Ni siquiera ella sobrevivirá:
Seguro que hay quien se acuerda de mi cruzada antihormiguil del año pasado (estos arquitectos son tan torpes que las hormigas se me colaban hasta por los enchufes). Pues bien, este año las hormigas y yo hemos vuelto a tener movida. Mira que hay campo por ahí fuera donde pueden vivir cómodamente, eh. Pues nada, les encanta mi cocina.
No saben ellas con quién se las tienen que ver. El año pasado fui ganando batalla tras batalla hasta echarlas al patio otra vez; este año de nuevo he ganado esa batalla, pero soy muuuuucho más ambiciosa y voy a ganar la guerra: ¡ las aniquilaré! ¡Acabaré con ese maldito nido de una vez para siempre!
Pacientes horas de observación me han llevado a descubrirlo y he colocado mi artillería en formación:
Y, por supuesto, para las escaramuzas fuera de la línea de combate, tengo a mis agentes especiales:
Además, el perímetro de defensa preventiva estará bien, muy bien, muy requetebien sellado (una vez que los ingenieros vuelvan de vacaciones):
5 comentarios:
Animo, que no quede ni una.
¡Pobre hormiga atómica..! ;-)
Besos
Vengo de leer la palabras del papa Paco sobre el amor, la paz y la alegría y me encuentro aquí guerra, aniquilación y muerte.
¡Qué pena!
;-p
Así que me gusta, que te apliques en tu trabajo cual proba hormiguita...
Mamuna Estoy en ello, jaja ;-)
MGaetana: Ni pobre ni na. Ella también caerá.
Caraguevo: Guerra, aniquilación y muerte, pero con mucha felicidad, amor y alegría. Cada vez que cae una, hacemos una fiestuqui. ¿Quieres venir?
Posodo: Ya sabes que lo del crimen es lo mío ;-)
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