viernes, 30 de abril de 2010
Primero pasan por las aulas
miércoles, 28 de abril de 2010
Despierta
Después de que el despertador sonara por segunda vez, ella se removió en la cama.
...
-¿Sí?
-¿Querida?
-Sí...
-Escucha, sólo tengo un minuto...
No era necesario. Ella lo supo sin necesidad de que él lo dijera. Aun así, él se explicó:
-Llegaré tarde esta noche. Me han pasado entradas para el partido del Barcelona. Luego iré a tomar algo por ahí con la gente de la oficina. No me esperes despierta.
martes, 27 de abril de 2010
Ha estallado la paz
Tercera parte de esta obra pensada en un principio por Gironella como trilogía y que, sin embargo, no acaba con esta novela, pues el autor decidió extender la obra más allá . Él mismo nos lo dice en el Prólogo de Ha estallado la paz: […] este libro no va a cerrar el ciclo. Es decir, la obra que concebí, centrada en nuestro drama nacional, no será trilogía como fue anunciado. Habida cuenta de que la etapa histórico-política iniciada en 1939 no ha concluido todavía, de que muchas de sus circunstancias perduran básicamente, he decidido dedicar a la posguerra unos cuantos volúmenes. No me pareció válido, en ningún aspecto, finalizar mi retablo un año cualquiera: 1945, 1950, 1958... Tampoco era factible abarcar en un solo volumen tan largo período. Así que opté por fragmentarlo y por escribir una suerte de Episodios Nacionales que podrían terminar el día en que se produzca la sucesión en la Jefatura del Estado*.
El presente volumen -continúa el autor-, pues, abarca tan sólo la inmediata posguerra. El próximo alcanzará, más o menos, hasta el término de la II Guerra Mundial. Y así sucesivamente.
Ha estallado la paz vuelve a centrarse prácticamente en Gerona, a excepción de los breves viajes que por razón de la historia deben llevarnos fuera de la ciudad catalana, y la novela se teje en torno a los mismos personajes que ya conocemos sobradamente (de entre los cuales se exceptúan, naturalmente, aquellos a los que la muerte sorprendió en aconteceres pasados y narrados en las novelas anteriores o aquellos otros que se incorporan a la historia y de cuya existencia apenas sí teníamos noticias, por haber aparecido sucintamente en las novelas previas, o desconocíamos por completo al ser traídos a la historia por primera vez en esta novela)
De nuevo encontramos, pues, una excelente historia, narrada magistralmente y apoyada sobre un meritorio elenco de personajes, a través de los cuales volvemos a conocer toda la generosidad y miserias que alberga el alma humana, mención especial sobre los cuales merece, por supuesto, Ignacio Alvear, de quien el propio autor señala: sigue con sus dudas, con sus forcejeos en busca de una verdad que lo satisfaga… ¡Qué le vamos a hacer! ¿No es la duda uno de los signos de la época actual? ¿Y no soy yo un hombre de mi tiempo?
Desde este punto de vista: el de la incógnita que late tras cada espíritu humano, las pasiones que lo estremecen, las luchas que lo excitan, la fe que lo mueve, las dudas que lo paralizan, el heroísmo al que lo empujan y los miedos que lo atenazan…, desde ese punto de vista, digo, es la novela, como su autor, rabiosamente actual.
*El prólogo está fechado en abril de 1966, aclaración que creo necesaria para que el lector sepa el momento, y pueda por tanto aprehender mejor el significado de estas líneas, en que se encuentra el autor cuando las escribe.
viernes, 23 de abril de 2010
Día del libro
Finis Terrae (que comenzó siendo Los libros de S. Cid) no podía dejar pasar este día sin decir ni mu sobre él, así que, aunque un poquito tarde, pero dentro de las 24 horas que conforman el 23 de abril, aún estoy a tiempo de traer hasta el blog un par de vídeos que he utilizado para celebrar el día del libro con mis alumnos ;-)
Saludos, amigos, y buen fin de semana.
