A / (las) cuenta(s) de la huelga...
Hace tiempo que ando desconectada del mundo, pero supongo que en las tertulias estos días habrán venido hablando del mucho mal que le hacen este tipo de huelgas al país.
Mi experiencia (que hoy mismo estoy viviendo de nuevo) dice lo siguiente:
-Grupo 1: cuatro o cinco compañeros han hecho hoy huelga. No trabajan, no cobran.
-Grupo 2: yo veo mis clases modificadas y he de ocuparme, a lo largo del día, de hasta cuatro clases que nada tienen que ver con las mías; y que se ven, a su vez refundidas con otras, modificadas y desperdiciadas. Trabajo extra pero no cobro extra.
-Grupo 3: la Consejería de Educación retendrá a mis 4 ó 5 compañeros la parte del salario correspondiente al día de hoy, pero tendrá el trabajo hecho por otros curritos, como yo. No paga por un trabajo realizado.
No sé vosotros, pero yo, en este grupo de tres, hasta el momento veo lo de siempre: unos son los aprovechaos y de los otros se aprovechan.
3 comentarios:
Qué oportuna esta anotación tras la de Un impulso criminal.
Ya lo he contado en Facebook, pero da una idea de lo caras que son estos huelguistas: en la parroquia tienen contratados a unos parados de larga duración a los que se paga con lo que se recoge del cestillo del domingo. Pues han pasado a "informarles" los del piquete del Ayuntamiento,(sí, esos mismos) y los obreros les han preguntado que dónde estaban cuando ellos se quedaron sin trabajo. Así que los sindicalistos han recogido y ahora están en un bar, aquí enfrente.... Los obreros siguen trabajando. Cada uno en su sitio natural...
Posodo: Siempre tan críptico... :-p
Alawen: Así funciona ejte país. Qué vergüenza. Un compañero huelguista al que me encontré en la calle el día de la huelga a la hora del café me dijo que no le hiciera las sustituciones (está el asunto como para decir que no haces una sustitución, vamos anda) y me llamó esquirol (de broma, es verdad). En el cole, mientras, cuando yo pregunté si los huelguistas habían dejado trabajo para sus clases, otros compañeros me dijeron que no, porque entonces les estropearíamos la huelga y que lo único que teníamos que hacer era cuidar esas clases. Yo me callé, claro, pero para mis adentros pensé: no es lo mismo cuidar una clase de 30 tíos a los que mandas una tarea y tienes trabajando toda la hora, que cuidar una hora a 30 tíos que no tienen nada que hacer más que tirarse bolas de papel, subirse a las mesas, levantarse, pasearse de aquí para allá y gritarse los unos a los otros.
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