miércoles, 27 de marzo de 2013

A MGae le publicaaaaaaaaaannnn

A MGae le publicaaaaaaaaaaaaannnnnnnnn

una colaboración en un libro de poemas sobre San Juan de Ávila.

:-))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))


¡¡¡¡¡¡FELICIDADES!!!!!

martes, 26 de marzo de 2013

Ángel Carrasco Garrorena

Ángel Carrasco Garrorena

Aquí dejo algunas muestras del pintor pacense Ángel Carrasco Garrorena:





















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Añadido posterior:


lunes, 25 de marzo de 2013

Día del orgullo friki

Día del orgullo friki

Soy friki, ¿y qué? ¿Eh, Caraguevo? ¿Qué, qué, qué?

Desde mis foros frikis: Nathan Fillon y Stana Katic ¡con humor! ;-)


Comic Con de San Diego, 2010

Brrrrrrrrrr

Brrrrrrrrrr 

Odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden, odio el desorden...

¡¡¡¡Y quiero una casa más grande y alguien que me ayude a limpiar y ordenar*!!!! Buaaaaaaa, buaaaaaaaa, buaaaaaaaaa.

De verdad que lo de mi casa es como lo de la obra de El Escorial.  Seguro que Felipe II se está relamiendo de gusto al ver mis sudores y angustias. 

Desmantelar la casa de un ser querido es triste de narices, pero es que además es muuuuuuuyyyyyy agobioso. Cada vez que logro colocar una remesa de cosas que me han dado, mi madre me endosa otra. ¡¡¡Mamá, que ya no me cabe nada más!!! Y, además, tengo tirones en músculos de mi cuerpo que no sabía ni que existían. Yo no vuelvo a Madrid. I promise.

¡Pero no! Seamos prácticos e inteligentes: cuando hay un obstáculo demasiado alto para saltarlo de una vez, uno puede quedarse mirándolo como un tonto o rodearlo...

¡¡¡O usar una escalera!!!

Me voy corriendo a buscar una [y un poco de reflex ;-)]. Os dejo con unos muñecajos que creo que ya vinieron por aquí, pero que me hacen mucha gracia.


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*Además de la pobre MGae ¡¡¡¡¡¡Gracias MGae!!!! :-)))))))

domingo, 24 de marzo de 2013

Novela del Oeste: Zane Grey

Novela del Oeste: Zane Grey

Mi tía tenía recogidas en esta colección que aparece en la foto las obras completas de Zane Grey junto a la de Julio Verne, Agatha Christie, los hermanos Álvarez Quintero y la de los premios Pulitzer. 

Hace años, una de mis hermanas le pidió la colección de Zane Grey y mi tía se la dio, pero yo siempre me sentí bastante atraída por ella, de modo que cuando, hace dos años y pico, encontré, en la Feria del libro de Santander, dos tomos (el IV y el VIII), los compré sin dudar. Hace unos días, desmantelando la biblioteca de mi tía, encontré que tenía el tomo I repetido, de modo que también me lo he traído. Y no desespero de ir encontrando (aquí o allá) los demás.

Comencé a leer por el cuarto tomo (puesto que el primero todavía no lo tenía). De vez en cuando, una novelita del Oeste viene más que bien. La primera del cuarto tomo (que quizá es la que más me ha gustado hasta ahora y es con la que me estrené) es La voz de la cañada

He ido leyendo poco a poco y hace unos días acabé Río Perdido. Pensaba dejarlo ahí y aparcar el Oeste durante unos meses, pero resulta que la novela que viene después, Nevada, es la continuación de Río Perdido, y no puedo quedarme  sin saber qué le ocurre al pobre Nevada -Jim Lacy, un gunman la mar de bueno- y a Hettie, así que este mes hay doble sesión de novela del Oeste.














Combinar la puerilidad que a veces gasta Zane Grey en sus diálogos y personajes con las chorradas simbólicas de Dan Brown en The lost symbol, los asesinatos de P. D. James y los coscorrones que la pluma de Galdós le arrea al pobre Doctor Centeno, mientras leo las cartas de La Sociedad Literaria y el Pastel de Piel de Patata de Guernsey es una tarea ardua, no creáis. Claro que eso me pasa por llevar tantas lecturas a la vez. 