S. Cid
El mundo "en" un pañuelo
miércoles, 21 de abril de 2010
El fuego de Vesta
Cuando Pat me invitó a pasar las vacaciones de Pascua en Wellow, no lo dudé. Necesitaba alejarme de Londres unos días, así que tomé el tren para Bath en cuya estación me esperaba mi amiga.
Un terrible alboroto en la calle nos interrumpió. A través del ventanal observamos cómo un joven y un anciano reñían furiosamente.
Al volver a casa, Pat me esperaba con la noticia:
Unas horas después, sin embargo, supimos que James Helthman había sido detenido. En su poder encontraron una nota muy comprometedora en la que Helthman se citaba con la chica en la estación de Bristol y dos billetes de tren con destino a Plymouth.
Al día siguiente, mistress Evans nos informó mientras preparaba el té:
Wellow llevaba dos días rumoreando y yo, aburrida, salí de nuevo a pasear. El camino avanzaba serpenteante y, aunque embarrado por la lluvia, las profundas rodadas que lo recorrían facilitaban mi marcha que, no obstante, algo en mi cabeza ralentizaba. Sin saber de qué se trataba, en realidad, mi cerebro tocaba campanas de alarma. Repentinamente, la llovizna arreció. Miré alrededor en busca de un refugio y descubrí una cabaña que parecía abandonada. Con un leve empujón abrí la puerta y, creyéndome sola, un gemido a mi espalda me asustó. Al girarme, descubrí a una jovencita desmayada sobre un diván que musitaba incesantemente el nombre de Jamie. El azar me había conducido hasta Jane Charman.
La joven, trasladada de inmediato al hospital de Bath, no pudo dar pista alguna debido al estado narcotizado en que se encontraba. Sin embargo, al relatar yo el nombre brotado de sus labios, la sospecha sobre Helthman se acrecentó.
Dos días después, camino del salón de té, sorprendí esta conversación a las puertas del taller:
martes, 20 de abril de 2010
Botín y yo
¡Quién iba a decirme a mí que un día llegaría a sentirme cual Botín! Que yo, pobre humana traída a este mundo en simple carne mortal, ascendería a los cielos y compartiría el Olimpo de los semidioses, hijos de Mammon.
Sí, por obra y gracia del señor ZP, a partir del próximo verano, cada vez que compre algo, podré sentirme cual Koplowitz sabiedo que, igual que ellas, igualito, igualito, estaré pagando la misma subida del IVA que a todos, sin importarle un comino tu situación económica, nos va a imponer el impróbo e injusto ZP.
Por supuesto, no se volverá atrás (menuda soberbia le asiste, como para admitir que ha cometido un error y desfacer los entuertos a los que nos conduce), pero si quieres meterle el dedo en el ojo y molestarle un rato, puedes firmar aquí. Veremos si así, él también, tal y como reprochaba a Aznar, gobierna de espaldas al pueblo o qué.
lunes, 19 de abril de 2010
Un millón de muertos
Continuación de Los cipreses creen en Dios, Un millón de muertos es tan buena novela como aquélla. Abarca ésta, sin embargo, el periodo en el que transcurre la Guerra Civil y pasea por escenarios más diversos que los que nos ofrece la primera novela, necesarios, al fin, para dibujar con ellos un mejor retrato de lo que acaeció en esos años.
Sin embargo, no es ésta razón única que mueve a Gironella a escribir tan magna obra. Algún otro motivo ronda las ochocientas páginas que la conforman, si bien el autor, franco desde el principio, no lo oculta al posible lector: Un millón de muertos pretende ser una respuesta ordenada y metódica a varias obras escritas fuera de España y que han tenido influencia decisiva sobre el concepto que los lectores de Europa y de América se han forjado de nuestra guerra. Tales obras son: L’Espoir, de Malraux; ¿Por quién doblan las campanas?, de Hemingway; Un testamento español, de Koestler; Les grands cimetières sour la lune, de Bernanos, y la trilogía de Arturo Barea, La Forja, La Ruta y La Llama. Dichas obras, aparte los valores literarios que puedan contener, no resisten un análisis profundo. Parcelan a capricho el drama de nuestra patria, rebosan de folklores y en el momento de enfrentarse resueltamente con el tema, con su magnitud, esconden el rabo. A menudo pecan de injustas, de arbitrarias y producen en el lector una notoria sensación de incomodidad.
