sábado, 31 de diciembre de 2011

D

Ya vino por aquí una C y también una CC. Pues bien, amigos, finalmente lo conseguí y Finis Terrae alcanzó las quinientas entradas. Lo que venga después de ésta, Dios dirá, que yo lo desconozco.

Lo que sí conozco son las cifras del blog, las cuales, aunque las supongo totalmente accesorias para aquel que pase por aquí, son las siguientes: 

-El año comenzó con una bolsa de 350 entradas y acaba con 500
-Al iniciarse el curso bloguero había 3.015 comentarios y, al terminar, el número ha ascendido hasta los 4.635
El número de visitas al principiar el año era de 12.828 y finaliza con un número de 23.171.
-El tráfico del blog ha bajado un 11,1% con respecto al del año 2010.

Aprovecho esta última entrada para felicitar el año a todos los amigos que pasan por aquí y también para avanzar el Uno musical que correspondería al 1 de enero. Empecemos con él (siempre me anima esta canción) el nuevo año, que asoma difícil (vaya subidita de impuestos con que despide este triste 2011 el señor Rajoy, más lo que aún nos aguarda...), pero que en cualquier caso yo os deseo dichoso y saludable.

Un saludo a todos, amigos.











jueves, 29 de diciembre de 2011

Últimas lecturas

Últimas lecturas

Se acerca el final del año y con él las lecturas de 2011. Ocupa mi tiempo de lectura estos últimos días una preciosa novela titulada El secreto de Darwin: Después de ocho meses de investigación en las islas Galápagos, el joven antropólogo Hugh Kellem decide volver a Londres. Allí se dedicará a descifrar una de las incógnitas que siempre le han obsesionado: el motivo por el que Darwin tardó veintidós años en publicar El origen de las especies. Pronto descubre algo que le será enormemente valioso: el diario que Lizzie, la hija menor del famoso naturalista, escribió para intentar comprender la culpa y el miedo que dominaron a su padre en la cumbre de su carrera. A partir de ese momento, Hugh se planteará cada vez más interrogantes sobre el científico -¿cuál fue la extraña enfermedad que lo dejó incapacitado?, ¿por qué tenía miedo a viajar?, ¿quién era su rival?-, que sólo podrá contestar resolviendo un complicado rompecabezas de amargas rivalidades, mezquinos engaños y secretos celosamente guardados, en cuyo centro se encuentra el nacimiento de la teoría de la evolución.

No sé qué tiene de verdad y qué de ficción (aunque por supuesto hay dosis de una y otra) y tampoco intuyo cómo acabará ni si el final me defraudará o no, pero de momento me está encantando.

Junto a ésta, hay otras novelas que estoy a punto de terminar, pero las obviaré para hablar, en cambio, de una biografía sobre Agatha Christie que me regaló un buen amigo de este blog y que terminé hace un par de semanas. Se trata de Agatha Christie, vida y misterio, de Gillian Gill: Tal vez muchos de los asiduos a las novelas de Agatha Christie se hayan preguntado alguna vez cómo una mujer de aspecto tan apacible, y aparentemente poco interesante, ha sido capaz de transmitir a miles de lectores la máxima representante de la novela policíaca. Esta biografía pretende desvelar todos los enigmas en torno a la escritora de cuya pluma nacieron los tan carismáticos Miss Marple y Hercules Poirot. Acaso su propia vida se configure como un nuevo e interesante caso lleno de pistas que descubrir.

He leído por ahí alguna  crítica a esta biografía que la califica de feminista. Quizá en ciertos puntos pueda considerarsela así, pero yo no lo subrayaría como algo fundamental en la obra. Sí digo, sin embargo, que en algunos capítulos resulta algo farragosa (sobre todo en lo que a la familia de Agatha Christie se refiere -abuelas, tíos, retíos...) pero hay otros que se disfrutan desde la primera palabra hasta la última. Me gustó, en cualquier caso, y aprendí de ella...

No aburriré más al personal con estas postreras lecturas. Pongo fin a la entrada con los últimos libros que he comprado y que son, pues, futuras lecturas:

Un thriller:




Otro... "thriller"...



¿Una de espías?

Y la última, que no clasifico:


martes, 27 de diciembre de 2011

Algunas curiosidades: velocidad y tamaño

Algunas curiosidades: velocidad y tamaño

Seguramente la mayor parte del planeta no tiene ningún problema en identificar la ecuación E=mc2 (léase cuadrado, obviamente) como la famosa ecuación de Einstein que describe la cantidad de energía de un cuerpo en reposo. También, seguramente, una gran parte de ellos sabe que la c de tal fórmula refiere a la velocidad de la luz. Pero..., (y he aquí la curiosidad, que lo ha sido, y mucho, para mí) nunca supe por qué c y no otra letra cualquiera. Hoy lo he averiguado. La famosa c refiere a la palabra latina celeritas, que (casi podría ahorrarme esta última aclaración) puede traducirse por celeridad o rapidez. Hay que ver la de cosas que se aprenden con el cotilleo internáutico.

