lunes, 19 de abril de 2010

Un millón de muertos

Un millón de muertos (José María Gironella)

Continuación de Los cipreses creen en Dios, Un millón de muertos es tan buena novela como aquélla. Abarca ésta, sin embargo, el periodo en el que transcurre la Guerra Civil y pasea por escenarios más diversos que los que nos ofrece la primera novela, necesarios, al fin, para dibujar con ellos un mejor retrato de lo que acaeció en esos años.

En esta serie de novelas, pensadas en un principio para conformar una trilogía, pero extendidas después más allá, Gironella persigue un objetivo que supera con mucho el de la simple narración de una historia. Él mismo, en la “Aclaración indispensable” con que abre la novela, lo dice cuando afirma: Mi propósito ha sido dar una visión panorámica, lo más cancelante* posible, de lo que fue y significó nuestra contienda. Ahora bien, la empresa parece resultarle al autor ciertamente dificultosa en cuanto al posible subjetivismo con el que tal intención pueda ser llevada a cabo. Y, así, vemos cómo Gironella se lo pregunta en esta misma “Aclaración indispensable”: ¿Cómo hacer compatible mi actitud previa, mi opinión, con la imparcialidad, con la deseada e indispensable imparcialidad? No necesita el lector buscar respuestas a esta pregunta, pues el propio autor se contesta tras lanzar ese interrogante: Valiéndome de la perspectiva en el tiempo y en el espacio, de la morosa confrontación de datos, y del amor. Y a fe que lo consigue.

Sin embargo, no es ésta razón única que mueve a Gironella a escribir tan magna obra. Algún otro motivo ronda las ochocientas páginas que la conforman, si bien el autor, franco desde el principio, no lo oculta al posible lector: Un millón de muertos pretende ser una respuesta ordenada y metódica a varias obras escritas fuera de España y que han tenido influencia decisiva sobre el concepto que los lectores de Europa y de América se han forjado de nuestra guerra. Tales obras son: L’Espoir, de Malraux; ¿Por quién doblan las campanas?, de Hemingway; Un testamento español, de Koestler; Les grands cimetières sour la lune, de Bernanos, y la trilogía de Arturo Barea, La Forja, La Ruta y La Llama. Dichas obras, aparte los valores literarios que puedan contener, no resisten un análisis profundo. Parcelan a capricho el drama de nuestra patria, rebosan de folklores y en el momento de enfrentarse resueltamente con el tema, con su magnitud, esconden el rabo. A menudo pecan de injustas, de arbitrarias y producen en el lector una notoria sensación de incomodidad.

No añado, pues, nada de mi cosecha. Ya todo lo ha dicho el autor, que incluso aclara el porqué del título: El título de la obra, Un millón de muertos, podría llamar a engaño. Porque la verdad es que las víctimas, los muertos efectivos, los cuerpos muertos, en los frentes y en la retaguardia, sumaron, aproximadamente, quinientos mil. He puesto un millón porque incluyo, entre los muertos, a los homicidas, a todos cuantos, poseídos del odio, mataron su piedad, mataron su propio espíritu.

Y yo, que apenas unas líneas más arriba pretendía no añadir nada nacido de la impresión propia, no puedo, sin embargo, resistir la necesidad imperiosa de aclarar que, cincuenta años después de que fuera escrita, me incluyo entre ese millón de muertos con que se titula la novela, porque, a pesar del medio siglo transcurrido, la lucha fratricida se sigue produciendo con el borrón desvergonzado de lo que no gusta y una suerte de sectarismo ciego que más daño procura que otra cosa.

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*La negrita es mía. Me he atrevido a señalar esta palabra por lo mucho que me ha llamado la atención su uso en esta declaración de intenciones que hace Gironella.

7 comentarios:

Guido Finzi dijo...

La actual utilización partidista y a la ligera de aquella tragedia me provoca repugnancia. Es un claro indicador de la perversidad y mediocridad en la que se está sumiendo el país. A más de uno se les debería caer la cara de vergüenza...si la tuvieran, claro.

Un saludo

S. Cid dijo...

Guido: Es que es repugnante y perverso. Sobre todo perverso. Y, no, no tienen vergüenza ni tampoco (y esto es muchísimo peor) miedo al gran daño que pueden causar con este juego, además de la situación peligrosa a la que se podría llegar.

Miguel Baquero dijo...