Y yo, que apenas unas líneas más arriba pretendía no añadir nada nacido de la impresión propia, no puedo, sin embargo, resistir la necesidad imperiosa de aclarar que, cincuenta años después de que fuera escrita, me incluyo entre ese millón de muertos con que se titula la novela, porque, a pesar del medio siglo transcurrido, la lucha fratricida se sigue produciendo con el borrón desvergonzado de lo que no gusta y una suerte de sectarismo ciego que más daño procura que otra cosa.
viernes, 16 de abril de 2010
Lynch o el Estado de derecho
-Caballeros -dijo- ustedes mismos me pidieron que desentrañase la verdad de este misterio; y ahora que la he descubierto tengo que contársela sin tratar de amortiguar el golpe. [...] Escuchen, acabo de tener noticias de Wilton por teléfono, y me ha dado permiso para darles una noticia muy seria. A estas alturas supongo que ya sabrán quién era Wilton y qué era lo que buscaba.
-Sé que buscaba a Daniel Doom y que no descansará hasta encontrarlo, y he oído contar que es el hijo del viejo Horder y que busca venganza. En cualquier caso, no hay duda de que está tras la pista del tal Doom.
-Pues bien -dijo el padre Brown-, ya lo ha encontrado.
-¡El asesino! -gritó-. ¿Está el asesino entre rejas?
-Lo que digo es que Daniel Doom está muerto -dijo el cura-. Hubo una pelea violenta y Wilton lo mató.
-No puedo culpar a Wilton por acabar con un granuja semejante, sobre todo teniendo en cuenta su crimen -asintió Wain-. Ha sido como pisotear a una víbora.
El rostro del padre Brown se había puesto todavía más serio mientras escrutaba el semicírculo de caras.
La lectura de esta historia ha traído hasta mi mente los últimos acontecimientos con los que las fuerzas vivas de esta pobre nación están empujando nuestra inteligencia fuera de los límites admisibles para todo aquel que se precie de no ser estúpido. Muchos son los ejemplos que se podrían traer a colación para corroborar que estoy en lo cierto cuando afirmo que nos tienen por idiotas, pero basta con echar un vistazo a los titulares de los periódicos de estos últimos días y elegir el que ocupa la actualidad de portadas y titulares. Sí, me refiero al follón que, a cuenta de Garzón, están montando aquellos que parecen no tener otra meta en la vida que la de malquistar la sociedad española e indisponer los ánimos, aunque ya amortiguados aún dolientes, de unos y otros.
Sí, hace daño que te tomen por estúpido:-¡No! -gritó con una voz como un pistoletazo-. No hay diferencia que valga. Antes tuvieron ocasión de compadecerse del pobre diablo cuando pensaban que era un delincuente común. No quisieron escucharme y todos estuvieron de acuerdo en justificar una venganza particular. A todos les pareció bien que lo asesinaran como a una bestia salvaje sin tener derecho a un juicio justo y dijeron que se lo tenía merecido. Y lo que está bien para Doom también lo está para Merton. Quédense con su bárbara justicia o con nuestra obtusa legalidad, pero, en nombre de Dios Todopoderoso, dejen que la legalidad o la ilegalidad sean equitativas.
jueves, 15 de abril de 2010
Pruebas CDI..., continuación
Leo en ABC de hoy: "¿Cuánto tiempo necesitarías para escribir a ordenador un millón de letras si eres capaz de escribir 100 letras por minuto?". Es una de las preguntas que respondieron ayer 50.000 alumnos madrileños [...].
Si el lector de estas líneas no estuviera sobre aviso acerca de lo que son las pruebas CDI, puede que no hubiera nada en el párrafo anterior que le llamara la atención. Sin embargo, ayer quedó bien claro que las pruebas CDI las tienen que pasar alumnos de entre 14 y 15 años.
Con esta información, volvemos a leer el problema de matemáticas que se les planteó ayer y nos hacemos una clara idea de cómo están los niveles de nuestra Educación.