Otra curiosa explicación con que me topé hace poco y que me hizo sonreír, se refiere a un dicho (me perdonarán los lectores porque he de utilizar una palabra un tanto malsonante) que muchas personas conocen (y usan) en España. Es aquél que elogia los atributos reproductores del caballo de Espartero y que normalmente se utiliza como símil para subrayar la valentía de un individuo: tiene más cojones que el caballo de Espartero. Y lo cierto es que la estatua que representa a Espartero y su montura habla bien a las claras respecto de este punto. La curiosidad estriba en conocer el porqué esos atributos tan descomunales y hete tú aquí que me fui a encontrar con la explicación hace unos días, mientras leía uno de los Episodios Nacionales de Galdós, Luchana, en una de las notas aclaratorias con que cuenta la edición que tengo de él. Dice así: 

Existe un dicho popular que hace referencia al caballo de Espartero haciendo alusión a las personas que tienen gran valentía: "Tienes más huevos que el caballo de Espartero" o, en una versión más vulgar: "Tienes los cojones como el caballo de Espartero". Al parecer, el origen de esta expresión popular se encuentra en la estatua ecuestre erigida en la calle Alcalá de Madrid junto al parque del Retiro, en honor al general Baldomero Espartero, de finales del siglo XIX, y realizada en bronce por el escultor Pablo Gibert. En realidad, no se trataba de que los testículos del animal fuesen anormalmente grandes, sino de que el escultor cometió un error en el diseño. Al terminar el conjunto escultórico, la obra se situó sobre un pedestal de piedra. El caballo tenía la pata delantera derecha levantada, pero en el momento de quitar los soportes, la estatua se escoró hacia adelante. para equilibrar el peso del caballo, el escultor intentó primero añadir mechones de pelo en la cola del animal para ejercer de contrapeso, pero finalmente optó por aumentar el tamaño de los testículos, donde supuso que el arreglo pasaría más inadvertido.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Mañana...

Mañana...

...es el día en que lo intentaré de nuevo: después de que el técnico de la caldera vuelva a mi casa (en esta ocasión confío en que traiga todo el material que necesita y no sea precisa más espera), encenderé el ordenador, abriré el documento abandonado hace ya tanto tiempo*... y procuraré volver a pergeñar una historia detectivesca. ¿Seré capaz? 

Mañana, mañana..., mañana dirá.

¡Oh, cielos, qué incertidumbre!

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*Y que así comienza:

–Es terrible, Herbert.  Olivia está deshecha, te ruego por ello que disculpes su ausencia, pero verdaderamente se encuentra demasiado afectada para recibir. Tal vez esta noche, si las gotitas de láudano que le ha administrado el doctor hacen efecto, pueda cenar con nosotros.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Belén 2011

Belén 2011  (a tía Julia)

Llegó, llegó por fin el Belén de este año a Finis Terrae (ahí, en la columna de la derecha, debajo del correo, podéis verlo)*. Es pequeño y por eso las 31 fotos repiten motivos, pero en cada una se pueden apreciar distintos detalles (creo yo). El próximo año, si Dios quiere, tendré nuevos escenarios que mostraros, pero para mis inicios belenísticos va el asunto bien. Estoy contentita con el resultado :-)  Espero que os guste, a pesar de los fallos y pese a mis escasas dotes fotográficas (perdón, Caraguevo, no supe hacerlo mejor; y mira que lo intenté...)

Por supuesto, aprovecho la entrada para felicitar (a todo el que pase por aquí, pero especialmente a mis queridos amigos finisterraenses) la Navidad. Espero que tengáis una feliz noche.  Un fuerte abrazo a todos.

¡Feliz Navidad, amigos!


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*Si presionas sobre una de las fotos, se te abrirá Picasa, que es donde las tengo alojadas, y ahí, en el margen superior izquierdo, tienes la posibilidad de verlo como presentación de diapositiva a pantalla completa.

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Añadido posterior:



Conejo ladrón ;-)

jueves, 22 de diciembre de 2011

Compras de Navidad

Compras de Navidad

Salí a hacer unas compras de Navidad (regalos para otros, quiero decir) y acabé volviendo a casa con...


















Y, para más inri, me llamaron de la librería diciéndome que ya había llegado el libro encargado...



