lunes, 7 de septiembre de 2009

¿Qué nos detiene?

¿Qué nos detiene?


Hace tres o cuatro años, por causas que no vienen al caso, me plantearon una pregunta que venía a decir algo así como: si pudieras volver atrás, ¿qué cambiarías? Este tipo de interrogantes, como cuando te preguntan cuál es tu comida, bebida, película, libro, etc., favorito, tiene la capacidad de dejarme la mente en blanco. En aquella ocasión, sin embargo y probablemente salida de un subsconciente tan profundo que me aún parece mentira la existencia de esas profundidades ignotas dentro de mí sin que yo tenga el más mínimo conocimiento de ellas, respondí: “Tendría mucha más confianza en mí misma”. Esa fue la respuesta. Luego vino la reflexión.


Durante muchos meses me convencí de que la contestación había sido la adecuada. Me sentía muy segura de mí misma. Peldaño a peldaño, había ido remontando la pendiente empinada, con suaves trechos llanos y alguna que otra inquietante bajada, que supone la vida y me hallaba a la sazón en un momento dulce de la escalada: reposando sobre un picacho, con la mirada dirigida hacia abajo y satisfecha por el triunfo de haber llegado hasta allí. Seguramente resoplé de gusto y complacencia (aunque no lo recuerdo) y me dije (de esto sí estoy segura): “Pues aprende la lección: si en el presente aprecias tu valía, de la que tanto desconfiaste, porque al fin te trajo hasta aquí; en el futuro, no vuelvas a proceder igual y ten fe en ti”.


Fui consecuente con aquella advertencia que me hice y no sólo la aprendí, sino que con frecuencia me la repetí cuando me faltaba el resuello y percibía la pendiente demasiado escarpada para mis fuerzas. Unas veces surtió efecto; otras, no. Para estas últimas ocasiones, viene la vida a menudo en tu auxilio y te lleva por caminos, generalmente de apariencia casual, por los que acabas dándote de bruces con algo que alienta el empeño y despierta la ilusión.

Aquel que se encuentre en un momento tambaleante y cuya vida le haya traído fortuitamente hasta aquí, puede ver su ánimo renovado con este vídeo que encontré en el blog La República de Alawen:





Nota: Dejo el enlace directo a YouTube para aquellos que accedan desde un lector de noticias que no soporte la visualización de vídeos: ¿Qué nos detiene?

6 comentarios:

Guido Finzi dijo...

Siempre es bueno hacer análisis y autocrítica porque de los errores se aprende (eso dicen) aunque, la pregunta no deja de ser absurda, porque lo pasado es pretérito y de nada vale lamentarse. De algún modo, es cómo esas otras del tipo: "¿tú por un millón de dólares te comerías diez kilos de plátanos?". La respuesta es tan obvia como ridícula la cuestión planteada.

Un saludo.

José Manuel Guerrero C. dijo...

La confianza en uno mismo es la piedra angular de todo. Me conformo con sobrevivir dígnamente, no es mi mejor época, Aguantarse toca.

S. Cid dijo...

Guido: La pregunta está formulada en condicional y la condición que se propone, una vuelta al pasado, es imposible, por tanto, como bien dices, es una pregunta absurda; pero, y también como dices, sirve de ejercicio de análisis. No obstante, y como ya señalé ahí arriba, a mí este tipo de interrogates suelen dejarme en blanco. Nunca sé qué contestar. En aquella ocasión, sin embargo, la respuesta vino rápida. Debe de ser que la tenía muy asumida en mi interior más profundo :-)

Bate: Sobrevivir ya significa que uno mismo es importante... y que hay confianza en que hay futuro. Eso sí..., vivir con dignidad ante todo, Bate. Si no lo hiciéramos..., seríamos socialistas ;-) jejeje. Espero que vayas sacando la cabeza del agua poco a poco y que ese "aguantarse" sea llevadero y breve.

Mis saludos y ánimos.

S. Cid

José Manuel Guerrero C. dijo...

Gracias, S.Cid.

Kerícolo dijo...

Muy buenos los ánimos que das, muy bueno lo que escribes, el video muy bueno también. En resumen muy bueno, un saludo cariñoso de Kerícolo. Ya falta menos....está todo en el horno. Besos

Anónimo dijo...

Bate: Hoy he leído una frase que a lo mejor te viene bien: "camina siempre como si tuvieras muelles en los pies" ;-) A mí me ha gustado.

Kerícolo: Me alegro de que te haya gustado, Kerícolo. Te mandaré un correo con la info que me pediste. ¿Qué tal va la cocción? Seguro que te queda bien... Estoy impaciente ;-)

Saludos.

S. Cid

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