fila, y que "es posible" que un día nos acostemos en Carabanchel y que, como onda que somos, aparezcamos en Júpiter al despertar. Con La puerta de los tres cerrojos (Ed. La Galera), Sonia busca preguntas. En esta entrevista responde SuperSoniaca.
Pregunta.- ¿Cuánta gente cree que llegará al final de esta conversación si desde ya les decimos que va de física cuántica?
Respuesta.- Si se atreven a empezar, estoy convencida de que todos la acabarán.
P.- ¿Qué magia grande cabe en un nanomundo?
R.- Verás, para empezar estamos sentados en estos sofás y junto a una mesa que parecen completamente sólidas. Sin embargo, están un 99,9999% vacías… Fíjate, si cogiésemos el núcleo de un átomo del tamaño de una pelota de billar y la colocásemos en el centro de un campo de fútbol, los electrones serían como las puntas de un alfiler dando vueltas alrededor del estadio. O sea, que imagínate si no es mágico que no te hayas caído ya por los huecos del sofá.
P.- Y luego está el lector ahí leyendo, crédulo, tan ingenuo…
R.- Sí, también a él le están pasando cosas… Para empezar y sin que se dé cuenta, al lector le están atravesando en este momento miles de millones de neutrinos, unas partículas muy pequeñas que nos llegan del sol o de los rayos cósmicos.
P.- He leído que, según la física cuántica, si te pasas mil billones de años apoyado en una pared la acabas atravesando… Buah…
R.- Sí, sí… Es así. Existe una posibilidad de que lo lográsemos si, en vez de salir por la puerta de este restaurante, lo intentásemos el tiempo que dure el Universo. No es imposible. Hay que utilizar la palabra imposible con más respeto.
P.- Hablando de la Gran Explosión, ¿puede explicar el fenómeno del Big-len Este-Bang?
R.- No entiendo [frunce el ceño muy seria].
P.- Biglen Estebang…
R.- Ahhh [Sonríe]. Bueno, Belén Esteban es uno de los elementos que debió nacer también en esta Gran Explosión… Me vas a perdonar, no tengo televisión en casa. A veces estoy más conectada al mundo cuántico que al común.
P.- ¿Qué tacto tiene la antimateria?
R.- El mismo que la materia.
P.- Mujer…
R.- A ver. Al comienzo de todo, en la batalla que dio lugar al origen del Universo, la materia luchó contra la antimateria. ¿Por qué ganó la primera? No sabemos. En el CERN [Organización Europea para la Investigación Nuclear] está el LHC, el acelerador de partículas más grande, con 27 kilómetros de circunferencia. Hace poco se logró atrapar allí átomos de antimateria durante 16 minutos… Sólo con un kilo de antimateria seríamos capaces de llevar una nave desde aquí hasta Marte.
P.- Ya. ¿Cómo sé que no nos está vacilando?
R.- Estuve trabajando allí. El acelerador de partículas es una gran máquina del tiempo cuyo objetivo es llevarnos atrás, a ese primer momento, al capítulo 1.1 del Génesis, el nacimiento del Universo. Ahí lo que queremos es resolver bastantes enigmas. Uno: la existencia del bosón de Higgs o la partícula de Dios, el encargado de otorgar masa a las partículas, el repartidor de kilos…
P.- Descartado como orco, ¿Rajoy es más un gravitón o un leptón?
R.- Déjeme reflexionar… [Sorbe del café]. Los gravitones son los policías de la gravedad, los que nos hacen estar atrapados en la tierra. Además, es una partícula que aún está por encontrar. Sí…, Rajoy es un gravitón, un poli de la gravedad.
P.- ¿En cuántas dimensiones vive un banquero?
R.- Según la teoría de cuerdas, en 11. Igual que usted, aunque no sé si en las mismas condiciones…
P.- Aparte de Rubalcaba, ¿hay algún ente más que pueda estar en dos sitios a la vez?
R.- [Risas] En los laboratorios estamos haciendo partículas fundamentales mucho más pequeñas que Rubalcaba. Conseguimos que pasen por dos rendijas simultáneamente… Es una de las propiedades más misteriosas a mi entender de…
P.- …Rubalcaba…
R.- Exacto… [Risas]. Es la paradoja del gato de Schrodinger, uno de los padres de la cuántica: que se puede estar vivo y muerto a la vez…
P.- ¿Todo tiene su anti?
R.- En efecto.
P.- Zapatero también…
R.- Yo lo que le recomendaría es que no choque los cinco con su anti-yo, porque cuando la materia se junta con la antimateria se aniquilan entre sí creando muchísima energía.
P.- Indígnese y cuelgue un cartel en su tienda de campaña.
R.-
P.- ¿Quién es mejor físico: Dios, Hawking o George Clooney?
R.- Me tomaría un café con Clooney y me iría a cenar con Hawking.
P.- ¿Qué sucedería si metiésemos a Jordi Hurtado en un acelerador de partículas?
R.- Pobre… Aceleraríamos a Jordi Hurtado a velocidades cercanas a la luz y lo colisionaríamos con protones. Lo más fascinantes que sucede es que no saldrían sólo las partículas pequeñas que conforman a Jordi sino todo su equipo de producción, maquillaje, iluminación…
P.- ¿Qué tendrá el teletransporte público que no tenga el metro?
R.- Sería lo ideal, podernos ahorrar los empujones en horas punta. La última vez que le preguntaron esto a Zeilinger dijo que el límite era tecnológico y de presupuesto. De momento se ha logrado teleportar partículas fundamentales y cada vez grupos más grandes de átomos.
P.- Insúlteme en términos físico-cuánticos.
R.- Hombreee, ya que estamos, preferiría decirle un piropo…
P.- No se pierda, que me pierdo…
R.- Podría decirle: ¿qué podemos hacer para quedar entrelazados…?
P.- ¿…?
R.- Cuando dos partículas han estado juntas y las separas, aunque una esté en un extremo del Universo y la otra en el contrario, una reacciona instantáneamente al estímulo de la otra. Uno de los piropos de de flirteo cuántico es este: ¿Qué?, ¿nos entrelazamos?