Pero..., ahí no acaba la cosa. Visto el problema matemático que se les proponía, cualquiera esperaría que, con ese tipo de preguntas, el aprobado fuera masivo y, sin embargo, si continuamos la lectura de la noticia, encontramos la siguiente información: En 2009 sólo el 32,7 por ciento de los alumnos aprobaron el de matemáticas con una nota media de 3,81. En lengua les fue mejor: un 60,5 por ciento pasó la prueba con una nota de 5,35. Pueden imaginar, entonces, de qué tipo son las preguntas de Lengua...
¡Ay!
miércoles, 14 de abril de 2010
Pruebas CDI
Hoy se celebran las pruebas CDI (pruebas de Conocimientos y Destrezas Indispensables) para alumnos de 3º ESO en todos los colegios de la Comunidad de Madrid. En principio, parece un acierto más de los que van jalonando el caminar político de Esperanza Aguirre, ¿no?; y, sin embargo, lo único que ha consiguido con ellos es hacernos la puñeta a los profesores, que no vemos en el asunto más que a un nuevo perro del hortelano... Sí, sí..., ése que ni come ni deja comer. Obviamente, hablo de mi experiencia y fuera quedan, por tanto, todos aquellos centros en los que la enseñanza todavía se toma en serio (cada vez van quedando menos y dentro de poco encontrar uno será tan difícil como hallar la aguja esa perdida en el pajar que todo el mundo busca y nadie encuentra).
Yo, el año pasado, tuve unos resultados excelentes: mis alumnos mostraban unas estadísticas (qué bonito ver aquellas gráficas en las que sobresalían en todo) superiores a los del resto de la Comunidad. Y qué felicidad saber que nadie vendría a echarte la bronca (tampoco vinieron a derramar sobre mi pestorejo sus felicitaciones, que al fin y al cabo el logro era de los alumnos). Y es verdad, el logro era suyo: el año pasado tuve la inmensa suerte de contar con muy buenos terceros que estudiaron todo el año y no tuvieron problema alguno para pasar la chorrada de examen en que consisten las tales pruebas CDI.
El año anterior, sin embargo, (y me temo que también éste), el fracaso fue completo. Los cursos no tiraban y por más que una se ingeniaba para dar las clases amenas (eso es todo lo que les preocupa -a alumnos, padres y dirección del Centro, para que no haya quejas-), no había manera de meterles la sintaxis en ese cerebro vacío de conocimientos que de nada les vale, pero que deben llevar para que el eco que el mundo exterior provoca dentro de sus cráneos no les vuelva locos.
Y es que, volviendo a lo del perro del hortelano, que falta explicarme para que se me entienda bien, dentro de un par de meses repartiremos las notas finales. En ellas, muchos alumnos encontrarán que tienen mi asignatura (como las de otros profesores) aprobada cuando han ido suspendiéndola todo el curso. ¿Y por qué? La razón es sencilla: porque el señor Inspector (dependiente de la Consejería de Educación de la Sr. Aguirre) no admite un porcentaje elevado de suspensos (que irremisiblemente llevan a un porcentaje elevado de gente que no titula), así que ahí te las tienes que maravillar tú, pobre profesor, para buscar subterfugios que te permitan aprobar al alumno (regalar puntos por presentación, por responder a preguntas de vocabulario que ni en Primaria, restar poco por faltas de ortografía, subir por buena actitud, no bajar por la mala...). Y, aun así, cuando llegas a las juntas de evaluación..., algún alumno que tú llevas suspenso te lo aprueban porque sí. Esos alumnos a los que no se puede suspender... son los que luego suspenden las pruebas CDI... de las que, si los resultados son malos, te piden cuentas... a ti.
¡Qué interesante juego en el que nunca gano, siempre pierdo... y que no es sino un engaño estúpido que no vale para nada! Sean felices, padres: los papeles con los resultados que sus hijos les llevan a casa son filfa, pero ustedes sean felices.
