La lista de los 15.000
A menudo, sobre todo en épocas vacacionales o largos puentes en los que se prevé una salida masiva de vehículos a la carretera, los medios de comunicación y los carteles informativos que penden sobre el asfalto nos atemorizan con cifras, a veces espeluznantes, de heridos y fallecidos en las carreteras. No me parece mal la estrategia si con ella se consigue reducir esos números tan luctuosos, sin embargo, jamás he oído decir lo que ahora voy a contar: parece ser que los gases tóxicos que emanan de nuestros vehículos causan 5 veces más muertes que los accidentes de tráfico. Según un estudio elaborado por la U.E., 225.000 europeos mueren cada año por enfermedades causadas por la contaminación, 15.000 de los cuales corresponden a España. Si consideramos que en el año 2005 hubo 3.329 muertos por accidentes de tráfico, ¡la cifra de 15.000 la quintuplica!
¿Por qué estas cifras son desconocidas para el común de los mortales? ¿Será, acaso, por aquello de: ojos que no ven, corazón que no sufre? Desde luego, no nos falta información en cuanto a la cuestión medioambiental… Todos sabemos que no debemos malgastar el agua, ni poner el aire acondicionado a tope o dejar que la calefacción caliente nuestras casas hasta una temperatura que nos permita estar en manga corta en pleno invierno, sin embargo, y aunque muchos seamos cuidadosos e intentemos seguir esos consejos lo mejor que podamos, con frecuencia desconocemos información vital que tal vez nos haría cambiar de hábitos.
Pensemos que la próxima vez que cojamos nuestro coche para ir de vacaciones y nos digamos algo así como: “Iré despacito y con mil ojos, y seguro que llego bien”, la amenaza no estará tanto en la carretera por la que circulemos como en el aire que estemos respirando. Ojalá lleguemos felices al término de nuestro viaje y resoplemos con satisfacción por nuestra conducción prudente. Gracias a ella, no estaremos dentro de esa fea cifra de 3.329, pero… ¿no estaremos ya enfermos…? ¿No habremos ingresado ya en la lista de los 15.000?
En fin…
2 comentarios:
Es muy difícil que aquí exista educación medioambiental cuando no se fomenta y apenas la hay vial y la más común de todas tampoco brilla demasiado. Sin embargo, eso no es un impedimento para que cada uno haga lo que esté en su mano y aporte su granito de arena. En mi caso particular; reciclo papel, plástico, cristal y pilas, cierro el grifo cuando me enjabono en la ducha y cuido el consumo al lavar los platos, no dejo tirados materiales no biodegradables cuando salgo al campo, etc. Lástima que todo esto apenas sirva de nada ante la destrucción causada por los pirómanos; esos malnacidos con quienes tan comprensivo se muestra el código penal.
Un saludo.
Carlos P. L.
Me alegra verte por aquí :-) Y me alegra saber que tú también eres un "recicleitor" :-)
Quiero creer que todo el trabajo que nos lleva reciclar y cuidar el planeta en la medida de nuestras posibilidades sí sirve de algo, aunque probablemente el resultado de un esfuerzo tan minúsculo, en comparación con la población total, sea inútil, pero yo seguiré con mi reciclaje y ahorro.
En cuanto a los pirómanos..., cada vez que veo un monte ardiendo me duele el corazón. España acabará siendo un desierto y los españoles somos tan, pero tan, tan, tan imbéciles que parece que nos da igual. ¡Qué país, de verdad, qué país!
En fin...
Saludos :-)
S. Cid
Publicar un comentario