Si es que no se puede salir a hacer compras navideñas. Claro que... ¿imagináis cómo habría acabado el asunto de haber salido a hacer compras propias?

martes, 20 de diciembre de 2011

A los amigos de Finis Terrae

A los amigos de Finis Terrae

Hay que ver, amigos, hasta qué punto cambian las cosas en sólo un instante. Una llamada telefónica y lo que fue ya no es y nunca más será igual. Otra cosa, tal vez; pero igual..., no.

Ha muerto la última de las tías que me quedaban y la más querida de todas, porque ha compartido con nosotros (y nosotros con ella) vida, casa, felicidad y tristezas. Si fuera posible tener dos madres, ese papel sería el suyo, sin duda.

Pero la vida sigue (típica frase que se dice en estos casos y que, verdaderamente, es real de principio a fin) y, por ello, tras volver de este largo y triste fin de semana, me encuentro con que debo seguir atendiendo mis quehaceres diarios: comunicar los resultados de las recuperaciones a los padres, elaborar el programa del Festival de Navidad, avanzar el temario, planchar la colada que dejé tendida el sábado cuando la vida tropezó, apartar el microondas del lugar que ocupa para que mañana el técnico de la caldera pueda arreglármela sin estorbos, acudir al médico en busca de unas recetas, seguir beleneando, leyendo...

Seguramente ya no superaré las 35.216 páginas que leí el año pasado. Se acaba el año y, si ya iba apurada antes del fin de semana, con estos 3 días de lectura perdidos, la cosa se pone muy difícil. ¿Pero acaso importa? No. Nada en absoluto.

Tampoco cumpliré los plazos que tenía previstos para mostraros mi belén, cuyas fotos ya debería haber publicado. ¿Pero cómo hacerlo, si las fotos todavía no están tomadas? O, al menos, no todas ellas (y no sabe Caraguevo lo mucho que me ha costado tener las pocas que de momento han sido elegidas: cientos de fotos malhechas y sólo unas pocas salvables). Pero, en fin, que me enrollo: muchas de las fotos que tenía en mente hacer no están tomadas porque restaban algunos detalles por terminar que quedaron interrumpidos y que todavía continúan aguardando. Esto quizá tampoco importe, pero sí me fastidia un poco más que la estúpida cuestión de las páginas, porque después de haberos dado tanta lata con el beleneo, parece que ahora no quiero mostraros el resultado final. Pero acaso tampoco eso importa (a vosotros, quiero decir).

Y, luego, está lo del blog: sentía el anhelo de acabar el año con 500 entradas publicadas y ahora tendré que atosigar a los poquísimos lectores (parezco el de Prada, leñe) que tiene Finis con entradas publicadas como sardinas en lata si quiero alcanzar esa cifra del medio millar.

En fin, que todo esto que os cuento es una chorrada, pero iba ya siendo hora de venir por esta casa a dar señales de vida, y de algo tenía que escribir. Como nada hay en mi cabeza, más que caos, pues acabo de endosaros el rollo que precede a este párrafo. Qué mal os trato, amigos... Ay...

Mañana más (y seguramente, espero, mejor que hoy).

Un saludo a todos.

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Añadido posterior: algunas foticos del belén.








jueves, 15 de diciembre de 2011

Literatura juvenil I

Literatura juvenil I

Me pide un buen amigo de este blog que le vaya haciendo saber los títulos de novela juvenil que me veo obligada a leer (en ocasiones a sufrir) a cuenta de mi profesión. Así, (y dando con ello debida respuesta a mi promesa), publico hoy la primera entrega dedicada a la literatura juvenil con unos cuantos títulos, brevemente reseñados, y el anuncio de otros que ya vendrán por aquí. Se quedan sin mencionar (ni como reseña ni como anuncio) otras lecturas que también asomarán la naricita por estas páginas, pero creo yo que para hoy vamos bien servidos. Espero que disfrutes la entrada, amigo adolescente... ;-)


La sonrisa perdida de Paolo Malatesta
Ana Alcolea
Editorial Oxford

Carolina es una chica española que viaja a Zúrich para pasar unas vacaciones tras la separación de sus padres. Allí, conoce a Valentín, un joven remero que lanza al lago la medalla que acaba de ganar en una competición a la que ha asistido Carolina. Ella lo convence para que la recupere y, durante la inmersión en las aguas del lago, encuentran una misteriosa cabeza de bronce. Los dos jóvenes comienzan una investigación que los llevará a varios rincones de la ciudad, a los Alpes y al pasado de alguien muy cercano.