Hoy se celebran las pruebas CDI (pruebas de Conocimientos y Destrezas Indispensables) para alumnos de 3º ESO en todos los colegios de la Comunidad de Madrid..., y yo le he prometido unas cuantas velas a San Judas Tadeo si mis estadísticas y gráficas... no difieren mucho de las del resto de la Comunidad.
Saludos, amigos, y buena mañana. Yo... voy a seguir con mis oraciones.
lunes, 12 de abril de 2010
Los cipreses creen en Dios
En el año 2004, mi tía me regaló esta novela (no la que aparece en la foto, sino una edición -en concreto la decimotercera- publicada en 1975) que desde hacía tiempo se encontraba en mi lista de lecturas pendientes. No obstante, y a pesar de tenerla en mi estantería desde el 2004, corrió el tiempo sin que la pobre avanzara posiciones en la cola y no fue hasta el pasado puente de la Inmaculada que la llevé conmigo... y la leí del tirón. Me entusiasmó tanto, que no dejé pasar mucho tiempo sin que viniera detrás la lectura de las novelas que la continúan y cuyo comentario aparecerá por aquí próximamente.
En esta primera parte de la trilogía (convertida después por el autor en una tetralogía al añadir Los hombres lloran solos), Gironella nos presenta a los que van a ser los protagonistas indiscutibles de la novela: la familia Alvear, con el hijo mayor, Ignacio, a la cabeza de todos así como el sinfín de personajes "secundarios" que los rodean y que van a ir conformando la sociedad de Gerona, ciudad donde el autor decidió que transcurriera la historia, en los años inmediatamente anteriores al estallido de la Guerra Civil.
La novela está magníficamente escrita y, merced a la multitud de personajes, de variado pelaje, múltiples ideologías y diversas formas de entender y valorar la vida con que juega Gironella, el autor consigue una estampa, real sin duda y tremendamente dura, de lo que debió de ser el momento. El retrato de la época que logra pergeñar Gironella debería ser de obligado estudio para los españoles. Con ello, se desfacerían entuertos y, además, todas las falacias históricas que se han construido respecto del asunto al albur de la ignorancia del vulgo serían condenadas sin la menor duda a consumirse entre las llamas del averno.
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Enlace a Un millón de muertos.
Enlace a Ha estallado de la paz.
sábado, 10 de abril de 2010
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jueves, 8 de abril de 2010
Bertrand du Guesclin
Para más información: esta vez pulsa aquí.
Y para leer un texto con enjundia y solidez argumental: pulsa aquí ahora.
miércoles, 7 de abril de 2010
CC
El lector avispado, y todos los asiduos a Finis Terrae lo son, recordará que ya ha pasado por un título similar al que hoy presenta la entrada, solo que con una sola C. En aquella ocasión, el 6 de octubre del pasado año, esa C hacía referencia al número de entradas que con ella llevaba publicadas el blog: cien, naturalmente. La doble CC de hoy bien podría hacer referencia al número de entradas que con ésta que el lector está leyendo se cumple: 200... Pero, no, en realidad esa doble C hace referencia al título de la entrada de hoy que es, ni más ni menos, que el que sigue:
Cuánto Cretino
El pasado 29 de marzo, aunque con la fecha un poco trampeada, publiqué una entrada en la que había subido unas fotos que tomé durante mi excursión a Toledo. Entre ellas, se encontraba una a la que acompañaba un comentario ciertamente sarcástico. La foto era ésta:
y el comentario que la presentaba: "Sorprende que algo como esto pueda seguir viéndose en la España de hoy... Será que ha pasado desapercibido a los comisarios zapateriles."
Pues bien, lo que no era sino una ironía se ha convertido en pura y dura realidad en esta España incongruente dirigida por sectarios como el tal ZP y su panda de ciegos prosélitos. Paseando por el blog de Elentir, encuentro esta noticia. Será que en Extremadura son más fanáticos intransigentes que en Toledo (lo cual no me extraña absolutamente nada) o que va a ser verdad lo que decía en mi frase sarcástica de ahí arriba y lo único que ocurre con los escudos de Toledo es que todavía no se han percatado de su existencia los comisarios zapateriles.