La primera vez que tuve un libro de este autor entre mis manos me entusiasmó. Se trataba, naturalmente, de Caballo de Troya, una novela de espionaje, aventuras y ciencia ficción que me causó fervorosa admiración y que, lo confieso, provocó abundante llanto en la parte en la que explica con minucioso detalle las reacciones que tiene el cuerpo humano cuando se ve sometido a un sufrimiento tan colosal como hubo de soportar Jesucristo. Luego, con el paso del tiempo, otros títulos suyos, tales como El misterio de la Virgen de Guadalupe, o La rebelión de Lucifer fueron dilatando el acervo de mis lecturas, aunque corrieron, en lo que respecta a mi gusto, bastante peor suerte que el primero.
En el año 2000, una colección que reunía las obras de este autor fue anunciada en televisión. La primera, naturalmente, era Caballo de Troya, que yo había leído de la biblioteca de mi madre pero que no tenía en la mía propia, de modo que la adquirí. La segunda entrega constaba de dos libros: La punta del iceberg y éste del que hoy hablamos aquí, Los astronautas de Yavé, que se vendían como oferta y con los que también me hice. Supongo que ambos han contemplado con desesperación cómo, a lo largo de los años, iban pasando por mis manos otros títulos adquiridos con posterioridad y que, sin embargo, los adelantaban en la fila. Por fin, hace algunas semanas, tomé el del título sugerente que da vida a este comentario y lo leí.
En resumen, y para no alargar el articulito, Los astronautas de Yavé viene a proponer la estrafalaria idea de que fueron unos extraterrestres los que, merced a una tecnología asombrosamente avanzada, se ocuparon de hacerle a Yavé los servicios que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento narran en sus páginas.
El libro daría para mucha mofa, si tuviera ánimo, tiempo y ganas de hacer escarnio, pero puesto que tal día como hoy se eleva mi alma al infinito y me inunda la bondad, señalaré, simplemente, que el autor debe ser admirado, al menos, por la desbordante imaginación de que hace gala. No acierto a imaginar qué tipo de pasmosas hipótesis me aguardan en La punta del iceberg, pero seguramente logrará esta doble J. dar nuevos bríos al estupor.
16 comentarios:
Hola S.Cid coincido contigo sobre la obra de este escritor "fantástico", hay que reconocer su vasta imaginación.
Para una hermana mía "Caballo de Troya 1" es su segunda Biblia. Confieso que también lloré, a mares, la parte que tú explicas sobre el sufrimiento que tuvo que soportar Jesucristo, y asombrada cuando describe con todo lujo de detalles a su Familia. "La Virgen era morena y sus ojos verdes".
Hasta ahí llegué. No he vuelto a leer ningún libro más de este escritor, todo lo que se refiera a extraterrestres me aburren soberanamente, en mi adolescencia ya me tragué una buena dosis. Me interesan más los terrestres, esos y esas que tú sabes, je,je.
Me quedo con las ganas de esa "mofa", ¿para otra entrada, si o no?.
Un beso
A ver si de tanto leer cosas de ciencia ficción te van a salir antenas....O peor todavía, y se te pone la piel verde.
Un saludo
PD: al final, va a resultar que hasta el profeta Samuel era una alienígena.
Bueno, yo creo que se trata simplemente de un caso extremo de externalización, ¿no?
¿Y dice qué tipo de contrato tenía Dios con esta gente? ¿Era llave en mano? ¿Y la forma de pago?
Pues si de todo esto, que tendría que estar debidamente documentado, entre otras cosas por las numerosas normas ISO, y especialmente la de calidad (9000) y medioambiental (14000), no figura en el libro, ¿en qué queda todo lo demás?
Un saludo.
Todas las palabras escritas que nos hacen llorar, son buenas. Tienen fondo. A este tipo lo encuadro yo -no se por qué resorte, quizás porque se parecen un huevo- con Sanchez Dragó. Caballo de Troya me lo bebí, y me acercó a la figura de Cristo, que eso es lo que cuenta, por lo menos para mi.
No debes hacer mofa con las cosas de los creyentes, J.J, es un creyente, más que un iluminado.
Saludos cordiales
Pasión: Tampoco es que yo sea una experta en este autor pero, de lo que he leído, sin duda me quedo con "Caballo de Troya". En cuanto a los terrestres y "terrestras" esos de los que hablas..., comprendo tu interés ;-). Por último, referente a lo de la mofa..., no sé si la habrá o no... Depende del aire que me dé ;-)
Guido: ¿Te imaginas que se me aflojan los tornillos en plan don Quijote, y me creo -o me transformo, vete tú a saber- en un ET? Jajajajaja, es lo que me faltaba ;-)
Posodo: Saludos, Posodo. Feliz de verte por aquí. Si no aparece ni un documento..., va a ser que todo se hizo sin contrato y en situación irregular... Anda que...
Bate: Pues chico, yo de lo poco que he leído de Sánchez Dragó... no encuentro mucho parecido. Los dos son raros, raros, raros..., pero cada uno en su estilo.
Yo también me bebí "Caballo de Troya" y su descripción de la Pasión me llegó mucho más que ninguna de las narradas por los evangelistas. No quiero que nadie se asuste..., pero es así, qué le voy a hacer.