La editorial Oxford me envió este libro el curso pasado por ver si me interesaba para mis alumnos. Lo leí hace ya unos meses y no me desagradó (por favor, entiéndaseme: no me desagradó para el lector adolescente cuya competencia lectora no es muy allá y que, por ello, se acerca a la lectura con desgana y la nariz tapada). Si tuviera hijos adolescentes, seguramente serían buenos lectores (aunque me fuera la vida en ello, lo serían) y probablemente este libro no estaría en su biblioteca, pero..., en fin. De todas formas no puedo dar aquí la opinión de adolescente alguno (buen o malo lector) porque aún no he sometido la novela al juicio de mis alumnos. 

Puede encontrarse un Cuaderno de desarrollo lector aquí.


Donde aprenden a volar las gaviotas
Ana Alcolea
Editorial Anaya

Arturo pasa sus vacaciones de verano en Noruega con su amigo Erik. La casa en la que viven se asienta sobre los cimientos de un campo de concentración nazi de la Segunda Guerra Mundial. Un día, mientras cavan un hoyo en el jardín para plantar un árbol, encuentran una caja de metal, cerrada a cal y canto. La investigación para conocer su contenido llevará a los jóvenes a una lejana cabaña en medio de las montañas, a una vieja casa de pescadores en la fría y agreste costa norte de Noruega y al pasado misterioso de la enigmática abuela de Erik.

Poco después de recibir la novela brevemente reseñada ahí arriba, solicité un ejemplar de esta otra a la editorial Anaya. El comercial me la envió amablemente y yo, afanosa profesora, siempre laborando en pro de sus alumnos, me la leí de cabo a rabo. Es una copia de la anterior: distintos personajes, pero de caracterización muy similar; diferentes escenarios, pero parecidos en su fondo. Parece que la autora le ha cogido el tranquillo a una trama y la explota en todas sus variedades. Me gustó menos que el anterior pero, por razones que no me entretengo en explicar aquí, este título sí que se lo he mandado leer a mis alumnos (de hecho es la lectura para esta evaluación) y de momento los rumores que me van llegando por ahí es que les está gustando. ¡Adolescentes! ;-)

Puede encontrarse una ficha de lectura aquí.


El bosque de los árboles muertos
Ana Alcolea
Anaya

Beatriz va a pasar sus vacaciones veraniegas en un antiguo castillo en Escocia, algo que no le agrada demasiado. Preferiría quedarse con sus amigos en la piscina o en la playa, pero su suspenso en Inglés ha hecho que su madre recurra a una antigua amiga para que la acoja durante el verano y así Beatriz pueda practicar el idioma. Lo que parece un aburrido verano en una isla medio deshabitada se transformará en una aventura llena de misterios porque a veces los fantasmas del pasado regresan para poner orden en el mundo de los vivos.

Sí, un nuevo título de Ana Alcolea, ¿qué le voy a hacer? Debe de ser la estrella de la actual literatura juvenil ;-) Este título también lo pedí a Anaya para echarle un vistazo. Me lo mandó el curso pasado, pero lo acabo de leer hace unos días. Quizá es el que más me ha gustado... Al menos hay un castillo escocés, fantasmas..., sí, sí, fantasmas... y una subtrama (que acaba agarrándose a la trama principal por arte y gracia de la imaginación de la autora) que hace referencia a..., sí, amigos, a la Guerra Civil española, las Brigadas Internacionales... e incluso a George Orwell. De todas ellas, creo que esta novela es la que está mejor construida (sin ser tampoco, por ello, un ejemplo digno de estudio), con unos personajes mejor construidos (aunque aún podría hacerse mejor) y con una trama... fantasmal ;-)

Y esto es todo por hoy, amigos del blog y querido amigo adolescente. De momento, entretiene mis horas de lectura para niños un título que, en principio, echa para atrás: Los okupantes [ay, mis prejuicios... ;-)], de Emilio Calderón


y que, sin embargo, es, con mucho, la mejor de las que he traído hoy por aquí: la redacción es infinitamente más elaborada y la trama, de momento, interesante y... terrorífica. Uf, mejor no sigo hablando de ella, que se acerca la hora de irme a dormir y empieza  a darme miedo ;-) y, además, cuando la acabe ya la comentaré.

Y, por otra parte, para estas vacaciones me esperan: 

El códice Astaroth
Daniel Hernández Chambers
Planeta

Si está bien, será la que mande leer a 3º ESO para la tercera evaluación. Ya contaré cuando lo lea, 








El curso que me enamoré de ti
Blanca Álvarez
Planeta (creo)

Éste es el título que han mandado mis compañeros de 2º ESO para este curso en la segunda evaluación. No lo he leído, pero me toca hacerlo esta Navidad y preparar el examen que luego les pasaremos a los alumnos. No sé de qué va (de hecho todavía no me ha llegado el ejemplar), pero no me da muy buena espina... Aunque si es de amor, a mis alumnas les encantará.