Noble empeño ése de intentar contemplar de forma objetiva la Guerra Civil... lamentablemente, de ese empeño ya no quedan ni las cenizas.

En estos días estoy leyendo "El daño oculto", donde se habla de la Alemania de 1945, apenas unos meses después de la Guerra Mundial, y del modo en que los alemanes, con una tragedia mayor, más destruidos y más enfrentados entre ellos, lucharon por desnazificarse de modo coherente, sin más revanchismos que los justos, abrumados pero no hundidos por la tragedia y con la vista puesta en seguir hacia adelante. El resultado es que efectivamente tiraron para adelante y hoy a ningún alemán sensato se le ocurre revisar "para restañar heridas" lo que ocurrió hace 50 años.

Sue dijo...

Leí algo de Gironella hace muchos años, puede ser que fuera "Los cipreses creen en Dios", aunque me suena más que fuera "Un millón de muertos"...no sé. Mi madre emigró de su pueblo natal a Madrid con dos maletas, una iba llena de ropa y otra de libros y entre ellos había un par de Gironella, pero ahora mismo no recuerdo cuál de ellos me leí...
Recuerdo, eso sí, que me atrajo el estilo literario del autor.

La verdad Cid es que es imposible seguirte, lees un montón! Me encanta pasar por aquí porque me entero de autores y libros que no conocía.

S. Cid dijo...

Miguel: Tiene buena pinta ese "El daño oculto", a lo mejor me lo apunto.

Y, sí, parece que los alemanes lograron desnazificarse (lo que no quita que todavía haya nazis en Alemania y en otras partes del mundo). Sin embargo, lo que ocurre en España, creo yo, es que a una cierta parte de los políticos les interesa que el franquismo no muera del todo, porque así le sacan rédito electoral. Digo "franquismo" y digo mal, porque lo que hacen es reavivar el fantasma del franquismo, ya que realmente franquismo no hay. Probablemente hay todavía algunos franquistas (como nazis en Alemania), lo que no significa que media España lo sea.

Aquí no se restaña nada y en vez de mirar hacia delante y arreglar los problemas que verdaderamente nos dificultan la vida (paro, educación...), algunos no hacen más que encender hogueras pasadas.

Sue: Tiene un buen estilo, sí. La verdad es que escribe muy bien. Yo he disfrutado mucho, no sólo con la historia, sino con la manera de escribir que tiene. En ese sentido, me pasa también con autores como Delibes.

Y, bueno..., la verdad es que leo todo lo que puedo [la tele ayuda, ;-)], pero no creas que esta novela la he leído en una semana (justo el tiempo que ha pasado desde que publiqué la 1ª parte). En realidad, la 1ª parte la leí a principios de diciembre y ésta segunda, en Navidad; lo que pasa es que los comentarios de libros se me van acumulando y tengo almacenados una buena pila de ellos, que voy publicando según me da: a veces muy seguidos, a veces con bastante tiempo entre uno y otro. En cualquier caso, me alegra que te sea útil y te pueda descubrir algunos autores :-)

Saludos, amigos.

S. Cid

Anónimo dijo...

En lo personal he leído las cuatro novelas de Gironella sobre el tema. Me parece una obra magnifica, aunque alguno lo tachen de fascista. Creo que su estilo es encomiable y los personajes se vuelven de carne y hueso. A mi me encantan Julio García, los maestros, el mismo Responsable y sobre todo Cesar. Aclaro que ni siquiera soy creyente pero Gironella bordó matices en cada uno, a veces eran buenos, otras malos, solo cesar fue igual hasta su muerte. Un saludo desde México donde por desgracia estamos en la situación de España en 1936. Al borde de una guerra civil.

S. Cid dijo...

Anonimo: Pues yo aún ando detrás de la cuarta parte, que no he podido conseguir. Claro que tampoco he puesto mucho ímpetu en encontrarla, teniendo, como tengo, la lista de libros pendientes tan larga como un día sin pan, que dice el refrán. Pero está en mente, lo está... ;-)

Opino exactamente como tú, en cuanto a los personajes y, sí, Julio García es una personaje increíblemente bien construido, como Ignacio, el protagonista.

Un saludo también para ti, desde Madrid, donde, aunque quizá un poco menos que en el resto de España, estamos soportando una crisis de caballo gracias al desgobierno socialista de ZP. Ánimos y ojalá no tengáis que pasar por esa guerra civil que auguras.

Saludos, amigo.

Belén 2013

Belén 2011