En cualquier caso, ahí va mi consejo: una novelita del Oeste de vez en cuando le hará bien, amigo lector.

viernes, 22 de marzo de 2013

Los límites de la Fundación, Asimov

Los límites de la Fundación, Isaac Asimov

Golan Trevize, consejero de la Primera Fundación, se pregunta sobre la posibilidad de la supervivencia de la Segunda Fundación. Ésta debería haber sido destruida, según la versión oficial, agotándose así los superpoderes mentales de los científicos que la componían y que dirigían ocultamente los acontecimientos del Imperio Galáctico.

Tras una serie de intrigas políticas, Trevize se verá obligado a exiliarse en una astronave, en compañía del historiador Janov Perolat. Pero, una vez en el espacio, ambos decidirán dedicarse a la búsqueda del antiguo planeta Tierra...

La segunda entrada de Finis, y primera reseña de un libro que apareció en él, fue precisamente el título con que se pone fin a la serie Fundación: Fundación y Tierra. En los comentarios a esa entrada, además, aparece uno de los primeros que dejó un buen amigo de este blog, el primero de todos los que vinieron después, y que con tanta frecuencia nos sirve sabrosos  Platos.

Como soy así de original, por esos comentarios que cruzamos Posodo y yo se adivina que comencé a leer la serie Fundación justo por el último de sus títulos (me sonrojo). Pues bien, después de intentar reparar mi desaguisado lector, ayer terminé el penúltimo de los títulos, que para mí ha sido el último y creo que uno de los que más me ha gustado, si dejamos un poquito de lado el rollo hippy ése de Gaia, que siempre me deja una sensación de desasosiego que soy incapaz de explicar.

Queda todavía pendiente la Trilogía del Imperio y algunos títulos más que aguardan turno en mis estanterías.

miércoles, 20 de marzo de 2013

El papel nunca morirá

El papel nunca morirá

Me he topado en Contando Estrellas con este simpático vídeo y lo traigo hasta Finis a ver si arrancamos alguna que otra una sonrisa.


lunes, 18 de marzo de 2013

De grifos y amigos

De grifos y amigos

Andaba MGae últimamente llorando por los rincones. Se había encaprichado con la idea de que quería cambiar un grifo de fregadero. Yo, que soy tan discreta, no me atreví a preguntarle a cuento de qué ese repentino deseo por hacer prácticas de fontanero, pero no por ello dejé de preocuparme: cada mañana la encontraba un poquito más desmejorada. Tenía ojeras, los labios despeluchados, como si los mordiera con rabia y arrancara la piel a jirones con los dientes. En las mejillas se adivinaban los surcos horadados por el llanto durante la noche, y el humor..., ay, amigos, el humor se le había agriado tanto que los ojos se habían hasta achinado.

Así que esta mañana decidí que ya era hora de recuperar a la MGae de antaño, de modo que subí a su casa y le dije: Anda, coge tu caja de herramientas y cámbiame el grifo del fregadero

Sí, amigos, tan generosa soy que he ofrecido mi fregadero a cambio de la felicidad de MGae. Ella ha visto su sueño hecho realidad y, total, a mí qué me ha costado, salvo comprar un grifo y tener que vaciar el mueble para que ella pudiera maniobrar. 

¡Cualquier cosa por los amigos! Incluso un grifo nuevo:


domingo, 17 de marzo de 2013

Área de descanso

Área de descanso

Se empezó el viaje.




Y se aceleró más...



Y se fueron consumiendo kilómetros y alcanzando metas. Ya hemos ¡acabado! nuestra primera etapa (¡bien!):

Capítulos 1 a 4 desplegados




Capítulos 5 y ss. a Epílogo desplegados



Ahora hay que parar en un área de descanso y tomar alguna cosilla (sin alcohol), que viene una zona con curvas de las que marean de verdad, esto es: la revisión (la primera, que luego llegarán más). 

Pero eso será otro día.

Stana Katic

Stana Katic...

...también visita Finis. No sólo va a ir a tomar café a casa de otros... 