Y, por último, también me voy a dar a la lectura de:

Por el camino de Ulectra
Martín Casariego Córdoba
Anaya

Pedí un ejemplar de este título a la editorial porque quería probar con la ciencia ficción (que de todo hay que ofrecer a los alumnos), pero, cuando me llegó, vi que era de pasta dura y su precio mayor que el precio que solemos ponernos como tope, de modo que probablemente nunca lo mandaré como lectura a mis alumnos, pero yo sí que me lo voy a leer :-)




Seguiremos informando.

martes, 13 de diciembre de 2011

El barón de Ballantrae R. L. Stevenson

El barón de Ballantrae, R. L. Stevenson 

Uno de los títulos con que me hice cuando descubrí la extraña librería Opar, y que mencioné brevemente en su momento, fue precisamente éste: El barón de Ballantrae. Lo primero que me llamó poderosamente la atención fue la portada (el marketing también juega su baza, y un diseño llamativo te lleva el producto directamente hasta el cerebro), que me recordaba a viejos libros de la biblioteca materna leídos en la adolescencia. La reseña de la contraportada también jugó su parte, pero, sobre todo, el hecho que inclinó definitivamente la balanza y me impulsó a comprar el libro fue darme cuenta, repentinamente, de que no había leído absolutamente nada de Stevenson desde mi más tierna juventud. ¿Dónde estaban aquellas lecturas como La isla del tesoro, La flecha negra, El extraño caso de Dr. Jekyll y Mr Hyde o las Aventuras de un cadáver? Desde luego, enterradas en lo más profundo de la memoria. Era, pues, tiempo de recuperar el sabor de aquellos viejos tiempos con un nuevo título de este autor escocés, además de (eso lo noté luego, durante la lectura) volver a las fuentes primigenias en las que se fue educando el gusto literario (tan maltratado últimamente -culpa mía, sin duda- por lecturas tan deficientes en el fondo como en la forma).

Entusiasmado al terminar la tercera relectura de El barco fantasma, del capitán Frederick Marryat, -podemos leer en la contraportada- Stevenson se propuso “escribir un cuento, una historia que abarque muchos años y muchos países […] una historia que siga las grandes líneas del libro que había estado leyendo…”.

Sirviéndose de la rivalidad entre los dos hermanos de una noble familia escocesa, Stevenson plantea en El barón de Ballantrae la imposible lucha entre el hermano vivo (esencialmente bueno) y la sombra heroica del primogénito desaparecido (un ser que ha perdido toda noción de la moral y que actúa más allá de todo escrúpulo).

“Pese a que la idea de un hombre que vuelve a la vida -dice Stevenson- queda totalmente fuera del ámbito de la aceptación general, […] encajó de inmediato en mi proyecto… Tenía que crear una especie de genio malvado para sus amigos y para su familia, someterle a varias desapariciones y hacer de su reaparición final desde el foso de la muerte, en el bosque helado americano, la última y más desalentadora de la serie”.

El resultado es una apasionante novela de misterio y aventuras que se desarrolla en Escocia, la India y Norteamérica, en escenarios marinos y continentales, en ambientes tanto de salvajismo como de civilización, y que a la postre, gracias al magisterio de Stevenson, resulta emparentada con la gran tradición gótica.

Disfruté mucho esta novela, más que por la historia -lo reconozco- por la forma en que está escrita. Fue como volver a los viejos tiempos… Hay que recuperar a esos grandes escritores perdidos entre la pila de novedades, convenientemente jaleadas por las campañas de mercadotecnia, que tantas veces encierran textos infumables.

lunes, 12 de diciembre de 2011

¡Feliz cumpleaños!

¡Feliz cumpleaños!...

..., señor ¿Yahoradóndelospongo? Espero que pases un buen día y que te regalen muchos libros, de manera que proliferen las anotaciones con que hoy te nombro.

Un abrazo gordo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Tintin y la censura I

Tintin y la censura I

Hace algunas semanas, apareció la noticia de que un congoleño (creo que era congoleño) iba a llevar a los Tribunales (o si no era exactamente esto, algo parecido) a, supongo que la editorial que publica los tebeos de Tintin, por la forma en que Hergé hacía aparecer a El Congo en su cómic Tintin en el Congo. Coincidió la noticia con mi lectura de una entretenida obra sobre, precisamente, los tebeos de este personaje (Tintin y el mundo de Hergé) que tengo desde hace tiempo y alguna vez había hojeado sin profundizar nunca en su lectura.

