Libros de verano
Me pide Caraguevo (aunque ahora no recuerdo dónde lo hizo) que haga una lista con mis lecturas veraniegas, pues hela aquí:
Tengo pendientes y me apetece bastante hincarle el ojo (si es que las conjuntivitis, las blefaritis y todas las ojitis posibles me lo permiten) a, de momento, estos títulos:
Un título de Julio Verne que me regaló precisamente Caraguevo:
La saga Tristante, también provista por Caraguevo:
Y un título recomendado por él:
Así, a bote pronto, son los títulos que me apetece leer de primeras. Sin embargo..., ahora que lo veo... caigo en una cosita preocupante...
Esto no puede ser.
¡Caraguevo, sal de mi vida!
Luego, por supuesto, algún título de Agatha Christie también caerá, alguno de espionaje, alguno de P. D. James, alguno de Anne Perry..., y después ya veremos.
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3 comentarios:
S. Cid: podemos hacer que desaparezca de tu vida en un periquete. El equipo "Las damas del crimen" de "El club asesino" están para urgencias como estas, jejejejeje...
Y además leer todas las sugerencias y más... :-)
Ja, ja, ja, S. Cid, tanto vilipendiarme y luego haces caso de mis recomendaciones, por cierto, el último sólo lo mencioné, lo recomendó Santiago Navajas, pero yo no lo he leído.
Veo que entre tanta autora no está la Otra.
Pantera Rosa: Lo tenéis claro. ¿Con quién se metería?
Un saludo a las dos
Pantera Rosa: Jajajaja, la verdad es que es mucho más divertido pertenecer a "Las damas del crimen" que a la LXLDYC o como quiera que se escribiera, que me borré ya hace tanto que ni lo recuerdo.
Entre nosotras te confesaré que el interfecto ese de lengua bífida tiene razón: no nos lo podemos cargar porque entonces no tendría con quién meterme y, la verdad, me sigue tan bien el juego que sería una pena. Lo que sí podemos hacer es hacerle culpable de un crimen y que lo metan en la cárcel. Así seguiría conectado a la blogocosa, pero con el traje a rayas y fastidiao (que es lo que se merece).
Interfecto: Sí, sé que sólo lo mencinaste, pero investigué sobre el título y me gustó lo que leí. Y no, no está esa Otra. Ésa está en tu biblioteca. ¡Pobre! En un momento de debilidad lo confesaste y con ello firmaste tu sentencia.
Saludos, amigos.
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