Y porque nos cae muy bien no hablaremos de las 8 horas de maquillaje y peluquería previas a la sesión de unos 300 millones de fotos, de las que luego se toman las 10 mejores. No, no hablaremos de eso. Que la verdad es que la niña es mona (y no mona).

Diálogo de besugos

Diálogo de besugos

-¿Soy buena?
-Tú lo has dicho.
-Dicha.
-Vale, pero no es tarde.

Nunca es tarde si la dicha es buena.

sábado, 16 de marzo de 2013

Narrador y punto de vista II

Narrador y punto de vista II

En la última anotación, Narrador y punto de vista I, nos quedamos colgados de una pregunta: si no te gusta tener un narrador en 1ª persona y otro en 3ª y omnisciente, pero quieres mostrar el punto de vista de uno de los personajes..., ¿qué hacer? Pues acudir a la gente que sabe de esto, naturalmente... 

En su libro, Todo lo que sé de novela negra, P. D. James dice, respecto de la voz narrativa en sus historias, que: El punto de vista que yo empleo en mis obras se divide entre el narrador, que registra los sucesos con cierta distancia, y la mente de los diferentes personajes para ver a través de sus ojos, expresar sus emociones y oír sus palabras. [...]. De ese modo, en mi opinión, la novela gana en complejidad e interés y puede además aportar pinceladas de ironía, ya que los cambios de punto de vista revelan las diferentes formas en que unos y otros podemos percibir un mismo suceso. A pesar de esto, creo que no conviene alterar el punto de vista dentro de un mismo capítulo.

Hace cosa de un mes que leí ese libro, del que había ido tomando notas, y de repente, hace unos días, y en referencia al asunto que venimos tratando en estas anotaciones sobre narrador y punto de vista, el parrafito anterior acudió a mi mente con el maletín de primeros auxilios. ¡Eureka!, yo también lo encontré. Eso es lo que quiero. ¿Cómo no lo pensé cuando lo leí? Supongo que porque a veces las cosas necesitan madurar antes de llamar tu atención.

Ya tenía la respuesta, ahora llegaba el momento del trabajo. Cogí el título del inspector Dalgliesh que tenía anotado como próximo en mi lista de lecturas, Mortaja para un ruiseñor, papel y cuaderno, y me puse a leer... despacito.

Hacía muchos años (desde que acabé la carrera) que no leía una novela de ese modo: anotando, anotando, anotando... Por supuesto que la lectura en estas condiciones no es tan placentera, pero sí mucho más fructífera (al menos para mentes torpes como la mía, que necesitan el apoyo del papel en todo momento). Y, ahí estoy, leyendo lentamente y aprendiendo. Pero también llevándolo a la práctica desde el principio: me ha faltado tiempo para volver a la introducción de la historia que me ocupa el tiempo estos días, Aracne, y poner en práctica el invento. 

Éste es el resultado (sólo copio un par de párrafos a modo de muestra) de los apaños que he hecho siguiendo el método P. D. James:


Tom finalmente lo había telefoneado y Arthur Dwight se recostó satisfecho en el sillón, tras la enorme mesa de caoba cuidadosamente pulida y metódicamente ordenada que ocupaba un amplio espacio junto al ventanal del despacho. La estancia estaba sumida en una acogedora penumbra que la única luz encendida, la lámpara de pie que se alzaba elegante junto al sofá, no lograba disipar. Arthur la observó complacido. Pese al dineral que le había costado, se sentía encantado con el prohibitivo capricho que se había permitido adquirir por Navidad en una exclusiva tienda de antigüedades de Bond Street. Sobre la moqueta, sin embargo, y alrededor del pie de hierro forjado que sujetaba su preciado antojo, comenzaba a formarse un molesto cerco que evidenciaba la flemática inmovilidad de aquella estancia y que delataba, sin que ninguna otra hipótesis pudiera argumentarse al respecto, que la lámpara no se había movido del lugar que ocupaba desde el preciso momento en que Arthur Dwight la colocara junto al sofá. Bien mirado, no había razón alguna para moverla. Cada objeto de aquel exquisito despacho ocupaba el emplazamiento exacto que tenía asignado, y la impecable armonía de su disposición se explicaba por sí misma con la elocuente muestra de buen gusto que todo el conjunto constituía.
Arthur Dwight se obligó a cerrar los ojos, resistiéndose a la atractiva llamada con que le convocaba la autocomplacencia por su pequeña creación, un rincón de belleza y quietud que sosegaba el espíritu y del que él era el único y orgullos autor. ¿Pero por qué diantres no podía complacerse en aquel insignificante placer? Abrió los ojos y los fijó en la puerta. Era una idea ridícula. Nadie más que él conocía los pensamientos que recorrían su mente y nadie, salvo él, iba a reprocharle que se complaciera en ellos. Sonrió aliviado: su cerebro era tan inaccesible a nadie que no fuera él mismo, como lo era el despacho de un subdirector del MI5 para cualquiera que, caminando por Curzon Street, acertara a pasar bajo la ventana por la que ahora miraba hacia el exterior.