Este congoleño, sin embargo, llega un poco tarde en lo que parece la tendencia de los tiempos actuales: actuar según dicta lo políticamente adecuado, porque ya Hergé, en la versión en color de 1946, suprimió algunos rasgos caricaturescamente colonialistas:

Tintin en el Congo

Es además interesante, tal y como leemos en Tintin y el mundo de Hergé, observar cómo el mismo Hergé juzga con gran severidad su trabajo en esa época: "Tanto par el Congo como para Tintin en el país de los soviets, yo estaba atiborrado de los prejuicios del medio burgués en el que vivía... Era en 1930. Yo no sabía nada de aquel país más que lo que la gente, en aquella época, contaba: los negros son unos niños grandes... ¡Tienen suerte de que estemos allí!, etc. Y dibujé a esos africanos según estos criterios, imbuidos del más puro espíritu paternalista que era el que se vivía en la época en Bélgica"

La cuestión del "hombre negro" no sólo aparece en este tebeo, que se desarrolla en una antigua colonia belga. Lo vemos también más adelante cuando, en El cangrejo de las pinzas de oro, Hergé se vio obligado a realizar algunas modificacion exigidas por la censura que impusieron los editores americanos:

El cangrejo de las pinzas de oro

Y más adelante, aún, continuó la polémica en Stock de coke, álbum por el cual se acusó agriamente a Hergé de racismo. Estos ataques, leemos en nuestro libro, eran en su mayoría extramadamente injustos, sobre todo teniendo en cuenta que este álbum se había puesto como meta el denunciar la supervivencia de la esclavitud. Sin embargo, Hergé sintió la necesidad de autocriticarse en más de un aspecto y para la reedición del álbum en 1967 reescribió el texto de los diálogos que Haddock mantenía con los negros encerrados en las bodegas:

Stock de coke

En la primera versión, los personajes chapurreaban el francés, al igual que en Tintin en el Congo. Lo que por ejemplo, daba:
-Hablar tú bien, ziñó. ¡Malo árabe muy malo! ¡Pobres negros no querer ser esclavos! ¿Pobres negros querer ir a la Meca!
-De acuerdo, lo sé. Pero os repito que si vais, os harán esclavos. ¿Es eso lo que queréis?+-Nosotros no esclavos, ziñó. Buenos nosotros musulmanes. Querer nosotros ir a la Meca.

En la nueva versión, Hergé los hace expresarse como en las novelas traducidas del americano, simplemente suprimiendo ciertas letras, lo que para el mismo pasaje daba:
-Tú hablar bien, s'ñor. Es muy malo este árabe. No queremos ser esclavos, nosotros simplemente queremos ir a la Meca [...]

Lo más divertido de todo es que las palabras del capitán no se han modificado, por lo que es el único que continúa chapurreando.

Respondiendo a este mismo espíritu, aunque de un modo diferente, Hergé transformó igualmente la carta que el emir Ben Kalish Ezab hace entregar a Tintin confiándole a su hijo. He aquí cómo se expresaba su alteza en la primera versión del mensaje: "Gran amigo y muy querido: Confío usted mi hijo Abdallah para su lenguaje francés perfeccionar. Aquí muchos acontecimientos pasar. Si desgracia caer en mí, yo confiar en vuestra amisticidad para Abdallah cuidar".

Al reeditar el álbum, Hergé hizo expresarse al emir en un estilo maravillosamente florido, seguramente más acorde con su personalidad: "Ésta es para decirte, ¡oh, amigo muy apreciado!, que te confío a Abdallah, mi hijo bien amado. Pues aquí hay muchos acontecimientos. Si la desgracia cayera sobre mí como el halcón sobre la inocente gacela (pues el mundo está hecho de vida y de muerte), estoy seguro de que Abdalla encontraría en tu casa afecto, asilo y reposo. Y tú harías así, ante Alá, una acción perfumada..."


martes, 6 de diciembre de 2011

Beleneando 2011 IV

Beleneando 2011  IV

Buenos días, amigos, en este día festivo constitucional en el que yo continúo beleneando. Y he aquí algunos de mis avances...

Ahora estoy trabajando en una chumbera. Se ve todavía muy poco, casi que hay que imaginarla, pero espero que al final, cuando la pinte, la forma se parezca bastante a la chumbera real.


También continúo trabajando en mi pozo shaduf. La parte a modo de palanca que se utiliza para sacar el agua está en proceso, pero poco adelantado, de modo que no la muestro, pero sí que os enseño el brocal. Aún le falta algún toque de pintura y la base (veremos cómo me queda el fondo en el que quiero simular el agua, glup), pero ya se ve bastante bien cómo quedará.





Lo que sí he terminado es una de mis tomateras*:




Y también, atención, atención, porque estoy muy contentita con el resultado (aunque sé que se puede mejorar, pero para ser mi primer intento no está nada mal y, además, ya he aprendido dónde están las dificultades, así que seguro que la próxima me sale mejor), atención, decía, porque ya he terminado... ¡¡¡mi palmera!!! Bueno, en realidad no está terminada del todo, pero casi: sólo le faltan los dátiles, pero eso está chupao. ¿Os gusta?





