jueves, 24 de septiembre de 2009

Big Ben, Rodríguez Losada y el reloj de Sol

Big Ben, Rodríguez Losada y el reloj de Sol

En la entrada El ojo atento, decía que una de las bondades de escribir un blog es que el empeño en curiosear por ahí para encontrar temas que traer hasta aquí te estimula los sentidos de tal manera que acabas por fijarte en cosas que antes te hubieran pasado desapercibidas. A esa razón se une ahora la de la simple curiosidad intelectual, como es el caso que motiva este artículo.

Y es que, el otro día, en el blog de Posodo, Plato por plato, leí una entrada en la que se hacía una breve referencia al Big Ben. En los comentarios, reseñé una información que en algún momento de mi pasado llegó a mí por algún medio que he olvidado por completo (tal vez lo leí, quizá lo escuché) sobre que este famoso reloj y el de la Puerta del Sol eran réplicas exactas (en cuanto a su maquinaria). Picada en aquel momento mi curiosidad por la incapacidad para recordar la fuente de la que había obtenido la información que aportaba, he husmeado por la red en busca de ella y aunque no he podido hallar ninguna referencia que apoye mi afirmación, sí que he encontrado abundantes datos sobre el reloj más famoso del mundo y un relojero español, probablemente desconocido para la mayoría de los mortales, que me parece interesante compartir.

Big Ben. Todo el mundo lo conoce y muchos lo hemos visitado. Sin embargo, a veces pasamos por la vida llamando por su nombre a las cosas sin pararnos a pensar por qué se llaman así. En el caso del Big Ben, la historia es un tanto curiosa porque hubo de acontecer un incendio en el año 1834 que acabó con el Parlamento inglés para que cobrara vida este nombre, que procede de Benjamín Hall, quien se ocupó de la reconstrucción del edificio. Aunque todo el mundo llama Big Ben al reloj, el nombre, no obstante, hace referencia a la mayor de las campanas con que da las horas y que sonó por primera vez el 11 de julio de 1859.

Parece ser que un tal Edgard John Dent fue el relojero encargado de desarrollar la maquinaria del reloj. Sin embargo, la muerte le sorprendió en 1853, por lo que hubo de buscarse a otro relojero que acabara la obra. Es en este momento cuando entra en escena un nombre español, el de José Rodríguez Losada, oficial de caballería que, enfrentado a la represión emprendida por Fernando VII a la sazón, se había exiliado (gracias a un lance novelesco que no expondré aquí a fin de no alargarme en exceso) por sus ideas liberales. Tras dos años en Francia, se aposentó definitivamente en Londres donde abrió una tienda-taller en Regent Street, desde la que compitió en pericia y talento con el propio Dent, a quien sustituyó al frente de la construcción del Big Ben tras su fallecimiento.

La genialiad de Rodríguez Losada fue tal que la Marina española acudió a él, uno de los mayores expertos en relojes del mundo y el único de nombre español, con el fin de mejorar sus aparatos de navegación. Una de las primeras obras que aportó a la Marina fue el reloj astronómico, una pieza única en el mundo que tardó 8 años en construir y que hubo de sacar a escondidas de Inglaterra, pues la legislación inglesa “daba derecho prioritario a la Armada británica para la adquisición de cualquier instrumento científico o técnico que considerase de interés”, o que, simplemente, no quisiera que cayera en manos de otro país. Para poder sacarlo de extranjis decidió no presentarlo al control de funcionamiento del Observatorio de Greenwich. Sin embargo, la obra de Rodríguez Losada más famosa en España es, sin duda, el reloj de la Puerta del Sol, un regalo que hizo a la nación en 1855 y cuyas características lo hacen único en el mundo.

Llegados a este punto, falta por decir que la Puerta del Sol no alberga el único reloj de torre que Rodríguez Losada instaló en nuestro país. Hay algunos otros, como el del Ministerio de Fomento (ahora en un depósito municipal de Coslada), el del Colegio Naval de San Fernando en Cádiz, el del Ayuntamiento de Sevilla, el del Colegio de los Escolapios en Getafe (en el que tuve una entrevista hace años para un trabajó que no conseguí) y el de la catedral de Málaga, en la cual Rodríguez Losada instaló un escape de gravedad igual al que Dent había montado en el Big Ben. Única relación que he podido encontrar entre el reloj británico y uno español… que para colmo no es el de la Puerta del Sol, de modo que la información aportada en el blog de Posodo no ha podido ser contrastada. Y, sin embargo, prometo que en algún momento de mi pasado… yo lo oí, o leí…, o tal vez lo soñé.

11 comentarios:

José Manuel Guerrero C. dijo...