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De la entrevista ya hablaremos..., que hay mucha tela que cortar, pero ahora tiene el turno mi scidada:


Al comienzo de todo, en la batalla que dio lugar al origen del Universo, la materia luchó contra la antimateria… y venció. ¿Venció? No totalmente. En un lugar muy, muy lejano del Universo, la antimateria se hizo fuerte y construyó un reducto que, hasta el momento, ha resultado inexpugnable para la materia. Los dioses así lo quisieron, de manera que ésta hubiera de sentirse en constante quebranto por los ataques de aquélla y, de este modo, no se abandonara la materia al devenir del azar durante eones sin que la vida y la actividad fluyeran por ella.

Hasta el momento, esta guerra fría se ha mantenido en un equilibrio que ha permitido el desarrollo del Universo que nos alberga, sin embargo, cada cierto tiempo, alguna expedición enviada por la antimateria logra forzar las potentes medidas de seguridad que la materia ha construido a su alrededor e infiltrarse dentro del campo material. Llegan entonces los problemas.

El último intento exitoso de la antimateria, en los últimos tiempos, ha consistido en colocar dentro de un pequeño planeta de un diminuto e intrascendente sistema solar  un destructor letal al que se nombró con el abreviado nombre en clave de ZP.

Mientras científicos de todo el mundo se han esforzado sin éxito en fabricar un ZP de materia con el fin de hacerlo chocar con el creado por la antimateria de manera que ambos se destruyeran, el Universo que conocemos ha actuado por su cuenta y con un arma inteligente y sibilina… ha logrado al fin acabar con él.

A partir de ahora, la antimateria probablemente no olvidará los efectos adversos que puede llegar a tener… la Economía del diminuto planeta al que osó atacar.



domingo, 7 de agosto de 2011

Europa fue camino

Europa fue camino

El otro día visité una pequeña exposición, por obra y gracia de la Fundación La Caixa, sobre el Camino de Santiago que llevaba por título Europa fue camino. Me gustó, aunque se hizo demasiado breve. Tomé un folleto informativo de los que allí había y decidí que su texto sería el que utilizaría para mi próxima entrada (ésta que tienes ante tus ojos), pero, como soy muy torpe, me he dejado el folleto en casa y ya no es momento de volver a buscarlo, de modo que queda aplazado para otro día el texto y hoy habrá de conformarse la entradita con las fotos que tomé. Al fin y al cabo, un par de lectores me han pedido que suba fotos, de modo que así doy respuesta a su petición.

Lo primero que encontré, justo a la entrada de la exposición, fue un grupo de cuatro códices (no, no estaba el Calixtino, robado hace poco)

Mapamundi Psalter

Mapamundi de Los Comentarios al Apocalipsis del Beato de Liébana


 Después, y nada más pasar la puerta, lo primero con lo que una se topaba era con una recreación de...

sí, claro, de la Vía Láctea. 

Entre explicación y explicación de la guía, hice algunas fotos (en la más ardiente oscuridad, porque la exposición se iluminaba parcamente) y ésta es una de ellas. No está mal, ¿verdad?, para haberla tomado casi a ciegas.




Esta otra estaba más iluminada, de modo que no costó tanto acertar como en la anterior:

Cueva del eremita Pelayo
Simula ser la cueva donde vivía el eremita Pelayo que fue, según la leyenda, quien encontró los restos del apóstol Santiago.