Ahora aguarda a que le encuentre sitio en el belén, que ya he empezado a montar (aunque ahora estoy sólo en los primeros pasos) y, aunque un poco rodeada de reflejos (recuérdense mis escasas dotes fotográficas), ya se la ve feliz junto al gentío... ;-)



Y, finalmente, una fotito de los primeros pasos del montaje. Este diorama corresponde al de los pastores que pastorean en el campo (faltan aún detalles, claro), pero parece que los hemos pillado a punto de almorzar..., 





Pues, esto es todo por hoy en cuanto al beleneo. Me voy ahora a trabajar un poquito más. Luego me pasaré por vuestras casas a ver qué hay de nuevo. 


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*Ya, ya lo sé..., Posodo..., aún habría que esperar unos añitos antes de poder catar un tomate, pero, ya sabes, yo no soy purista ;-)

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Añadido posterior: dice Caraguevo que tunee la tomatera y simule que está construida con cañas... Lo intentaría, pero es que gasté toda mi reserva cañística en hacer una valla.


Así vista..., parece un poco churri, ¿no? En realidad es bastante churri, pero puesta en su sitio (y sin dedos que la sujeten), la cosa gana mucho...







¿A que está chulo?  ;-)

NOTA: Caraguevo, las fotos se hicieron lo mejor que se supo... Y costó, eh..., costó.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Libre albedrío (en respuesta)

Libre albedrío (en respuesta)

Sí, desde luego, está escrito: nuestro destino es ser libres. Así habla Posodo en su anotación (a la cual dirige el enlace) en referencia a la libertad del hombre en lo que a elegir su camino respecta. Es un interesante texto que recomiendo aunque, por supuesto, comprendo que quizá sea un tema que no ofrece demasiado atractivo en un mundo como el de hoy. A mí, sin embargo, me seduce grandemente, y lo hace siempre, aunque confieso que en esta ocasión más, si cabe, porque fui testigo directo del provechoso coloquio acerca de la predestinación que tuvo lugar en la ya lejana tarde toledana que Posodo refiere en su anotación. 

Lo que él opina al respecto, en sus labios lo dejo, que muy bien lo dijo entonces y muy bien lo reproduce en su bitácora. Lo que yo opino, empero, lo apunté, creo, entonces, y lo explico ahora

Yo no creo en un dios que se entretuvo en crear un maravilloso universo para que su más querida criatura caminara por él sobre un único raíl en el que jamás se hallaran desvíos, atajos, revueltas, rodeos, vargas y hondonadas, gargantas, ríos, praderas y mares, de forma que fuera el transitar del hombre variado y pudiera éste elegir a su gusto allá por donde más le apeteciera ir. ¡No, qué va! La creación de Dios no es de un solo carril. De otra forma, ¡qué universo tan aburrido! ¿Para qué molestarse en crearlo, si ya estaría todo dicho? 

Yo creo a ciegas en el libre albedrío del hombre y abomino de la predestinación, lo cual no impide, sin embargo (y según se inclina mi parecer), que Dios pueda actuar (y, de hecho, lo haga) en nuestras vidas si es por bien nuestro y así lo deseamos (que esto también lo gobierna nuestra libertad). Dios vive en un eterno presente. Para Él no hay pasado, ni futuro. Lo ve todo, pasado, presente y futuro, en un mismo instante, de forma que nada se le oculta. Sabe muy bien que ese desvío que tomamos no es el que nos conviene y puede, si hemos decidido ponernos en Sus manos, indicarnos cuál otro debemos tomar. Que lo hagamos o no, es cosa nuestra porque, al fin, y como también yo creo: está escrito: nuestro destino es ser libres.

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Quizá no lo recuerdo bien, pero creo que no cambié de tema cuando Posodo expuso su idea, ni tampoco le cambié la bebida. Sé con certeza que algo dije, aunque no puedo evocar aquel momento sino como un cierto balbuceo por mi parte que no supo expresar las torpes ideas que alberga mi cabeza; ni por asomo la mitad de bien pensadas, relatadas y argumentadas que las que él expuso. En cualquier caso, valga este breve texto para colocar mi parte en aquel coloquio y comentar su anotación, algo que no hice en sus Platos porque pensé, como bien se puede comprobar hoy, glosar en mi Finis.

Vale.

jueves, 1 de diciembre de 2011

I'm not scared, Pet Shop Boys

I'm not scared

Cuántas, cuántas tardes en mi cuarto escuchando canciones de los Pet Shop Boys. ¡Qué tiempos aquellos de mi juventud!