En cuanto a mofarme de los creyentes..., creo no haberlo hecho. Mi "amenaza", además, recorre otros caminos: no son sus creencias las que me mueven a hacer mofa, sino sus locas hipótesis.
Ahora bien, Bate, aunque en principio cualquier creencia debe contar con mi respeto, eso no implica que de ahí se saque una ley universal que diga: todas las creencias merecen respeto. Ahora que se lleva tanto la palabra "tolerancia", la voy a traer hasta aquí para aclarar lo que pienso al respecto: ¿tolerante?, sí con lo que merece mi tolerancia. Intolerancia total hacia todo aquello que merezca mi repulsa. Y veamos un ejemplo de ello: siempre haré mofa y befa y escarnio y burla ácida de las creencias que tienen algunos según las cuales, por ejemplo, si nos hacen explotar a nosotros (los infieles) detonando unas cuantas cargas de dinamita adosadas a su cuerpo, retozarán alegremente con las huríes aquella misma noche en el paraíso. Pos eso, que no me veo a Dios al mando de una flota estelar y hablándole a Moisés desde un platillo volante :-p ;-)
Saludos.
S. Cid
Sabes bien que no me refería a esos creyentes, y respecto a J.J, sus narraciones parten de los Evangelios, fuente natural de todas las hipòtesis históricas y paganas, o como queramos llamarla, es decir, sin Evangelios, no hay Caballo de Troya, ni cultura tal como la entendemos, eso es lo que hay. Partimos de donde partimos, creo que es sencillo de entender, otra cosa es renegar de la Tradición, que por cierto, es lo que se estila ahora en estos tiempos tan traicioneros. Repito por si alguien no lo ha entendido: Traicioneros!!!!
Yo, por cierto, no respeto todas las creencias.
Nunca respetaré el islamismo.
Un cordial saludo.
Bate: Ya, Bate, y partiendo de los Evangelios se puede escribir una gran novela como "Caballo de Troya", que es pura ficción (en realidad, ciencia ficción, puesto que el viaje en el tiempo de momento no es posible -y quizá nunca lo sea). Pero una cosa es eso: escribir ficción, y otra lanzar hipótesis estrafalarias sobre los hechos narrados en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Creo que el hecho de que me resulte imposible imaginar a Dios subido en una nave espacial no es faltar a la Tradición (aunque, por supuesto, es una posibilidad que bien podría haber entrado en los planes de Dios si ése hubiera sido su gusto, que no soy yo quién para decirle a Dios dónde debe subirse y dónde no).
Yo sabía que tú no te referías a esos creyentes... ;-) [sólo jugué un poco ;-)], y tú sabías (o deberías saberlo... :-p) que jamás haría mofa de las creencias de un tipo que, hipótesis locas aparte, son prácticamente igualitas, igualitas a las mías.
Saludos cordialísimos..., como siempre :-)
S. Cid
Saludos cordialísimos..., claro que si, como siempre, faltaría más :-)
Pero el viaje en el tiempo ya es posible...
Anónimo: Cuénteme eso, amigo Anónimo, cuéntemelo... Oiga, con esto de que es usted anónimo ahora no sé dónde puedo encontrarlo para insistirle en que me dé algunas pistas al respecto. Con lo que me interesa a mí este asunto. Caray, vuelva pronto por aquí y cuéntemelo, por favor ;-)
tantos puntos de vista y al final cada uno de ustedes tienen algo de cierto. solo agrego que Dios va mas allá de lo que podemos ver o percibir.
Ha tardado, pero al final ha respondido ;-)
Por cierto, S.Cid, ahora que vuelvo a leer el texto y los comentarios; me refería a la semejanza física entre JJ y Dragó, no a al parecido literario, claro.
Anónimo: Sí, yo también pienso así: Dios va más allá, mucho más allá de lo que nunca logremos llegar a imaginar. Ya se sabe que sus caminos... son inexcrutables :-)
Bate: No creo que sea el mismo Anónimo, Bate, y me da una rabia no haberme enterado de eso del viaje en el tiempo...
En cuanto a lo del parecido, ah, yo entendí que te referías al parecido en la forma de escribir, no en el físico. Así lo entiendo mejor. Y, sí, se dan un aire, es verdad...
Como es verdad , por descontado, todo lo que usted salpica con su vasta ignorancia . Atreverse a resumir los astronautas de yave en decir que dios viaja en nave espacial, que el libro en ningun momento insinua siquiera algo parecido... En fin...
PD: antes de hablar sin conocimiento, infórmase bien o mejor o tansikiera informese, respecto alos viajes en el tiempo, a escala cuántica , estan detectados, telemetrizados y bajo estudio.
Un abrazo
Anónimo:
1. "Atreverse a resumir los astronautas de yave en decir que dios viaja en nave espacial". Aprenda a comprender lo que lee.
2. "tansikiera", "yave", "dios", "ningun", "insinua", "infórmase", "alos". Aprenda a escribir.
Después podremos filosofar sobre la vastedad de la ignorancia.
Otro abrazo para usted.
Publicar un comentario