Ja, ja, ja... ¡Ay, los viejos métodos!
Cuando empiezo a escribir esta entrada son las 15:50. Última hora de la tarde que, a cuenta de la huelga, me obliga a hacer una sustitución con un 1ºESO.
Estaba yo temiendo esta hora, después de un día de ajetreo, porque pensé que, tras una jornada extraña para ellos (en la que han experimentado la falta de sus profesores habituales y de muchos de sus compañeros -yo creía que ésta era una huelga de trabajadores, pero veo que hasta los estudiantes de 12 años la secundan-) se iban a estar subiendo por las paredes y montando el pollo.
Así han llegado al aula, en efecto. De pie, apoyada en mi mesa y tratando de pasar inadvertida, he visto cómo iba entrando el rebaño, mientras me preguntaba qué hacer para sobrevivir a esta última hora.
Podría haber aplicado las últimas técnicas pedagógicas, tal y como se nos insta que hagamos desde todos los sectores educativos, tan modernos y progres ellos. Podría haber intentado llevármelos al aula de informática a ver si allí, a base de tecnología punta, pasaban la hora entretenidos. Podría...
Podría, y es lo que he hecho, decirle a una alumna: Sal a la pizarra y apunta a quien hable. El que llegue a dos cruces, copia.
Y ahí están (son las 15:55), 25 minutos después de haber empezado la clase sin que se haya oído ni un susurro.
Jajajajajaja, estos pedagogos modernos...
3 comentarios:
Buena idea la de aplicar métodos de cuando hiciste la primera práctica de profesora, como bien se refleja en la fotografía.
Porque es de esto de los que hablas, ¿no?
Ja, ja, ja... Tú y tus ocurrencias... Mejor que no se entere la pedagoga del cole o te soltará un buen sermón...
Posodo: :-p
MGae: Pues no creas..., el Dpto de Orientación no debería quejarse mucho de mis métodos porque, al fin, requieren de ciertas habilidades psicológicas porque hay que observar con atención y elegir a la niña (los niños son más fieles a sus amigos) que tenga una serie de características adecuadas para desempeñar la labor. A saber:
-no debe ser floja de carácter, de modo que se acoj... ante las miradas reprobatorias de sus compañeros.
-debe ser lo suficientemente independiente de cualquier tipo de afecto amistoso que le haga tender a perdonar a las amigas más que a los demás.
-debe ser implacable y evitar que le tiemble la tiza cuando haya de trazar la segunda cruz junto a un nombre.
-debe, además, ser buena observadora y evitar que algún listillo hablador, tira bolas de papel o toca narices le pase desapercibido.
Sí..., elegir a la perfecta candidata apuntadora tiene su aquel, oye.
;-)
Publicar un comentario