El mundo en un pañuelo
El Reglamento de Régimen Interno de mi colegio prohíbe, como el del Instituto Camilo José Cela, llevar cualquier prenda que cubra la cabeza dentro del centro. Si en algún momento se planteara un caso como el que recorre los medios de comunicación estos días, también yo, como se ha hecho en el Instituto de Pozuelo, votaría en contra de cambiar la norma; aunque yo no formo parte del Consejo Escolar, y vaya usted a saber lo que votaría el de mi colegio...
Está muy bien eso de que la Sra. Aguirre respalda al Instituto (faltaría que no lo hiciera, vamos), pero es insuficiente. A la Asociación de Padres no se le puede pedir más que el respaldo, pero a toda una Presidente (perdón, Bibi, quise decir Presidenta) de la Comunidad de Madrid, hay que pedirle mucho más: no, doña Esperanza, decir que se apoya la decisión que toma un Instituto de mantener su RRI no es suficiente, no en este caso en que el asunto del que se trata empuja a la mujer tres pasos por detrás del hombre y la somete a su voluntad. Para Bibianas y Gabilondos, ya tenemos a las Bibianas y Gabilondos de ZP:
Gabilondo: "En una sociedad aconfesional, dijo, no es lo mismo una identificación para un colectivo, como el crucifijo en el aula, que una seña de identidad particular y personal como el velo islámico", según Gabilondo, que ha precisado que esta seña "no atenta contra los demás".
¿Creerá este tipo que todos los que lo hemos escuchado fuimos educados con el magnífico sistema educativo auspiciado, implantado, protegido y mantenido por su PSOE? Que no, Sr. Gabilondo, que todavía quedamos muchos a salvo de la Logse y que, por tanto, entendemos el español. Por ello puedo decirle que no me traiga el crucifijo a colación y lo meta estúpidamente en el asunto. La cuestión no es si un grupo de personas se identifica de forma colectiva o no con un símbolo, ni si el velo es una seña de identidad particular y personal. La cuestión es que ese velo es una pesada losa para la mujer que tiene que sufrirlo. Y si, tal y como usted dice, el derecho a la Educación debe primar por encima de cualquier RRI, utilícela para enseñarle a esa pobre niña de 16 años que no es inferior a su padre, a su hermano ni a su futuro marido por el hecho de haber nacido con unos cromosomas XX.
Y, además, Sr. Gabilondo, ese velo sí atenta contra los demás. Al menos atenta contra mí, puesto que con él desembarca en la sociedad, la cultura y el mundo en el que vivo una horrible ofensa contra mi sexo que no estoy dispuesta a admitir en mi país. Váyase usted y llévese a su mujer y sus hijas (caso de tenerlas) a Arabia Saudí, donde podrán todas ellas vestir el burka con especial devoción y entusiasmo, pero ¡aquí no!
En cuanto a Bibi..., uuuuffff, Bibi...: No me gusta ningún velo, pero desde luego entiendo que este debate requiere ser abordado desde el respeto, desde la reflexión, desde el diálogo y teniendo en cuenta que es un debate muy complejo y que, desde luego, hay que tomárselo con sosiego, con tranquilidad y huyendo del oportunismo, como decía, y de la demagogia, que es probablemente lo que se está haciendo en este momento.
¿No les parece un poco timorata en sus declaraciones? A lo mejor es por esto. Claro..., así sí se empiezan a entender las cosas... Y es que lo de ser miembra del gobierno, jugando a ser feminista, está muy bien porque tiene una un sueldo más que majo, además de asegurado, en esta España de los 5 millones sin empleo de ZP. Y, claro, más vale ser precavida no vaya a ser que por hablar demasiado pierda el puesto y, además de quedarse en paro, no acumule los pocos añitos necesarios para luego cobrar la pensión.
12 comentarios:
A mí lo que me hace "gracia" es cuando, por defenderlo, dicen que las niñas se lo ponen, ¡¡con cinco años!!, por decisión propia y sus padres no hacen sino respetar su decisión. Yo no sé por qué clase de imbéciles nos han tomado. Me enfada que si hay que defender algo se defienda por medio de esas sandeces.
¿Y si a algún niño o niña se le ocurre ir al colegio en bañador? ¿O ir en bikini? ¿Qué haremos entonces?
Se me ocurren millones de casos en que un colegio tiene que decir que así no entra el niño y que se vuelva a su casa. Y por más veces que llegue en bañador no entra, y punto.
Difícil el respeto, reflexión y diálogo mientras sigan faltando esos dos dedos de frente tan escasos últimamente por este país.