Mi padre arreglaba relojes, bueno, y hacía fotos para la BBC (bodas, bautizos y comuniones), y tenía un pequeño bar que atendía cuando llegaba del trabajo oficial. Con seis hijos, imagínate lo que tuvo que hacer el pobre hombre para sacar adelante a su grey.
Me gusta lo que has contado. Me gusta esas pequeñas historias cargadas de detalles.

* Se me acaban las pilas, hoy no doy más de mi.

Un saludo, s.

S. Cid dijo...

Pues en casa te ganamos en número de hermanos..., por poco, pero ganamos ;-), así que no tengo que esforzarme mucho en imaginar lo que tiene que hacer un padre para sacar a los polluelos p'alante porque lo he visto, lo he visto... :-). Eso sí, mi padre de arreglar relojes..., nada de nada, porque era más bien manazas :-).

En cuanto a lo de las pilas..., es que estamos a jueves, Bate, y se nota la semana. Anda, vete a dormir y repón fuerzas.

Saludos y felices sueños.

S. Cid

Miguel Baquero dijo...

Si es que, amigo, hasta los españoles hacemos relojes. Ahora en serio, alegra ver que no sólo hemos dado al mundo, en el campo de la técnica, la paella y la sangría.

José Manuel Guerrero C. dijo...

S, pásate por mi blog, a ver que te parece esta imagen.

S. Cid dijo...

Miguel: Bien es verdad que nuestra ciencia y avances técnico-científicos van muy por detrás de los demás, pero de vez en cuando tenemos a alguien por ahí que destaca. ¡Qué pena que suelan pasar tan desapercibidos.

Bate: Jajajajaja, Bate, qué buena. Me he reído como hacía mucho que no lo hacía (sobre todo por los comentarios: qué comentaristas tan imaginativos que tienes) :-) Quiero más cosas de éstas, que la vida está muy dura y viene bien echarse unas risas.

Saludos a ambos.

S. Cid

Guido Finzi dijo...

Me seducen mucho estas curiosidades y las personas cuyas vidas se desarrollan a modo de personajes. Como apunta Miguel, no todo se reduce a los tópicos ibéricos de siempre.

Un saludo.

S. Cid dijo...

A mí también me gustan, Guido, y además me lo paso bien descubriendo estas cositas. Me alegro que también vosotros las hayáis disfrutado.

Un saludo.

S. Cid

posodo dijo...

Ya sabemos por Segismundo que "los sueños, sueños son", pero también son vida, y esta anotación tuya en una demostración.
Gracias por matizar a Calderón, y lo siento por él.

S. Cid dijo...

Mira que es uno de mis autores idolatrados. ¡Cómo me gusta Calderón! Ahora ya menos, pero antes lo citaba mucho; aunque nunca me había atrevido a matizarlo... ¿Vendrá su espíritu a rondarme los sueños esta noche? Glup, glup, glup... ;-)

Saludos

posodo dijo...

No, mujer; en todo caso, te inspirará la fortaleza de Rosaura, por ejemplo.
Aprovecho para corregir un error tipográfico ('en' es en realidad 'es', y no es menos error que del contexto se deduzca sin problema).
Aprovecho para agradecer a su merced el haberme hecho gracia de mencionarme en esta anotación anunciada en su día.
Aprovecho para agradecerle y felicitarla por su trabajo de documentación y especialmente, su buena acción al ofrecérnosla a estos sus lectores.
Aprovecho para anunciar una futura anotación en relación con Calderón, Segismundo y resto de soñadores de la realidad, cuya redacción se me quedó en sueños hace siete meses.
Aprovecho para plantear la duda de si aprovecho para algo, o simplemente, me aprovecho.

S. Cid dijo...

Pues yo aprovecho para corregir desde aquí la tilde que no le coloqué al "está" (el primero, no el segundo)de mi comentario en su diario, que lo vi cuando ya le había dado al botón de enviar, por leer la mente más rápido que los ojos.

Aprovecho para agradecerle, signore, que con su artículito de marras prendiera en mí el interés por investigar, descubrir y aprender.

Aprovecho para indicar que no tiene usted nada que agradecer: su diario y usted mismo se merecen este humilde articulito y mucho más, y es un honor para este blog (voy a aprovechar para cambiarle la denominación y llamarlo "diario", como hace usted con el suyo, porque harta estoy de colocarle las cursivas a la palabrita foránea) ser pequeño botón de muestra de lo muy bien que se escribe por ahí (me refiero a usted, que tengo la retórica ya dormida a estas horas de la noche y paréceme que me estoy liando).

Aprovecho para urgirle en la elaboración de esa anotación de tintes calderonianos, pues ardo ya en deseos de devorarla.

Y aprovecho para aprovecharme de la duda que sobre su aprovechamiento plantea ahí arriba, porque hay que ver la miga que le saco a todo lo que trato con usted.

Ya va servido el signore... ;-) y yo también :-)

Saludos.

S. Cid

Belén 2013

Belén 2011