La cosa está en pañales, lo sé, y tengo que mejorar mucho, pero estoy satisfecha con mi primer intento. 

Hay veces que una duda y otras que está segura de algo. Ésta es una de esas veces en que la segunda posibilidad destaca sobre la primera: estoy segura de que algún día lo haré bien. Ya sé cómo se hace (que es lo importante: conseguir agarrarlo bien con las neuronas), ahora sólo tengo que mecanizarlo y, para ello, sólo hay una forma: práctica y muuuuuuucha atención al principio.

Luego, además, está lo de cambiar la voz narrativa en todas las historias que ya llevo escritas, y eso sí, amigos, que va a ser una tarea ardua. ¡Dios me ampare!

miércoles, 13 de marzo de 2013

¡Habemus Papam!

¡Habemus Papam!







Getting in bed with... gadgets

Getting in bed with... gadgets

There’s no question that in recent years, regular smartphone, tablet, and other gadget users have developed a strong bond with their technology. More and more people find themselves riddled with separation anxiety if they leave their phone at home, or even if it’s in a different room. For many gadget users, a popular time to get really plugged in to technology is in the downtime right before bed—in fact, more and more people will say that they can’t sleep without spending time reading a tablet, browsing the web, or watching Netflix. But this particular time for gadget addiction, right before going to sleep, can be more harmful than helpful to good rest. New studies show that not only are most people sleeping with their smartphones in the bed with them, they’re also struggling to sleep well, even if they don’t realize it. Not only does the light from your gadgets suppress sleep-inducing melatonin, there’s a good chance that you’ve been woken up by a call or text message in the middle of the night recently. In fact, many people say that if they happen to awake in the middle of the night, the natural reaction is to reach for their phone. The psychology behind why we feel so addicted to our gadgets is a field that is just now burgeoning, and for the future health of technology users everywhere, it’s probably worth looking into.

Badgets in Bed Infographic

Please Include Attribution to OnlinePsychologyDegree.net With This Graphic

domingo, 10 de marzo de 2013

martes, 5 de marzo de 2013

Coca-Colas exóticas

Coca-Colas exóticas

Dos reflexiones:

1. Una de las cosas más divertidas de conocer gente interesante es que te enteras de cosas interesantes y curiosas ¿Coca Cola de cereza y de vainilla? 

2. Por ahí se oye decir de vez en cuando que hay días en los que es mejor no levantarse. Y es verdad. Hoy es uno de ellos. Hoy es un día... ¡negro!

Llueve, el cielo encapotado está que asusta (¡bu!), hace frío, tengo la espalda fastidiada y parezco una fuente con el surtidor escupiendo estrés: no he acabado casi las juntas de evaluación y ya estoy corrigiendo recuperaciones, y el KET, y el PET, y el tipo airoso que se los inventó (no sé dónde vives, tío, pero lo averiguaré). Tengo el ánimo agrio y encima me han mandado archivos comprimidos en zip, que es el programa que más odio del universo universal y seguiré odiando en todas las reencarnaciones de vidas futuras que sufra durante el resto de la eternidad. Estoy a punto de comerme a alguien. Busco algo con que afilarme los caninos, que no tengo el cuerpo para hacer esfuerzos mandibulares, y pienso si no sería buena idea instalarme un segundo surtidor en la coronilla para desaguar el estrés con más facilidad.

