lunes, 27 de septiembre de 2010

Los idus de marzo (Thorton Wilder)

Los idus de marzo   (Thornton Wilder)

Tomo prestados algunos trozos del preámbulo de la obra que sin duda explicarán el propósito con que fue escrita mucho mejor que lo que yo pudiera hacerlo:

La reconstrucción histórica no es uno de los propósitos principales de esta obra. Puede considerársela como una fantasía sobre ciertos acontecimientos y personas de los últimos días de la República romana.

Cierto número de los elementos de esta obra, entre los que pueden parecer inventados por mí, son en realidad históricos: Cleopatra llegó a Roma el año 46, César la instaló en su villa, al otro lado del río; permaneció allí hasta que él fue asesinado, y entonces huyó, volviendo a su país.

Todos los documentos que van en esta obra se deben a la imaginación de su autor, excepto los poemas de Catulo y la última página que cierra el libro; ésta está tomada de Vida de los Césares, de Suetonio.

Fuentes de material referentes a Cicerón, las hay copiosas; referentes a Cleopatra, escasean; cuando se trata de César, son muchas, pero a menudo enigmáticas y sacadas de quicio por intenciones políticas. Este libro es una reconstrucción hipotética, debido a la desigualdad de las fuentes de información.


Curiosa manera: a través de cartas, diarios, documentos y panfletos políticos, la que utiliza Thornton Wilder para dibujar un esbozo de lo que pudieron ser los últimos días de la República romana y de la vida de Julio César, cuyo asesinato, tomado de Vidas de los Césares, LIBRO I, de Suetonio, se relata en la última página de esta novela pergeñada por la muy bien amueblada mente de Thornton Wilder.

- - - - - - - - - - -

También de interés: César sin dinero sin cesar.

6 comentarios:

posodo dijo...

Bienvenida al club ;-)
Un saludo.

Guido Finzi dijo...

Es un libro que, casualmente, me recomendaron la semana pasada. He leído unos cuantos títulos referentes a Roma pero éste, aún no cayó en mis manos.

Un saludo

S. Cid dijo...

Posodo: Leí esa anotación en su momento en tu diario. Para entonces, ya había leído "Los idus de marzo", sin embargo, la historia de César y su necesidad de dinero la vi y comprendí con mayor claridad la novela El druida del César, novela que me gustó mucho.

Guido: Creo que te gustará. Últimamente (a lo largo de este año) estoy leyendo bastante sobre Roma. Lo último ha sido El primer hombre de Roma (cuya reseña todavía tardará algún tiempo en venir por aquí), que es el primer título de una serie de 6 ó 7. Me ha gustado mucho, mucho, mucho. De hecho, creo que el segundo título (los dos primeros son los únicos que tengo por el momento) lo comenzaré para el puente del Pilar.

Miguel Baquero dijo...

Yo me he leído este libro, y me encantó. Pero de verdad que, si no lo conoces, tienes que leerte la vida de los doce césares, de Suetonio. Es uno de los libros más divertidos y literarios que he leído nunca. Yo te aconsejaría, si me permites, que si te gusta leer sobre Roma mucho mejor que las "recreaciones", aunque sean de gran calidad, como ésta, como el Espartaco, de Howard Fast, o incluso como Carson MacCullers o como se apellide, son los originales, como Tito Livio, los Anales de Tácito, Cicerón, el Satiricón, Apuleyo, Marcial, Juvenal, el mismo Catulo... Merece la pena, de verdad, aunque a veces tengas que pasar algunas páginas demasiado retóricas. Yo creo que siempre será mejor la primera mano que no una recreación.

S. Cid dijo...

Miguel: Leí "La vida de los doce césares" y no acabó de engancharme del todo, aunque creo que fue porque no la entendí bien. Me costó seguir el hilo y atar los nudos, aunque quizá es que entonces era muy joven. De Apuleyo leí "El asno de oro" y me encantó, hasta el punto de que escribí una historia llena de referencias a esta magnífica, entretenida y divertidísima historia. No sé dónde tengo yo ese texto que escribí, pero sé que mezclaba "El Quijote" y "El asno de Apuleyo". Caray, tengo que encontrarla. Mira que se me ocurrían a mí cosas raras entonces... Pero muy curiosas y que quedaban chulas. Me has hecho recordar aquel tiempo tan profífico... Definitivamente, tengo que encontrarla.

Pero, sí, tu consejo no cae en saco roto: retomaré la lectura de los clásicos.

S. Cid dijo...

Errata: quise escribir "prolífico". Perdón.

Belén 2013

Belén 2011