Shutter island
Decía Edgard Allan Poe que la ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia y para Heinrich Heine, la verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo ha tomado la inteligente resolución de volverse loca. Es curioso que para ambos no sea la locura sino una forma de protección que la inteligencia adopta.
El pasado fin de semana fui a ver la película Shutter island, y lo hice un poco renuente porque los avances que había visto auguraban una cierta dosis de miedo que a mí me echa para atrás de inmediato: terror y S. Cid son antagónicos por definición. No hay tal, sin embargo, y si bien es cierto que hube de apartar la vista de la pantalla o cubrirme los ojos con las manos en un par de ocaciones, la película aun anunciada como thriller no da miedo... Miedo de ese que dan las películas de miedo, quiero decir, porque un repentino miedo a la mente... sí que te da. ¿Estamos a salvo cualquiera de nosotros... de nuestra propia mente? Es la única cosa de la que no podemos huir, con la que no podemos poner tierra de por medio: siempre va allá donde vamos nosotros. Y, así: ¿puede llegar a ser la mente nuestra enemiga más mortal? ¿Trasladarnos hasta un paroxismo demencial que nos conduzca al sufrimiento extremo? ¿O es la mente la última tabla de salvación que crea mundos falsos en los que podamos vivir con una cierta tranquilidad? ¿Está loco un ser que toma una decisión brutal sobre la premisa: "prefiero morir como un hombre bueno a vivir como un monstruo"?
En Shutter island nada es lo que parece y lo que es parece increíble. Muertos que están muy vivos en la mente de quien los ve, doctores de pasado nazi que forjaron su conocimiento sobre prácticas inhumanas cometidas en campos de concentración, policías que persiguen fantasmas...
Buenísima película que hay que ver.
6 comentarios:
Yo leí el libro hace un tiempo...
La última película de terror que vi, fue "La huérfana", el pasado domingo.
Un saludo
Yo la ví hace unas semanas y me gustó largo y tendido.
Un compañero de trabajo me dijo que no la había entendido y que no le gustó (evidentemente porque no la había entendido), y allí que me fui, a llevar la contra.
Después, eso sí, tuve que explicársela (así os hacéis una idea de con quien trabajo).
Nadie está a salvo de su mente.
A mí me defraudó un pelín, ya que Leonardo sobreactúa mucho y la cinta empieza muy bien, pero a medida que se va desarrollando el filme, va decayendo en su misterio, hasta jugar con los espectadores, entre si es todo mentira o realidad.
De todas formas para los fans de Di Caprio, que no se la pierdan.
Guido: Pues yo de terror, ni una. Me lo tengo prohibido, porque luego lo paso fatal y no está la vida para eso... ;-)
Sue: Jajajaja, sí, sí..., me hago una idea del tipo de gente con el que trabajas. ¿Que no la entendió...? Pues mira que era fácil ;-)
Carlos: La verdad es que no me fijé mucho en la actuación... Me metí tanto en la historia, que me olvidé de todo lo demás. A mí me gustó mucho y el final me sorprendió totalmente.
Un saludo, amigos.
S. Cid
Interesante comentario S.Cid. Trataré de verla en Argentina. Un gusto recorrer tu blog,
rober
Rober: Es muy buena, no se arrepentirá. Saludos y gracias por sus palabras. También es un gusto recorrer el suyo.
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