Adversidad
Saber sufrir y tener
el alma recia y curtida
es lo que importa saber;
la ciencia del padecer,
es la ciencia de la vida.
JOSÉ MARÍA PEMÁN
viernes, 12 de junio de 2009
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5 comentarios:
Lo de "la ciencia del padecer" me recuerda a "la ciencia del adiós" de Mandelstam. Por cierto, hay una grandísima novela con ese título.
De la cual acabo de saber..., gracias a ti :-). La incluiré en mi lista de lecturas veraniegas.
Saludos
S. Cid
Esto es algo relativo porque, si bien el dolor es lo único que nos hace cambiar, no siempre lo hace para mejorarnos. Con gran frecuencia, ocurre justo lo contrario.
Estoy de acuerdo contigo, Carlos: el dolor nos cambia, pero no siempre para mejor. No obstante, pienso que el sufrimiento normalmente es una buena escuela ("buena" en el sentido de que de ella siempre nos llevamos alguna experiencia de la que echar mano cuando la necesitemos). Algo que no suele suceder cuando, en vez de dolor, experimentamos felicidad, de la que, tristemente, solemos obtener poco jugo que utilizar en un futuro, en caso de ser necesario. Quizá divago…, porque no sé si es así o no, claro, pero me da la sensación de que, para un necesario uso ulterior (creo que en este sentido se dirigen las palabras de Peman), el ser humano normalmente consigue mayor pericia del padecimiento que del bienestar.
Y después de toda esta parrafada, me doy cuenta de que pueden entenderse estas palabras como dictadas por una mente masoquista…, hecho muy alejado de mi propensión y de mi pretensión. ;-)
Saludos.
S. Cid
Perdón..., don José María. Me quedé con la tilde de su apellido. Ahí se la devuelvo: Pemán.
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