Y la versión de Eighth Wonder, con Patsy Kensit, para aquellos a quienes les gustan las niñas monas...



domingo, 27 de noviembre de 2011

Beleneando... y un pavo para Posodo

Beleneando... y un pavo para Posodo

Me levanté bastante temprano esta mañana y anduve tarreando por la casa hasta que a las 10 salí a comprar el periódico. El sol engañaba y me sorprendió el frío que hacía. Llevaba el cuerpo bien abrigado, pero esta mañana ha sido la primera vez del otoño en que, tras diez pasos en la calle, ya llevaba la nariz, las orejas y la frente congeladas. Habrá que sacar el gorro.

Mientras me encaminaba hacia el kiosco, fui pensando... Sobre nada premeditado, en realidad. La mente funcionaba con el piloto automático puesto y yo le dejaba libertad para fluir como mejor le pareciera. Salvo cuando lo hacemos consciente, en realidad, el pensamiento siempre va por libre y hasta durante un simple paseíllo en busca del periódico va a lo suyo, dejando caer ideas en el cerebro, algunas de las cuales hubieran muy bien venido a visitar el blog si hubiera estado en mi intención dejarles el paso franco, algo que, sin embargo, en esta ocasión no voy a hacer. 

Y ¿por qué?, quizá haya quien se pregunte. Pues por la misma razón que  no va a venir a este blog de visita ninguna de las ideas que me sugirió la lectura del periódico, aburrida y casi de inmediato abandonada, visto lo que este planeta se empeña en ofrecer al lector.

De modo que, y pese a que sospecho que estos beleneos no son de gran interés para el personal, voy a permitirme la licencia de aburrir un poco a los amigos de Finis Terrae y hacer una nueva incursión en mis avances belenísticos. He aquí, pues, la nueva colección belenera, otoño 2011:

Un vistacillo rápido al gallinero, al que aún le falta la rampa de subida para las sufridas gallinitas, pero que ya da una idea de cómo va a quedar:


Además de la rampa, falta el atrezo, claro, pero ése tendrá que esperar al montaje del belén: la paja está recogida durante mis paseos campestres, el platito para el grano ya está hecho, los huevos están en proceso  y la cestita para recogerlos... tendré que hacerla, porque las que ya tengo son demasiado grandes. En cualquier caso, lo que no falta (¿cómo podría hacerlo en el gallinero de Finis Terrae después del comentario del gran Posodo?) es un pavo. El pavo de Posodo. Quiero decir, el pavo ¡para, para, para! Posodo.

El pavo ¡para! Posodo

Otra fotico del gallinero:



Luego está lo de la palmera, que mencioné el otro día. Todavía no está montada porque aún debo hacer algunas hojas más (me parece que tengo 17 y necesito unas 25) y, sobre todo, lo que me está rompiendo la cabeza: la base, aunque creo que ya he dado con una idea que me satisface. En cualquier caso, lo que sí os puedo mostrar es cómo van las partes que ya tengo hechas:



También voy a poner una foto de mi última creación porque estoy muy contentita con cómo va quedando. Y es que andaba yo anoche pensando en un pozo para el huerto... Un pozo especial, del tipo que llaman shaduf, que había visto en algunos belenes y me gustaba. Pero, como estoy liada con otras cosas pensé que quizá podría ponerme a construir uno durante las vacaciones navideñas. Sin embargo..., ¡ay, esta impaciencia mía!, esta mañana me dije: ¿y por qué no ahora? Eso, por qué no... Y a ello me puse. Éste es el resultado por el momento:






Aunque en las fotos no se puede apreciar, la fila superior de piedras ya está bastante trabajada. Falta todo el interior y la fila inferior. De momento me gusta cómo va quedando. Veremos qué tal cuando comience a pintarlo, porque los pinceles nunca se me han dado bien. O al menos eso he creído siempre. Vaya usted a saber si no me sorprendo...

Y, por último, amigos (ya casi he terminado de daros la tabarra), mi pequeña última creación: un racimo de uvas... Pero en esta ocasión no lo traigo hasta aquí para mostrarlo, sino para pedir opinión: ¿da el pego o no? No estoy muy segura. Unas veces me parece que sí, y otras que no. ¿Vosotros qué opináis? Debería ponerle más uvas por arriba y menos por abajo?



Sí, sí..., ya sé que con esta foto es difícil hacerse una idea, pero he hecho varias y ésta es la que mejor ha salido. Está claro que Dios no me llamó por los caminos de la fotografía (esa habilidad se la llevó mi quinto hermano).

En fin..., esto es todo por hoy, amigos.

Belén 2013

Belén 2011