Sí, hoy es un día negro. No se puede negar. Y, sin embargo, existe Michelle, ergo, Dios también existe, así que la cosa a lo mejor no es tan oscura como pretende aparentar.

Se oye un hello en la puerta del aula que no soy capaz de procesar. Sólo sé que aquello no cuadra con el momento. ¡Si no hay clase de speaking! Si ni siquiera toca clase de inglés. Ah, pero y qué. ¿Acaso la vida no puede regalarme un descansito de vez en cuando? 

Nuestra profe de conversación ha pasado a verme y me trae dos latas de cocacola, una de cereza y otra de vainilla, de las que me había hablado y cuya existencia desconocía antes de que lo hiciera.















Dios te ha venido a ver, S. Cid, y te concede un pequeño respirín. ¡¡¡Alguien con un cerebro normal está en la puerta de mi clase!!! y encima me trae Coca Colas exóticas. Hey, Michelle, what's up? No, no me lo digas. Nothing, ja,ja (quiero decir: ha, ha) ;-) Carol and Henry send you their regards.

Ya se me ha pasado un poco la negrura de día.

Y ahora: qué llueva lo que quiera ahí fuera. Yo he cerrado la puerta de casa detrás de mí y paso del universo. Me quedo con un hello que me abre la puerta a un mundo paralelo, me quedo con la mantita eléctrica en la espalda y con el ordenador abierto para escribir el resto de la tarde mientras en la nevera se enfrían un par de Coca Colas que pienso degustar a mis anchas. 

Va a ser que la vida tiene también su aquél...

Eh, no sea bobo, hombre: ponga una Michelle en su vida que le alegre el día. Yo tengo una que me trae Coca Colas, es paciente con mi inglés casposo y resuelve mis dudas constantes. Y, además, lo hace todo sonriendo. 

Te invito a comer, Michelle.  ¿Cuándo te viene bien? :-)

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PD: Ah, y para colmo de dicha esta noche ¡¡¡hay Castle!!!

¡Que sí, que sí..., que va a ser que la vida tiene su aquél!

¡Odio el zip!

¡Odio el zip!

¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip!  ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip! ¡Odio el zip!

¡Y QUIERO PEGAR A ALGUIEN! PERO PEGAR HASTA QUE ME DUELA LA MANO.

El escarabajo de Horus, Rocío Rueda

El escarabajo de Horus 
Rocío Rueda
Editorial Oxford

Carla ve cómo su vida da un giro inesperado cuando ella y su hermano penetran en una extraña sala del museo del Louvre. Allí descubren un valioso y mágico amuleto egipcio que lleva siglos oculto. Este enigmático objeto los conduce hacia una peligrosa aventura que los llevará a conocer un maravilloso país, Egipto.

Juntos tendrán que intentar, no sólo regresar de una época que no les pertenece, sino salvar sus vidas, amenazadas por los planes de un faraón que obedece los deseos de la fuerza más siniestra y poderosa que jamás hubieran imaginado.

Éste es el libro que han tenido que leer los alumnos de 1º ESO en la 2ª evaluación. A mí no me entusiasmó cuando lo leí, aunque tampoco elevo una crítica feroz contra él.  A los alumnos les he preguntado y sus respuestas han sido muy diversas:
-ha habido quien me ha dicho que se aburrió al principio y luego se enganchó.
-ha habido quien ha sufrido el proceso inverso: se entusiasmó con el inicio del libro y luego se aburrió.
-ha habido a quien le ha parecido bien todo él.
-ha habido quien ha abandonado la lectura a la mitad.
-y quien ni se lo ha leído (con lo cual va directo a la recuperación).

Mi experiencia responde más a la segunda de las respuestas: excitó mi interés al principio y luego me aburrió. Personalmente no lo volvería a mandar, pero entre este título y algunos otros que estoy oyendo por ahí como propuesta para la 3ª evaluación, casi que me quedo con una relectura de El escarabajo de Horus.

Nota que le doy: un psssssss y va que chuta.

domingo, 3 de marzo de 2013

Sarcasmo

Sarcasmo

Se echa de menos en cierta casa una anotación que deje escrito para la posteridad que el



ha vapuleado al

¿Se están consolando?

dos veces esta semana.

