miércoles, 27 de enero de 2010

Absurdos mecánicos

Absurdos mecánicos

¡Bum! El golpe resonó atemorizador.
–Esta vez no me vas a tomar el pelo –un nuevo trancazo sonó seco.
El hombre se detuvo, tomó aire y volvió a la carga. Uno, dos, tres…, los porrazos se sucedieron sin tregua y la respiración del brutal golpeador se agitó por el esfuerzo.
–¡Vamos! –exclamó entre jadeos–. Vamos, maldita sea, suéltalo ya.
Apoyó una mano sobre la pared y alzó la cabeza mientras se esforzaba por llevar aire hasta sus pulmones.
–O tú, o yo –se oyó que decía–. Esta vez no hay más opción. Dio unos pasos atrás y tomó impulso. Con una breve carrera se abalanzó con el hombro por delante y propinó el golpe definitivo. El hombre cayó derribado por el peso enorme que se le vino encima. Antes de morir aún pudo escuchar el fruto de sus anhelos.
–Su tabaco, gracias.

6 comentarios:

Carlos dijo...

Ja, ja, qué bueno. A ver si aprenden de que el tabaco mata....

Guido Finzi dijo...

Eso pasa por entregarse a los vicios. Yo, mucho más moderado, me conformo con tener manías.

Un saludo.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Jajajaj, que bueno S. Este relato me recuerda a otro donde un tipo se tira de una terraza y mata a un transeunte. Era tuyo.

S. Cid dijo...

Carlos: De una forma u otra..., pero mata ;-)

Guido: Jajaja, siempre tan agudo... Jajaja

Bate: Sí..., relatos absurdos (lo llevan en el título), ergo... míos ;-)

Saludos amigos, celebro que os haya gustado.

S. Cid

Sue dijo...

jajajaj! muy bueno. La próxima vez mejor un estanco (¿quedan estancos, verdad?)

S. Cid dijo...

Sue: :-)Sí, sí quedan, pero... te imaginas que lo que se le cayera encima fuera un estanco ;-). Claro que, visto el desenlace final..., ¿qué más da lo que se le caiga encima?

Belén 2013

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