A mí ya me cansa que, la tolerancia, siempre corra por cuenta nuestra. Por otro lado, si en nombre del laicismo, se retiraron los crucifijos, no me parece justo que ahora, con el hiyab, ese criterio ya no valga. Pero, por encima de todo, en el caso concreto de la niña de Pozuelo, el debate es ridículo: las normas del centro impiden llevar la cabeza cubierta. Y punto. Lo demás, es un pulso a las instituciones democráticas del país por parte de unos pocos intransigentes, tan sumisos en sus países de orígen, como sus mujeres allá donde van con los maridos.
Un saludo
Cid, supongo que volvemos a lo de siempre, que según el bloque en el que estés (quien te pague, vaya) así tienes que verter tus opiniones. En efecto, me parece timorata Bibiana en sus declaraciones, sobre todo después haberse autoproclamado adalid de los derechos de la mujer. Yo, perdone señorita, pero si va a ser así, me defiendo sola.
El feminismo es otra cosa y el desembarco del Ministerio de Igualdad a nuestro país deja claro a qué niveles de gamberrismo y corruptela (cada vez más a la vista) hemos llegado. Que la niña de los Aído necesita un currito, pues venga, un Ministerio para ella solita que nos sobran edificios vacíos en Madrid y dinero a expuertas en las Arcas para regalar a los cientos de gandules que campan por la piel de toro. Lo de menos es para qué sirva el ministerio, o que cinco millones de personas no cobren un duro al mes gracias a la buena gestión de los gobiernos (de todos), tú solo habla de gilipolleces durante un par de años, que se note que tienes palique y luego te retiras con una vitalicia y ya verás que bien, Bibianita de los cojones.
El velo es un símbolo opresor, coño, y mientras sea sí habrá que prohibirlo porque esa es la única vía que entienden ciertos extremistas. Que se pongan ellos el velo, no te digo. El día que las mujeres lleven velo o sombrero de copa porque quieren y no porque se lo impone nadie, entonces estaremos hablando de libertad.
Yo me acuerdo de cuando, en este país, había que tener carrera y hablar idiomas para poder ser ministro. Hoy en día, hay algunos que apenas están alfabetizados.
En lo referente al feminismo, siempre me llamó la atención cómo las feministas se escandalizan porque a las azafatas le acorten la falda pero, callen y miren para otro lado, cuando nuestras calles se llenan de mujeres con yihab y algún que otro burka. También guardan silencio ante las desfiguraciones faciales con ácido, las lapidaciones, las violaciones de mujeres subsaharianas por parte del ejército marroquí, y muchas otras aberraciones cometidas fueras de nuestras fronteras. Es un poco como lo de los sinvergüenzas de los sindicalistas, que no montan ninguna huelga general para protestar por la existencia de más de cuatro millones y medio de parados pero, sin embargo, se rebelan para manifestar su apoyo al compañero Garzón.
Hay tal hipocresía y perversión instalada en esta sociedad que nos toca, que la emigración a parajes remotos y solitarias se antoja la única terapia viable.
Eso no son feministas Guido, son oportunistas indocumentadas. Los otros, simplemente sinvergüenzas.
Sue:
Sí, estoy totalmente de acuerdo contigo. El feminismo de verdad, hay que profesarlo en casos de discriminación y de un modo digno, no prostituirlo en virtud de intereses políticos. Y en cuanto a los sinvergüenzas, son una plaga.
Con este tema tendremos que bregar mucho en el futuro. Y creo que va llegando la hora que cada cual deba elegir para posicionase. Ya lo sé, es una putada tener que elegir algo, señalarse con ello ante la otra parte, pero...
Hemos estado tanto tiempo pensando que todo -democracia, igualdad,Derechos civiles, etc.- nos caía del cielo, que da un poco de grima tener que luchar por unos valores que cuestan tanto trabajo (sudor, sangre y lágrimas, diría Churchill) mantenerlos.
No creo que haya un asunto -tal vez el desastre auspiciado por los socialistas en la Educación de nuestro país- tan importante para la libertad como éste: la invasión de Occidente por parte del Islam. El Islam es incompatible con nuestro sentido de la democracia liberal, siempre ha sido así y siempre lo será.
Gadafi: "Hay signos de que Alá garantizará la victoria islámica sin espadas, sin pistolas, sin conquista. No necesitamos terroristas, ni suicidas. Los más de cincuenta millones de musulmanes que hay en Europa lo convertirán en un continente musulmán en pocas décadas”.
A mi también me ha decepcionado Esperanza Aguirre, pero nada si lo comparamos con la acostumbrada claudicación de este gobierno de cobardes y traidores ante la ideología islámica.
