Sabueseando
Escupen los altavoces la música del CD que tengo puesto y, al escucharla, reconozco la canción. “Relight my fire”, dice…, y yo me desternillo al pensar que como no sean las candentes brasas en que se consume el tedio que me invade…, no llego a dar con ninguna otra cosa que se pueda reavivar en mi organismo.
Vaaaleeee, en realidad no estoy tan aburrida y el inicio del articulito de hoy no se debe a una oculta y vanidosa intención de mostrar al mundo lo muy bien que entiendo el inglés, sino a que era la canción que sonaba cuando me puse ante el ordenador y del tirón me salió el parrafito. Total…, aquí venimos a escribir, ¿no? ;-) Pues escribamos. Y eso es lo que he estado haciendo, de hecho, todas las tardes de esta última semana y media: darle a la tecla con gusto y frenesí.
Descubrí un blog en el que publican cuentos y relatitos que no tengan más de x palabras (hay varias posibilidades) y me picó la curiosidad. Quise experimentar qué era eso de relatar algo ciñéndome a una longitud determinada y, quizá empujada por una reseña biográfica sobre Agatha Christie y el comentario de una de sus novelas que he compuesto para otro blog, me puse a asesinar a diestro y siniestro, y de repente me descubrí como una hábil narradora de misterios… :-). Destino inexorable, se titula el primero de ellos; el segundo, “AAA AAA”, que es el título provisional que suelo ponerle a mis creaciones mientras les encuentro nombre y apellidos.
La cuestión es que me lo he pasado bomba haciendo de…, digamos, Hércules Poirot, que todavía no estoy dispuesta a ser Miss Marple… Claro que puestos a elegir entre la edad de ésta y el bigotito de aquél… Dejémoslo en sabuesa. Decía que me he divertido mucho sabueseando hasta que lograba cuadrar todos los detalles, ¡y eso en mil palabras! Tarea ardua, pero muy, muy entretenida.
Confieso, no obstante, que lo de reducir la historia a mil palabras me toca un poco las narices. En la primera de ellas tuve más éxito que en la segunda, donde la primera redacción de la historia que hice, con número de palabras ilimitado, fue mucho mejor que la que hubo de verse limitada.
Ya sea condicionada por su longitud o no, lo cierto es que esta experiencia narradora ha excitado en mí una afición que empieza a resultar preocupante: en las tediosas reuniones con las que me martirizan en el trabajo estos días, se abstrae mi mente por completo del mundanal ruido y mata el tiempo proyectando asesinatos… Tengo ya urdidos unos cuantos… Hummmm, jejeje…
9 comentarios:
Es curioso como los dos hemos escrito en las entradas de ayer, de sabuesos. Los tuyos, literarios, los mios, económicos. Tienes talento literario para escribir un millón de palabras.
Saludos.
Pues dales vida (o muerte) y déjanos sumerginos en su relato.
Yo también odio los límites de palabras, siempre te acabas pasando y tienes que condensar y quitar partes que consideras no sólo importantes, sino vitales en la historia...ains malditos límites de palabras xDDD.
Un saludo.
Bate: Respecto a los “sabuesos económicos”, ya he contestado en tu blog con largueza, demasiada, tal vez, y por ello no me extrañaría que, como en los cuentos de los que hablo ahí arriba, me pusieras límite de palabras. Merecido me lo tendría, por petarda. Así que no me repetiré aquí, no sea que vayas a echarme los perros, digo, a los sabuesos, encima… ;-). Muchos ánimos y con su pan se lo coman, Bate. Haz caso al refranero: a todo cerdo le llega su San Martín…, incluido a Botín. Bonito pareado que ha salido, sin apenas haberlo planeado ;-)
Muchos ánimos y gracias por el halago sobre mi talento… Procuraré no creerte, que la autocomplacencia es mala consejera ;-)
Deprisa: Sí…, malditos, malditos límites. Bueno, como prueba no está mal. Quizá siga jugando un tiempo a ello, pero acabaré por volver a mis métodos y contarlo como me dé la real gana, que para eso lo escribo yo. En cuanto a lo de dejar que os sumerjáis en los relatos…, pues sí. Los traeré por aquí un día de estos y prometo aguantar las críticas estoicamente. :-)
Saludos a ambos.
S. Cid
Yo, en alguna oportunidad, experimenté la curiosidad de ver qué salía al escribir breves historias donde tuvieran que aparecer, forzosamente, ciertas palabras elegidas al azar. En un papel escribía unas veinte, más o menos, y con ellas tenía que tejer un texto. Y la verdad, los resultados fueron más que interesantes.
Con lo de la canción, me trajiste a la memoria a un compañero de estudios que se pasaba el día cantando: "Notorious, Notorious...(una de Durán Durán) has que descubrió que quería decir: "Escandaloso, Escandaloso..." y le pareció tan estúpido que dejó de tararearla.
Un saludo.
Yo también coincido en que tienes talento sobrado para escribir relatos de un millón de palabras... y para proyectar un asesinato perfecto, cargarte a tu jefe, por ejemplo, y salir impune
Al final las reuniones siempre acaban siendo productivas...
Gracias por esta anotación porque ya tengo excusa para otra, je, je. En breve, espero.
Guido: La verdad es que este tipo de juegos (límite de palabras, uso obligatorio de ciertas expresiones, etc.) espabilan el ingenio y mejoran la escritura. Son un buen ejercicio y un agradable entretenimiento, pero para escribir lo que uno quiere, prefiero no verme limitada por nada. En cualquier caso, no sé si se debe a los ejercicios esos que has hecho... o al talento natural, pero tus escritos (con lista de palabras o sin ella) suelen ser bastante, bastante interesantes :-)
Miguel Baquero: ¡Tú sí que tienes talento! Hasta en tus diálogos con los ordenadores eres genial ;-) Lo de mi jefa... sería insuficiente. Creo que tendría que cometer un asesinato múltiple y cargarme a alguno más... :-)
Posodo: Sí, la verdad es que, bien urdiendo asesinatos literarios, bien abstrayéndose una y relajándose en sus propios mundos, las reuniones suelen ser productivas. Lo importante es mantener siempre una cara en la que parezca que asoma el interés y la atención ;-).
¿Excusa para otra? Hummm, me gustaría saber más de eso...
Saludos.
S. Cid
La amenaza se ha cumplido. Ya está la anotación.
http://platoporplato.blogspot.com/2009/09/scripta-manent.html
¿Cuándo se resolverá la intriga?
Pues allá me voy... a enfrentarme con esa amenaza... ;-)
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