Estas dos son muy curiosas, sobre todo la primera. Si alguien, que no haya leído Los pilares de la tierra, se ha preguntado alguna vez cómo construían los arcos antiguamente, en la exposición tenía la respuesta:

Construcción de arcos


Construcción de arcos


Finalmente, se nos habló de la atención médica que requerían los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago. Muy curiosa la historia de los hospitales para peregrinos que se fueron construyendo. Hice esta foto (quizá la que más me gusta) de la botica de uno de esos hospitales, donde se preparaban los ungüentos que se aplicaban después a las distintas dolencias que los peregrinos presentaban:

Botica de hospital para peregrinos


Ya están las fotos subidas. Espero tener oportunidad de subir también el texto del folleto. Hasta entonces..., that's all, folks!

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Lo prometido es deuda: he aquí el texto del folleto:

Europa fue CAMINO
 
La peregrinación a Santiago en la Edad Media

Corre el siglo IX. En el finis terrae, un ermitaño descubre un sepulcro que rápidamente se asocia al del apóstol Santiago el Mayor. La noticia es divulgada por toda Europa a través de los escritos que circulan por los monasterios. La Iglesia y los reyes cristianos de la península Ibérica unen sus intereses para atraer a un número creciente de peregrinos. Acaba de nacer el Camino de Santiago.

Desde ese momento, y durante toda la Edad Media, centenares de miles de peregrinos recorrerán la ruta jacobea, siguiendo la Vía Láctea, persiguiendo el jubileo. Con ellos, llegarán a la Península sus productos, sus ideas y su cultura. El Camino se convertirá, de esta manera, en la vía de conexión de la España cristiana con los pueblos de Europa y con el mundo musulmán de al-Andalus.

El apogeo del Camino fue consecuencia de diversos factores. El sentimiento religioso de los peregrinos se unió a los esfuerzos de la Iglesia y las monarquías, que dotaron a la ruta de las infraestructuras básicas, como puentes, iglesias u hospitales, además de velar por la seguridad de los caminantes.

Tras la Edad Media, el Camino cayó progresivamente en el olvido. Hoy la ruta está otra vez viva, y nuevamente Europa, y el mundo entero, caminan a Santiago.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Duda viciosa

Duda viciosa

Puede que el título que se apoya sobre estas líneas haya atizado la curiosidad del lector, encendido ciertos interrogantes en su mente e, incluso, lo haya llevado hasta hollar el difuso borde donde comienza la confusión…, pero no, amigos, no es que sean mis dudas de naturaleza lasciva, libertina, libidinosa, licenciosa o pervertida. ¡No! El adjetivo se explica claramente al final de la entrada pero, claro, para alcanzar la razón de su porqué hay que leerla. De modo que, si no tienes nada mejor que hacer y no te importa dedicar un rato de tu tiempo a mis cuitas, sigue leyendo…

Leo en El Mundo de ayer, 2 de agosto, el artículo firmado por Luis María Ansón, Las sandalias del César que llega, en el que dice, entre otras cosas que Rajoy es implacable con los que le rodean. El menor síntoma de deslealtad se castiga en Génova con el ostracismo […]. Carmen Remírez, continúa Ansón, retrata a Mariano Rajoy en este periódico como un killer y repasa la larga lista de los personajes populares a los que escabechó […]: Zaplana, Acebes, María San Gil, Piqué, Pizarro, Gerardo Galeote y Álvarez Cascos. […]. La figura catedraliza de Rajoy se consolida con la lealtad permanente y con el aplauso incondicional.

Frente a esta idea de la lealtad permanente y el aplauso incondicional, aparece en mi memoria la entrevista realizada a Luisa Fernanda Rudi en no sé qué medio escrito y que leí hace unos días. En tal entrevista, ante la pregunta del periodista sobre si ha comenzado el peloteo en torno a ella, Rudi contesta que sabe muy bien distinguir entre la lealtad y la sumisión, y que a su lado quiere gente leal, no sumisa.  Quizá es que, en este mundo rústico e ignorante que nos rodea, vamos dejando tirados por el camino de la vida el verdadero significado de las palabras, pero, afortunadamente, de vez en cuando aparece alguien que retorna con él y nos hace recapacitar sobre ciertas actitudes. Rudi parece tenerlo claro; Rajoy, también, pero en un sentido muy diferente: Rudi quiere gente leal a su lado; Rajoy, sumisa y dispuesta al aplauso incondicional. Lo cual indica que la una es fuerte y el otro, débil y asustadizo, hasta el punto de rechazar de sus cercanías personas capaces…, más capaces que él. Prefiere verse rodeado de un buen coro de actores y actrices que le sigan el rollo, aunque el rollo sea malo de verdad. Ello me lleva a desconfiar grandemente de él. Ello y algunas otras cositas… A saber:

-su actitud durante los últimos cuatro años, en los que no ha tenido ningún empacho a la hora de olvidar ciertos principios que su partido representaba y los cuales él, por ser el líder, se daba por supuesto que compartía. Lo veo, pues, como un hombre dispuesto a pronunciar sin rubor alguno aquella frase famosa de Groucho: Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros

-parece ser, además y como se decía antes, un hombre frágil al que ya no le concedo ni siquiera el beneficio de la duda en cuanto a la capacidad y cantidad de sus redaños para enfrentarse a las duras circunstancias que le esperan. ¿Qué hará cuando los sindicatos –tan calladitos estos últimos 7 años y pico- se le echen a la calle? ¿Qué hará cuando los mansos y cívicos del 15M solivianten los ánimos y enciendan la calle? ¿Qué, cuando los medios pesoísticos se lo coman por arriba y por abajo?

Yo que, entre otras cosas, voto por principios y, sobre todo, por principios, tengo la absoluta certeza de que este señor no los representa; y como soy un ser libre y, ante todo, libre, libre, libre, y no me dejo atar por ningún demagogo que se presente ante mí vendiéndome la burra (pueden engañarme una vez, quizá dos…, pero nunca tres), hace tiempo que decidí que este tipo no volvería a tener mi voto jamás. Por otra parte, yo, que también voto eficacia, valoro grandemente la mucha que suele tener el PP allí donde gobierna frente a la incapacidad manifiesta y la incompetencia del PSOE, cientos de miles de veces demostrada. Sin embargo, tampoco en este caso fío del señor Rajoy. Su debilidad me lleva a pensar en sus redaños que, como apunté ahí arriba, considero demasiado disminuidos para hacer frente a la catastrófica situación que estamos viviendo.

No votarlo, pues, significa un alivio para mi alma, pues con ello no traiciono mis convicciones y me distingo del votante borreguil (tan conocido del PSOE) que vota a los suyos, hagan lo que hagan, digan lo que digan, engañen lo que engañen y roben lo que roben. No votarlo, además, supone para mí la seguridad de que no estoy empeñando mi voto en un tipo inútil cuyo mayor anhelo parece ser llegar ¡por fin! (debe de sentirlo como un abisal complejo, después de dos elecciones perdidas) a la Moncloa. No votarlo, sí, no votarlo…

Sigue Ansón en su artículo diciendo que En estos momentos, el PP gana por mayoría absoluta. El 20 de noviembre veremos qué ocurre. Porque si Rajoy se quedara en 167 o 169 escaños, Rubalcaba maniobraría para formar un pentapartido, burlar la mayoría y hacer lo que el PSOE ya consumó en Baleares […]. Si durante la campaña electoral Rajoy pierde posiciones, se puede encontrar, aunque gane, que la zorrería de Rubalcaba le rubalcabea con la alianza del PSOE, IU y los partidos periféricos, varios de ellos, por cierto, abiertamente secesionistas. La sombra del pentapartido es alargada y puede acabar el rumor de las sandalias del César que llega.

No votarlo..., ¿decía? No votarlo quizá suponga llegar a la situación que Ansón retrata en este último párrafo y entonces… ¿Lo imagináis? ¿Qué puede ser más insoportable: un Rajoy asustadito, escondido en la Moncloa y sin tomar las riendas, no vaya a ser que los del 15M se le aparquen a la entrada del palacio mientras el país sigue la senda del Titanic, o un país desmembrado, destrozado, humillado, abochornado, derrotado por las sanguijuelas nacionalistas y cautivo de la maldad e incompetencia pesoística de Rubalcaba?

Yo no tengo la respuesta y, así, consumo mi tiempo vacacional sumergida en la duda: si no voto a Mariano, puedo contribuir con ello a la aniquilación de España. Si lo voto, traiciono todos mis principios sin la seguridad, además, de que vaya a servir para evitar la evanescencia de mi país. Si apostato de mis convicciones, pero a cambio salimos de este pozo, al menos tendría un "al menos" en el que refugiar la mala conciencia que me causaría la felonía perpetrada contra mis ideas; pero ¿y si ni siquiera sirve para ello y el país se hunde por la cobardía del señor gallego?  En tal caso, la aniquilación que nos espera sin remedio del PSOE vendría de la mano pepera, pero vendría. En cualquier caso…, llegaría, de manera que habríamos vuelto al principio en ese perpetuo círculo vicioso. Y, así, ¿qué hago? ¡Oh, duda cruel; oh, duda circular y viciosa!

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Tengo un consuelo, al menos: no estoy sola. Hay más como yo. Lean Ronin, y encontrarán más dudas viciosas y más llanto en aquella casa. ¡Ay, Alawen, podemos quedar para llorar juntas!

Belén 2013

Belén 2011