No les va a resultar fácil olvidar que le deben el gobierno a unos terroristas islámicos que aún estar por ver para quiénes trabajaban.
Un análisis certero:
En primer lugar, los primeros casos de islamismo social aparecen como algo aislado, de manera que no son tomados en serio ni por las autoridades ni por los ciudadanos en cada país. No se trata de conflictos casuales, sino que generalmente responden al impulso que llega desde mezquitas o centros islámicos –caso del presidente del de Pozuelo– muy comprometidos con la islamización. Nuestros países afrontan el problema en terminos de "derechos" y de "cultura", enzarzandose en discusiones interminables, como las que hoy ocurren en España. Mientras, los casos aumentan poco a poco hasta hacerse tan habituales que al final dejan de generar polémica. Por cansancio, por tolerancia o por falta de convicciones, la sociedad huésped acaba permitiendo que usos y costumbres sociales ajenas se instalen en su seno, como algo multicultural y exótico.
En una segunda etapa, el uso de velo ha dejado de ser algo aislado, y se ha vuelto algo socialmente corriente y que parece inofensivo. Así que comienzan a aparecer otras manifestaciones y reivindicaciones más radicales: desde ropajes hasta exigencias de una doble legislación o reivindicaciones contra iglesias y catedrales. Con el umbral de tolerancia occidental más alto, se produce con estos fenómenos la misma reacción que en la primera etapa, pero de manera más radical: los imanes han ganado poder ante los suyos y los representan ante los demás. El islamismo, en el interior de la comunidad musulmana, se hace asfixiante; y hacia el exterior, más reivindicativo y agresivo. En su fase más avanzada, comienza a observarse agudamente como un problema para la libertad y la paz. Francia, Bélgica u Holanda se encuentran en esta fase, que ha provocado la necesidad de tomar medidas. España va camino de ella.
En una tercera etapa, lo que antes era aislado y después corriente se va volviendo obligatorio gracias a la presión social sobre las mujeres. En las comunidades musulmanas ninguna mujer va ya con la cabeza al descubierto; son obligadas a cubrírsela. Poco a poco, la presion se extiende a las no-musulmanas en lugares con mayoria musulmana. Así, mientras el corazon de la comunidad islamica se radicaliza con manifestaciones cada vez más radicales, que incluyen el sometimiento femenino moral y fisico, el anillo exterior se amplía, parasitando nuevas sociedades o capas sociales. Ocurre con el avance islamista hacia el sur de África, con los países ya musulmanes de por sí caídos en la desgracia islamista, y también en barriadas europeas –británicas, por ejemplo. Hablamos ya aquí de una islamización completa, de países, de barrios o ciudades. El triple proceso se produce de sociedades no islámicas al islamismo y de sociedades islámicas al islamismo radical.
España se encuentra entre el primer estadio y el segundo, razón por la cual sería deseable una reacción institucional firme y sólida. Claro que la causa del problema está en la ausencia de esta reacción, lo que hace que podamos pensar ya en qué va a hacer nuestro país cuando la segunda etapa, que es la que usualmente hace reaccionar a los países, vaya madurando. Ahí estará la clave en nuestro país.
Está claro lo que hará nuestro país, mirar para otro lado. ¿Alguien tiene dudas?..
Esta cuestión me produce el mismo efecto que el que provocaría la sal sobre una herida: me escuece mucho. No soy feminista de cuota y por ello no considero que hombres y mujeres sean iguales: somos diferentes (sólo hay que mirarnos para darse cuenta). Pero sí defiendo algo que es obvio: iguales deberes, iguales derechos. Y el trato que el Islam da a la mujer es inaceptable. No sólo en un país occidental, donde debería estar absoluta y totalmente prohibida cualquiera de las degradaciones con las que somenten a la mujer, sino en sus propios países. Igual de inaceptable que es la esclavitud, igual de inaceptable que fue el trato inferior dado a los negros, igual de inaceptable para Occidnete debe ser el sufrimiento al que se somete a la mujer en estos países medievales. Sin embargo, nuestros gobiernos miran para otro lado sobre lo que pasa allí, y aquí hacen también la vista gorda.
Lo peor llegará cuando pretendan que yo también me ponga el velito porque ofendo a su decencia y el gobierno... pase por el aro. Que pasará. No lo dudo. Bate ha clavado como van a hacerlo. Sólo espero que para cuando suceda y esos 50 millones de musulmanes que viven en Europa hayan alcanzado el número suficiente para islamizar mi país, que para entonces, yo ya esté criando malvas y lo único que puedan hacerme es destruir la cruz que presida mi tumba.
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