Dejemos, pues, aquí constancia de ello:


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Nota de la administradora de Finis Terrae: este blog se limita a hacerse eco de la información proporcionada por MGae y declina cualquier responsabilidad por el daño que la noticia pueda causar.

Ya vamos en cuarta

Ya vamos en cuarta

¡Mirad ese grácil vehículo azul polar que pasa! ¡Qué delicado parece y, sin embargo, con cuánta soltura se mueve! ¡Observad su línea aerodinámica y escuchad el suave ronroneo del motor! Se desliza tan graciosamente que parece una nube esponjosa. ¡Y eso que sólo va en cuarta y ha pasado una semana secuestrado por las malvadas juntas de evaluación!





Anotación pergeñada, junto con las anteriores, a modo de nueva procrastinación*.

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*Pantera, perdóname por utilizar otra vez el palabro.
 

You win again, Bee Gees

You win again, Bee Gees

Narrador y punto de vista I

Narrador y punto de vista I

Hace mucho tiempo que vengo dándole vueltas a un asunto para el que no acababa de encontrar solución: ¿quién ha de ser el narrador de mis historias detectivescas? 

Como empecé narrándolas en 1ª persona, y supongo que por aquello de seguir a la mula por su rodera, continué con esa voz narrativa. Sin embargo, no acababa de encontrarme a gusto con ella y, sobre todo, veía ciertas dificultades, a la hora de narrar los hechos, que no encontraría con un narrador en 3ª persona y omnisciente.

La verdad es que algo de mula por la rodera hay, porque soy un poco terca, pero no tanto como para no saber dar marcha atrás cuando me doy cuenta de las dificultades. El hecho de continuar con la 1ª persona se debe sobre todo, y más que a la obstinación, a que quiero que en cada historia aparezca el punto de vista de un determinado personaje. 

La cosa funcionó mientras las historias fueron cortas y, sobre todo, giraban en torno a un personaje principal, que era el que la narraba. Así, por ejemplo, en Salto Mortal, el narrador es Charles Carter; en El fuego de Vesta, Kate West; en Una broma americana, de nuevo lo es Carter, y así sucesivamente. No obstante, Quadrivium fue el primero que me planteó un serio problema al respecto, y todo por culpa de Scrivener.

Y es que, al utilizar este encantador programa, las historias ya no son cortas, cortas..., sino que se van alargando sin que una se dé cuenta. En el caso de Quadrivium alcancé las 61.000 palabras, lo cual requiere, entre otras cosas, un mayor número de personajes. Así, en esta historia, que en principio iba a ser narrada por Herbert Rush, el ya jubilado inspector del Yard y exjefe de Carter, un buen día me encontré, repentinamente, con que Charles y Kate tenían que viajar a Londres en busca de cierta información sin la compañía de Rush. ¡¡¡Problema!!! ¿Cómo narrarlo? Es evidente: se imponía la introducción de otro narrador.

Podía haber elegido a cualquiera de ellos dos, pero no lo hice: tenía cierto reparo a mezclar diversos narradores en 1ª persona dentro de la misma historia. Algo que ya he solucionado gracias a P. D. James: todo consiste en cambiar narrador en 1ª persona por punto de vista, y esto ya sí que lo admito siempre y cuando (estoy de acuerdo con ella, pero a eso ya llegaremos, porque en aquel momento todavía no había leído Todo lo que sé sobre novela negra) cada personaje dé su punto de vista en capítulos diferentes. De modo que en aquel momento opté, por primera vez en las historias del Atrápame, por mezclar un narrador en 1ª persona con otro en 3ª y omnisciente. Creo que el experimento no quedó mal (¡aunque aún estoy esperando que alguien me responda al respecto!, ejem, ejem...).

Sin embargo, la solución no acababa de convencerme. No era eso lo que buscaba. No, no, no... 

¿Y entonces?

Bueno, como seguramente ya se habrá intuído al leer uno de los párrafos anteriores, P. D. James vino en mi ayuda. Pero ésa es materia para otra anotación, si es que el lector está interesado en leerla. Yo seguro que la escribiré.

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De hecho, la escribí y sigue aquí.

Belén 2013

Belén 2011